jueves, 30 de junio de 2011

Picadura

Me picó una abeja, no es tan doloroso, un pinchazo, una quemazón y ya, en un rato me olvidé, ella no tuvo tanta suerte.
Ni me acordaba al día siguiente, cuando iba en el coche, y sin venir a cuento, tras un adelantamiento peligroso de un imbécil con cristales tintados tuve una erección, el pene totalmente rígido me miraba esperando una señal, solo pude parar en el arcén hasta que aquello pasó.
La segunda vez, y la última, estaba en casa tranquilo, leyendo en el sillón, cuando sonó el timbre. Un hombre vendía unas pinturas de minusválidos, eso decía pero casi me estaba obligando a comprar las láminas y unas hojas perfumadas para poner en el armario, de flores, me dijo, acercándome un plástico con un olor insoportable a perfume barato. El pene estaba erecto y me tiraba hacia el vendedor de estampitas con tanta violencia que no pude pararlo, horrorizado sentí como atravesaba el cuerpo del hombre, sus ojos me miraban sin dar crédito, pero mis ojos, en ese momento, ya no tenían vida.

lunes, 27 de junio de 2011

Fanzine Ruido - Votaciones internas

Los relatos presentados para la publicación del Fanzine Ruido entran en fase de votación. Todas las personas que participaron deben votar (obligatoriamente) y solo esas. Se votarán tres relatos con 3, 2 y 1 punto respectivamente, enviad vuestros votos al correo relatosfanzineruido@gmail.com
No vale votar por vuestros propios relatos.

Hasta el viernes próximo se puede votar, y el fin de semana publicaré los resultados. Más o menos se publican 8 relatos ¡suerte!
Los relatos que queden servirán para los siguientes fanzines. 
Las personas que no han participado pueden animar y hacer cábalas, seguro que se agradece!



PREDICCIÓN
Regresé a casa y ya en el portal noté que la luz era más gris que últimamente. Accedí al interior y en el rellano, las paredes ocres mostraban amplias grietas a punto de resquebrajarse. Cuando abrí la puerta, un olor amaderado inundó mis pulmones. Y en el suelo, un manto de besos marchitados, me marcaba el camino directo hacia nuestro dormitorio. Tus armarios vacíos, la cama hecha y los cuadros de fotos, sin ellas, me anunciaron que este invierno haría mucho frío.

EL HOMBRE HABITADO

Acabé por eliminarla del espectáculo, y, por ende, de mis ingresos. Se había instalado en mi pequeña caravana por tres meses, lo que duraba el contrato con el circo. Era la mejor mujer invisible del mundo y yo, la materializaba con un ancestral truco de magia. Cosechamos tanto éxito que empecé a concederle sus excéntricos caprichos: prestarle mi corazón como lavadero de sus trapos sucios, mis ojos, ventanas indiscretas, por donde asomarse al mundo. Pero cuando deshizo las maletas en mis recuerdos, cambiando la decoración de mi pasado, la expulsé y comenzó mi descenso por la espiral del olvido.


MÚLTIPLE

Percibía un personaje distinto con cada lectura de la minificción. “Sin duda, el autor sufre de un grave trastorno”, sentenció para sus adentros el sicoanalista. Dispuesto a obtener un diagnóstico exacto, leyó de nuevo la página en blanco.


LA VIDA EN PROYECTOS
Se la pasó anticipando. Sabía exactamente cómo iba a pedirle matrimonio a la que fuera la mujer de su vida. Había estudiado cada palabra, cada gesto, cada mirada. La talla de su ropa, el número de calzado, su color de ojos y hasta el punto exacto de dulzura. También tenía pensado el nombre de los cuatro hijos que tendrían. Por adelantar, hasta tenía escrito su epitafio. Ayer le enterraron. Sin adioses. Al terminar de colocar la lápida, pensó el enterrador: “pobre diablo, mujer, cuatro hijos, doce nietos y más solo que un perro”.


Me invadió un inexplicable deseo de volver a casa, eché a correr y llegué volando. Abrí la puerta, la saludé como siempre, hola cariño; ella, reunida con sus amigas galácticas al rededor de la mesa, tardó en responder sin girar la cabeza con la pregunta, Santiago, estás aquí. Yo me acerqué a la mesa y le dije, sí, cariño. Y me quedé como hipnotizado, viendo cómo la copa iba de la ese a la i.


