Estábamos en la final, en el estadio, y Juanito, como siempre, llevaba su radio porque decía que no era lo mismo un partido sin la emisión radiofónica, tan acostumbrado estaba al histriónico locutor.
Así que él miraba y escuchaba. En una jugada complicada, un delantero del equipo contrario iba acercándose a nuestra portería, todavía le faltaba un pequeño trecho por llegar y lanzar cuando Juanito cantó "gol, mierda, como lo dejaron solo" y al instante vimos al delantero marcar. "Lo supuso" pensamos.
Pasado un rato, en la portería contraria se agolpaban los jugadores propios y ajenos preparados para el lanzamiento de córner, y entonces Juanito, previo al lanzamiento cantó penalti, que se produjo al momento cuando un defensa paró el balón de un manotazo, "involuntario", diría él más tarde.
Entonces preguntamos a Juanito como sabía antes de que ocurriese y él dijo que por la radio ya lo habían transmitido. Todos quisimos ponernos los auriculares y comprobar, por nosotros mismos, como el efecto desacompasado de la emisión producía que esta se escuchase antes de que el hecho mismo ocurriese.