miércoles, 9 de noviembre de 2016

Érase de una vez

Hace ya unos meses que la Editorial Enkuadres se atrevió a publicar mi libro de microrrelatos "Érase de una vez" y aún no había pasado por aquí a contarlo. Tengo que agradecer a Sergi, el editor, la valentía. Y a Kike Parra, el director de la Colección Microsaurio, por haber aparecido, por arte de magia y camisa, en mi vida. Sin él, nada de esto sería posible.

La ilustración de la portada es de la artista urbana Nena Wapa wapa


La contraportada que escribió la escritora y gran amiga Ángeles Sánchez




Lo presentamos al público en la isla de La Palma el 14 de abril en Casa Tey, un local situado en una antigua casa canaria y en el que puedes disfrutar de café, infusiones, tartas, bebidas, comidas y actividades culturales. No había mejor sitio. No había mejor presentador que Juvenal Machín Casañas, poeta isleño y amigo. También tuvimos teatro de improvisación gracias a El funambulista herido y Patricia Figuero, estupenda improvisadora, escritora y amiga. 

Al acto, además de amigos y familia, vino una ballena cargada de más amigos lejanos. 


Todo fue maravilloso y todo lo que tiene que ver con este libro lo está siendo, mucho. Pronto os contaré también la presentación en la peluquería y en Madrid. Pero vamos por partes que hace mucho tiempo que no paso por mi casa y primero tengo que quitar las telarañas de las esquinas.



Quien quiera hacerse con el libro, lo puede encontrar aquí

Y aquí está el booktrailer que hizo otro amigo, Fernando Vicente, a quien siempre estoy agradecida.



lunes, 20 de junio de 2016

Primavera de microrrelatos indignados 2016 (Refugiados)


Regurgitados

Los estados, a veces, comen cosas que les sientan mal. Metralla, dinero, poder, territorio. Comen demasiado, algunos se empachan o tragan algo en malas condiciones, algo que les dan. Después cabecean, se intentan levantar tras el banquete, se marean y dan tumbos, no se encuentran bien. Entonces abren su gran boca negra, esa misma que hace un rato cerraron, hartos.

Y vomitan, las bocas echan fuera todo lo que les sobra. Regurgitan. Y nos da asco, nos da miedo, miramos a otro lado porque las grandes bocas negras nos pueden salpicar de saliva, sangre, restos, personas mal conservadas. Miramos a otro lado porque nos da miedo vomitar. O ser vomitados.


Más microrrelatos indignados a través de la foto.

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