VECINAS
No era el ruido de la ventana de al lado, al cerrarse de madrugada, lo que le molestaba, sino saber que a esas horas ella todavía vivía.
No eran las risas de gente, a través de la pared, lo que le quitaba el sueño, sino que en su casa jamás se celebraba nada.
No era escuchar el sexo, de día o de noche, lo que le escandalizaba, sino que hacía años que para su marido era invisible.


POR INSTINTO
Suena la señal de paso. El ciego comienza a cruzar la calle. Lo arrolla un camión. En su jaula del primer piso, el loro mira para otro lado.


MALDITAS TRADICIONES
No creo que viera nada, el ramo era enorme y el velo la ocultaba al mismo tiempo que le impedía observar la concurrida iglesia, pero eran sus lágrimas de doce años las que tapaban sus ojos, y su alma, esa que jugaba lejos de aquel viejo con que la casaban.


EL JUEGO
Las reglas, si es que existen, no están claras. La partida se puede alargar de forma indefinida, quien sabe si infinita, o quedar repentinamente en tablas. Los participantes pueden abandonar en cualquier momento, sin previo aviso o mediante acuerdo. Tan complejo es terminar como empezar. Se puede esperar una invitación formal o abrir juego.
Esta vez, y sin que sirva de precedente, ha puesto todas sus cartas sobre la mesa. No puede hacer más. Esperar un guiño, una señal, un movimiento. Será la próxima jugada. Pero no está en sus manos.
Así es el juego. Hagan sus apuestas.


EL PLACER DE LA CARNE
Descorre el cerrojo y se dirige al desfile.
—Qué buen disfraz de leona —exclaman quienes pasan junto a ella.
La noche de carnaval ya casi es día cuando, ahíta de hombres, regresa a su jaula y pone traba.


AMIATCOMPA
Tardaron mucho tiempo para encontrar la palabra que definiera exactamente lo que sentían. No encajaba bien en amor, ni tampoco en amistad. Era algo a medio camino entre una cosa y otra, pero no sabían nombrarlo. Atracción le quedaba demasiado estrecha, y hubiera sido injusto encerrarlo entre sus límites. Compañerismo les parecía muy fría, pasión un poco hueca. "Amiatcompa", pensaron, "ésa es la palabra justa". Estaban felices: ya tenían un término preciso que explicara la unión de ambos. Nunca pensaron que mientras tanto se había convertido en otra cosa.


ESPEJOS
La suya era una soledad de vecindario. Una soledad sólo concurrida por la modesta multitud de desconocidos con los que compartía las burocracias de una vida sin anhelos.
Con nadie intercambió nunca nada más allá de un buenos días, algún buenas noches o aquel socorrido cómo está usted, que no requería respuesta.
Tampoco a nadie contó nunca su problema con los espejos… y exhausto, confuso, a veces se preguntaba:
-¿Seré una suerte de vampiro? ¿Quizás un fantasma desmemoriado?
Hasta que un día, de pura casualidad, se le desveló el misterio.
No era, por supuesto, ningún vampiro. Ni siquiera algún tipo de monstruosidad. Simplemente… no existía.


SIN VUELTA ATRÁS
He reconocido tu voz al otro lado del teléfono y permanezco impasible. Lo que sí me ha sorprendido es que insistas en que te vaya a buscar, que quieres regresar. Ya no sé como decirte que ayer, cuando me dijiste que cerrara la tapa del cajón, impediste para siempre tu vuelta a este mundo.


INVASIÓN
Me quedé a esperarla sin pasar de la entrada. Poco a poco, ella había ido tomando cada estancia a pasitos cortos, sin que nada ni nadie pudiera detenerla; y yo, después de mi intento de huida, fui obligada a regresar por los cancerberos de bata blanca y sonda gástrica. Antes de verla frente a mí, con la cara amable de mi bisabuela, olí su perfume de adormidera. Me despedí de mis recuerdos, luego dejé que ella invadiera con un abrazo, el último rincón de mi cordura.


