viernes, 30 de diciembre de 2011

El agujero



Me despierta la risa de los niños que juegan con los molinillos de viento. Adormilada todavía, miro alrededor y veo el prado lleno de flores. El sol de la tarde calienta mi piel. Nuestra casa de piedra está al fondo, la brisa mueve las cortinas en una bonita danza. Tú lees en una hamaca entre dos pinos.

Ya incorporada, giro hacia mi derecha. No hay nadie pero puedo presentir que alguien me observa. Camino unos cuantos pasos hasta que lo veo: en mitad del paisaje hay un agujero, pequeño, como una mirilla. Me acerco. Está oscuro. Un hilo de luz me trae el reflejo en el espejo de una persona, del ojo de una persona, de mi propio ojo a través de un agujero al otro lado del espejo.


Pues eso... FELIZ AÑO 2012!!!

jueves, 29 de diciembre de 2011

Lobotomía


Recién levantada, me miro en el espejo del baño y veo un agujero en mitad de la frente, de mi frente. No es muy grande ni muy pequeño, no hay sangre, solo un agujero. Me acerco y lo miro en el espejo. Tiene luz. Me acerco más. Hace sol, hay un prado lleno de flores y niños que juegan, sus risas me hacen cosquillas en la barriga. También se oye una dulce melodía. Trato de recordar cuándo y cómo me lo hice, pero solo puedo mirar el espejo, el agujero y la vida al otro lado.

domingo, 25 de diciembre de 2011

Autoepitafio de Navidad





Alumbrada por el potente foco
que me vio nacer,
seguí el camino
para llegar hasta donde quise:
una isla tranquila del Atlántico.
Me voy con una luz cegadora
que estalla en mil pedazos
y llena la noche
de fuegos artificiales:
Son mis trocitos.
Puedes agarrar uno fuerte
para volar conmigo
al otro lado.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Escena del crimen


Pintó en el suelo con tiza, la postura tipo cruz gamada era su preferida, las cuatro extremidades dobladas en el sentido de las agujas del reloj. Después se escondió tras la puerta a esperar, con el cuchillo preparado.
Cuando ella entró, se quedó mirando un rato el dibujo del suelo, luego se acomodó en la postura pintada, encajaba perfectamente con su contorno. 
Los asesinatos en serie se sucedían sin que la policía lograse averiguar quién era el asesino ni qué patrón cumplía al elegir sus víctimas. El profesor de estadística logró demostrar que el cien por cien de las víctimas encuestadas no podía sucumbir al inevitable impulso de tumbarse sobre un contorno de tiza. 


Relato escrito para la propuesta Con un trozo de tiza y un cuchillo del blog de Ebude

jueves, 1 de diciembre de 2011

Invitada en casa de Nel

Hoy Nel Morán, Adivín Serafín en su blog Diario de Incontinencia, me lleva de la mano a su casa y estoy compartiendo cartel con Pedro Sánchez Negreira de Entre nunca y quien sabe. Allí nos presentamos los dos y explicamos el cómo de nuestros micros.
Espero que les guste.


Por mi parte dejo aquí un relato robado del blog de Nel con todo mi cariño. Puntualidad Inglesa, una búsqueda que se enreda sobre sí misma, al son del tic-tac.

PUNTUALIDAD INGLESA, por Adivín Serafín

Algunos días de la semana iba a ver a su marido al hospital. Cogía el ascensor, llegaba a su planta, paraba en todas las habitaciones y charlaba con toda la gente. Alcanzaba la habitación de su marido cuando apagaban las luces para el sueño nocturno.

Un día se equivocó de piso. Llegó a un hall que le conducía a tres pasillos a cual más repleto de habitaciones. Escogió el del centro y empezó a recorrerlo, hablando apacible con todos sus ocupantes. Horas y horas de encantadoras charlas le acarrearon el saber que se trataba de un laberinto. Tras largos años de amplias visitas, se dio cuenta que cumplía un horario preestablecido de rigurosas citas. Con lágrimas en los ojos llegó a aquella habitación, de la que nunca conoció la luz hasta aquel día.

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