Me despierta la risa de los niños que juegan con los molinillos de viento. Adormilada todavía, miro alrededor y veo el prado lleno de flores. El sol de la tarde calienta mi piel. Nuestra casa de piedra está al fondo, la brisa mueve las cortinas en una bonita danza. Tú lees en una hamaca entre dos pinos.
Ya incorporada, giro hacia mi derecha. No hay nadie pero puedo presentir que alguien me observa. Camino unos cuantos pasos hasta que lo veo: en mitad del paisaje hay un agujero, pequeño, como una mirilla. Me acerco. Está oscuro. Un hilo de luz me trae el reflejo en el espejo de una persona, del ojo de una persona, de mi propio ojo a través de un agujero al otro lado del espejo.
Pues eso... FELIZ AÑO 2012!!!