A LA FUERZA AHORCAN
Le faltaban ocho falanges. No sabía cómo había llegado a ese extremo, pero tenía claro que había sido por el bien de toda la familia. No soportaba ver sufrir a los niños, ni las marcadas ojeras de María tras las largas noches de insomnio. Las jornadas sin nada que llevarse a la boca se volvían insoportables. Aquella noche miró sus manos y, como había hecho en más ocasiones, de un solo tajo se cortó los dos dedos que aún le restaban. Con sus yemas, al menos, frió un par de huevos.


POR UNA MIRADA
Cuando la miré a los ojos por primera vez vi en ellos la fascinación, el misterio, un universo por descubrir.
Ahora, después de algunos años, me arrastro por la vida sin un resto de orgullo, atrapado entre el odio que le tengo y la fatalidad de saber que volveré a hacer lo que me pida con tal de que me deje asomarme de nuevo a sus ojos.


LA UNIÓN HACE LA FUERZA
Lo enrollamos despacito, como hace mamá con la alfombra del salón, lo cargamos a hombros entre todos y lo tiramos al río. Fue un robo sonado. Después tuvimos cinco meses de vacaciones: el tiempo que tardaron los mayores en construir de nuevo el camino hasta la escuela.


CON UNA CONDICIÓN
—¿Puedo quedármelos? —La abuela cierra la tapa del arcón y sonríe.
—Puedes, tesoro. Todos los recuerdos del tío son tuyos. —Hace una pausa bastante larga—. Si él te da permiso.
Me encojo de hombros y comienzo a bajar las escaleras sin decir palabra.
—No pongas esa cara. ¿Es que no los quieres?
—Claro —susurro. Pero a mí ese montón de huesos blancos que ella guarda en el sótano jamás me ha dicho palabra. Decido intentarlo una última vez sólo porque la pistola parecía de verdad. Bueno, por eso y porque a la abuela no se le lleva la contraria.


A LO GREGORY PECK
Mi padre tenía un amigo que levantaba una sola ceja. Mi madre decía que era igualito a Gregory Peck. Yo trataba de imitarle, pero siempre que lo intentaba, mi otra ceja ascendía también, burlándose de mis esfuerzos con una tozudez insoportable.
Un día me rasuré la ceja derecha con la maquinilla de mi padre. Mi padre gritó al verme: ¿Este niño se ha vuelto loco o qué? Mi madre exclamó: ¿Qué has hecho, criatura? ¡Podrías haberte cortado! Yo contemplaba orgulloso en el espejo, por fin, mi única ceja subiendo y bajando como yo quería.

NEGOCIANDO CARIÑO
Acurrucados bajo las sábanas Javier le cuenta a Nines las novedades diarias: el trabajo va de mal en peor, su espalda amenaza con troncharse en cualquier momento, y a Mateo, el más pequeño de los niños, hoy le salido el primer diente.
Ella escucha atenta todos los detalles mas pese a estar a gusto no puede evitar echarle, de vez en cuando, un vistazo fugaz al reloj: ya queda menos.
Unos billetes cambiando de manos consiguen un acuerdo beneficioso para ambos, ella se siente persona durante una hora y él al fin consigue que alguien le escuche y atienda.

viernes, 24 de junio de 2011

Quema


Se acercaba la noche de San Juan y no dejaba de pensar en las tres cosas que quemaría en la hoguera. Era tan difícil decidirse, sin duda este no había sido su año.
En el trabajo todo iba de mal en peor, dejando que le recortaran el sueldo para conservar un puesto que, por un lado, no le gustaba y, por otro, no duraría demasiado, vistos los despidos que ya se habían realizado.
La casa que compró con tanta alegría, y tan bien de precio (relativamente, dada la coyuntura, blablabla), se caía a pedazos y le daba problemas, mes si, mes también.
No había estado con nadie en todo el año del sexo opuesto ni, ya puesta, del suyo propio. Se lo pasaba bien a solas pero un poco de contacto humano no le vendría mal, una vez al año al menos.
Sus dos mejores amigas, las más cercanas, una se había echado pareja y desde entonces estaba desaparecida. La otra se mudó a las afueras, más cerca del curro, al principio hacían el esfuerzo de verse pero ahora cada vez menos, algún cumpleaños, alguna comida, no más de una vez cada... dos meses.
Había leído, en los últimos meses, los peores libros de su vida, no tenía mucho tiempo para pasar en una buena librería y compraba los libros más leídos o los que le recomendaban en la oficina ¿qué tipo de mierdas lee la gente?
Tenía la tensión alta y el colesterol en línea ascendente, de tanto café y tanto mal comer.
Con todo lo malo que podía quemar pensó si no sería más sencillo quemarse ella, pero bueno, siempre hay quien está peor, eso dicen ¿no? Quizá si quemaba solo lo que iba mal de todo aquello, lo demás mejorara
Empezó una lista en la que fue tachando

