Algunos lloran al llegar, otros clavan sus miradas profundas buscando el llanto de los más allegados. Aunque la mayoría no sienten nada, es una cuestión de formas. Si no estuviera ahí ¿qué iban a decir? y ¿quien vendría cuando yo me fuera?
Apariencias, apariencias... siempre pensando en el qué dirán, cuando realmente, es uno casi siempre el que tiene algún comentario que decir, muchas veces desafortunado. Abrazos
Duro pero cierto. Sentir y expresar son cuestiones distintas. Desde el último velatorio al que fui me estoy preguntando si realmente estas cosas "ayudan" al duelo. Saludillos.
¿Sabes por qué no sentían nada? Porque ocurria lo siguiente:
Dolores volvía gris de aquellos sitios donde había estado. Repleta de la muerte y aflicción del ambiente del mortuorio. Aun así se empeñaba en acompañar a quienes perdían algún ser querido, les conociera o no. Hacía uso de su capacidad para absorber el dolor y llevárselo con ella aliviando a quienes lo estaban sintiendo.
Besitos y fíjense que siempre hay alguien así que nos ayuda.
Eso nos pasa por estar vivos. Nos lo tenemos bien merecido...
ResponderEliminarUn abrazo
Un micro con mucho sentimiento, Anita. La frase inicial, con sus lágrimas, ya nos hacía navegar hacia esas aguas. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarApariencias, apariencias... siempre pensando en el qué dirán, cuando realmente, es uno casi siempre el que tiene algún comentario que decir, muchas veces desafortunado.
ResponderEliminarAbrazos
Vivo enfrente de un velatorio, a veces pienso que sería mejor vivir enfrente de un bar de copas, así al menos entendería el jolgorio.
ResponderEliminarA veces es mejor vivir la muerte solo.
ResponderEliminarBlogsaludos
Duro pero cierto. Sentir y expresar son cuestiones distintas. Desde el último velatorio al que fui me estoy preguntando si realmente estas cosas "ayudan" al duelo. Saludillos.
ResponderEliminarEste micro tiene mucha miga que sacar.
ResponderEliminarUn beso Anita.
Me gusta el punto de vista que has elegido, cuántas veces pienso qué pensará el interesado en estos casos.
ResponderEliminarSaludñin Ana
¿Sabes por qué no sentían nada? Porque ocurria lo siguiente:
ResponderEliminarDolores volvía gris de aquellos sitios donde había estado. Repleta de la muerte y aflicción del ambiente del mortuorio. Aun así se empeñaba en acompañar a quienes perdían algún ser querido, les conociera o no. Hacía uso de su capacidad para absorber el dolor y llevárselo con ella aliviando a quienes lo estaban sintiendo.
Besitos y fíjense que siempre hay alguien así que nos ayuda.