Trabajo Crisis económica Desmotivación
Casa
Soledad

Ahora tocaba pensar en las cosas buenas, lo que pediría para mejorar la vida que llevaba, le hizo gracia, miró el papel a quemar y no tenía mucha lógica quedarse sin casa ni trabajo, más bien había que cambiarlo, se acordó de uno de los libros de mierda y escribió en otro papel la primera palabra:

Feng shui

Con eso quizá serviría de momento, cambiar la energía de los espacios, al menos sentirse cómoda donde estuviera.
Quedaban dos y se acordó de que un compañero de curro que le caía bien le habló un día de algo y escribio la segunda palabra:

Grupo de caminantes

Ya tenía dos de las tres, cinco de las seis y sin quemarse a sí misma.
Se acordó de que había algo que sí funcionaba en su vida, una fuente inagotable de alegría y sufrimiento, también de rutina, risas, llantos, compartir sin pensar, y que eso, le gustara o no, no podría cambiarlo y escribió su tercera palabra:



La noche llegó, fue a casa, cogió todos los horribles libros y se los llevó en un carrito al solar de al lado donde ardían varias hogueras ya. Echó sus libros y su papel al fuego y saltó, libre, la hoguera, tres veces.

miércoles, 22 de junio de 2011

Vendaval de micros... y 2

Con este micro (escrito) participé también en el Vendaval de microrrelatos 2011, todo un lujo



Vuelo rasante

Pisé una piel de plátano. Lo había visto en cómic, pero nunca lo había experimentado. Resbalé de manera que mi cuerpo quedó en el aire, horizontal al suelo, con un pie más levantado que otro, dispuesto a caer en las baldosas de la calle, encima de la piel de plátano y de una cagada de perro.
Sin embargo, me quedé así, paralizada en el aire, fruto de un fuerte vendaval que llegó por el este. El viento me volteó varias veces. Apunto estuve de golpearme contra una esquina. Otra corriente me llevó hasta la playa, depositándome suavemente en la arena.
Hay días que aunque todo parezca imposible, la suerte me acompaña.

lunes, 20 de junio de 2011

Remolino

Esta es mi participación con un vídeo en el Vendaval de microrrelatos 2011 (enlace en el menú de la derecha)
También participé con un relato, pero ese lo pongo otro día, para ir poco a poco.

Subid el volumen porque se me oye muy bajito.


Remolino

Remuevo el café pensando en el día que me espera, dando vueltas a la cucharilla y a las cosas que tengo atascadas, pendientes, y sin mirar nada más que el remolino que hace la cucharilla no reparo en que el mundo, mi mundo, da vueltas en otro remolino. Y por el agujero que se forma, van pasando las historias, miradas, palabras, las escenas inventadas, los personajes, todo lo que forma mi escritura.
No me doy cuenta de que al beberme el café me lleno de nuevo de mis microrrelatos removidos.

jueves, 16 de junio de 2011

La carne

Dedicado a Pablo Garcinuño

Hoy comí un bistec. Como siempre, se me quedan pequeños hilillos de carne entre los dientes, por eso no me gusta comerlo cuando voy por ahí, es muy desagradable andar manipulándose la boca toda la tarde. Pero hoy, afortunadamente, estaba en casa.
Al rato de andar con la lengua moviendo, para que cayera, fui al baño desesperada, y allí, armada con un cepillo dental, eliminarlo definitivamente.
Me acerqué al espejo para mirarlo, estaba ahí justo, entre el incisivo y el colmillo, y cuando encendí la luz del frente para verlo bien dí un respingo ¡se movía!
Primero morí de asco, luego el morbo me pudo y volví a observarlo, tenía que sacarlo de allí como fuera, preferí usar la seda dental por si acaso el cepillo no fuera suficiente. Corté el trozo de seda largo para hacer, si era necesario, más de una prospección y me lancé a por el asqueroso bicho con patas que se había alojado entre mis dientes.
Pasé la cinta una primera vez, no lo conseguí, una segunda y ahora sí, allí lo tenía, un hombrecito pequeño, diminuto, aferrado al hilo de seda. Ya no me sorprendí, solo me asqueé aún más ¿cómo había podido? ¡el muy puñetero! hay hombres que no hay manera de echar, ni en la noche, ni en el desayuno, ni siquiera en la comida. Esta vez no vuelve me dije, y lo lancé por la taza del váter.

miércoles, 15 de junio de 2011

El poder de la comunicación


Me enteré de que habían abierto, por fin, la piscina municipal del pueblo en el que veraneamos, así que lo comunico.
- Niños, ¿sabéis?, ¡han abierto la piscina de Puntagorda!
El pequeño me mira mientras procesa la información y hace su pregunta
- Mamá ¿quién es Ana?
Me cuesta entender el por qué de esa pregunta, cuando lo entiendo, reacciono
- Ana soy yo
Con los ojos muy abiertos me pregunta otra vez
- Mamá ¿has abierto tú la piscina de Puntagorda?

lunes, 13 de junio de 2011

Oteando


A simple vista parecía una familia feliz, pero él no había subido hasta allí para fijarse a simple vista. Metió la moneda en la ranura y acercó el zoom al máximo.
Este otro punto de vista le otorgaba matices, ella miraba aburrida por la ventanilla, los niños peleaban en el asiento de atrás y él farfullaba a otros conductores desde su berlina. No, no era una familia feliz, sólo una más hastiada por la rutina.
Tenía posibilidades con ella, mostrarle otra realidad posible, un mundo soñado y no vivido, mirar juntos las estrellas. En ese momento ella se dio la vuelta, acercó su mano a la de él y se volvió en lo que parecía un beso, justo cuando el objetivo se puso negro.
Él sonrió, no necesitaba ver más, allí arriba su tiempo había concluido.


Escrito para el cuarto juego del Vendaval de micros 2011: el corazón de un micro.

jueves, 9 de junio de 2011

Casamiento


Se acercó a mi padre para pedirle mi mano, y cuando le habló no esperaba su respuesta
- Verás, hace tiempo que no tengo ingresos suficientes para sacar la casa adelante. Agradezco tu propuesta, pero hace un tiempo que ella ha empezado a escribir, y lo hace bien. Antes ya tenía buena letra, y fue buena estudiante, tardó porque prefirió disfrutar de la vida, pero a ella nunca le costó sacar nota en los exámenes. Tú lo sabes, es lista. Y yo no soy un hombre de muchas palabras, aparte de contar anécdotas no me oirás hablar más de la cuenta. No, no puedo aceptar tu propuesta, no te daré su mano porque la necesito, y no hay más que decir. Estoy seguro de que, con ella en casa, volveremos a tener comida suficiente para todos, pronto sus libros se venderán, ya lo verás.
Mi novio miró al suelo, cabizbajo, realmente no necesitaba la bendición de nadie para casarse conmigo o lo que quisiera, nos queríamos y ya lo teníamos todo programado, de hecho en un rato íbamos al Ayuntamiento para firmar los papeles, no sabía por donde salir de aquella situación que había empezado como una broma tonta, recordando tiempos pasados.
Y mientras pensaba qué contestar mi padre continuó:
- Aunque quizá no sean tan malo lo que dices... ¿cuando dices la mano, te refieres a la izquierda o a la derecha?

miércoles, 8 de junio de 2011

Juegos de vendaval

Está preparándose un vendaval de micros, el día 19 de junio, a las 17 horas (hora española peninsular) y durante dos horas se llevará a cabo, si quieres saber más pincha aquí

Mientras llega la fecha, las personas organizadoras nos han preparado juegos y aquí dejo el segundo de ellos, una historia de un pergamino... o un pergamino lleno de historias... esta es mi historia:

Una piedra en el camino

Iba yo viajando por tierras castellanas cuando le conocí.
Estaba allí sentado cuidando del viejo ciego y cuando eché unas monedas me invitó a beber un poco de agua "para el camino, generoso caballero, le vendrá bien parar un rato a resguardecerse del sol de mediodía". Me contó que era el mayor de cinco hermanos y que cuando anochecía iba a darles de comer, pobrecitos, que le esperaban en casa muertitos de hambre, mientras él se ganaba la vida cuidando del viejo y recogiendo limosnas. Me contó también lo del unicornio, al caer la noche aparecía por allí y frotaba su cuerno sagrado para curar las heridas de los pies, y me enseñó sus pies, sonrosados y blandos, no como los míos ajados del viaje. Tanto le creí que allí quedé esperando al pie del camino, creo que me dormí y fue mientras tanto que me dejaron, él, el ciego y la bolsa de doblones de oro que yo traía.

martes, 7 de junio de 2011

Cumpleaño

Hoy este blog cumple un año de andadura, quién iba a decir... mi retoño ya se está haciendo mayor, y lo que nos queda por correr juntos... por la casa, claro, nada de salir al campo que lo dinamitamos todo.
Tengo la suerte hoy de contar con un regalo que me había dejado guardado en la chistera (una de esas que me ha regalado Kum* alguna vez). Es el que me hizo Marina en la megaquedada microrrelatista por mi cumpleaños (me lo había prometido) y me parece la mejor forma de homenajearme a mi misma, al blog y a las 182 entradas que tengo, incluida esta.
Y por supuesto de agradecer a quienes venís aquí a leer y a comentar, sin vuestra presencia esto no sería lo mismo y yo hubiese humedecido la dinamita con las lágrimas ;)



Como regalo también os dejo la primera entrada que tuvo el blog y una por mes, por quien quiera darse un baño de nostalgia y dinamita a partes iguales.
Gracias por venir y por estar en mi corazón.

Primera entrada: el libro de mar
Julio 2010: Micro perdido
Agosto 2010: Miércoles 18
Septiembre 2010: La gran cita
Octubre 2010: Clases de salsa
Noviembre 2010: Tu dolor
Diciembre 2010: Pasiones calladas
Enero 2011: Caminos
Marzo 2011: El paseíto
Abril 2011: El salto
Mayo 2011: Cenizas

domingo, 5 de junio de 2011

La espera


Como una promesa se quedó esperándome en ese andén durante veintitrés años y medio. Todo ese tiempo sintiendo su mirada detrás y su espera para que volviera.
Sin embargo, al pisar de nuevo el andén, él no estaba allí. Tuve que regresar al mismo sitio veintitrés veces para creerme que solo había sido una idea en mi mente, y cuando decidí irme, por fin y para siempre, él apareció, invisible, para despedirme.
Solo que, aquel día, yo no me dí la vuelta para mirar.

*Escrito a partir de la frase final de la película Un toque de canela, que podéis ver en el vídeo adjunto

viernes, 3 de junio de 2011

Regalos megaquedada microrrelatista


Aunque en realidad el mejor regalo fue conoceros, y pasar ese día maravilloso, lleno de energía de la buena, de caras amigas... pero además de esa suerte, me llevé a casa un montón de regalos maravillosos. Falta uno, que me hizo Marina, pero ese merece entrada aparte porque tiene "otra temática". Perdón por la espera, desde el 14 de mayo he tenido unas semanas "agitadas", pero ya me voy recuperando.



Este es el relato que me tocó en el sorteo, de Ángeles Sánchez, lo tenéis ya publicado pero a mi me lo regaló con el pequeño saco de Andreita, así que lo he escaneado todo junto. Además el marcalibros de Juanlu también es de Ángeles, bueno, en realidad me tocó uno mío y se lo cambié a Manu Espada por este y él se llevó el mío para casa. Gracias!!!!!

Lola Sanabria antes de irse a comer, me entregó este relato tuneado, traía dos y uno se lo quedó Manu Espada, yo me "quejé" un poquito y recibí otro, es precioso, verdad? y el relato... uf, brutal. Gracias, Lola, eres un sol de colores.

Elisa traía este micro para regalarnos a tod@s, muchísimas gracias, Elisa, qué curro!!!



Este fue el regalo de Dannik Lammá que me entregó en la comida. Muchísimas gracias!!!

Mi micro tuneado lo tiene Sandra Lorenzo y la entrada con el relato la podéis leer aquí.

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