lunes, 28 de enero de 2013

Maniquí

Fotografía de Rafa Turnes

Todos los hermanos hablábamos con ella, a veces por turnos, siempre en la intimidad en que habitaba. Era entrar y encontrarla, esperando. No había manera de no decirle todo lo que sentías, la vida que pasaba sin que ella, en su baño perpetuo, se inmutase. 
Poco a poco fuimos saliendo de aquella casa. La dejamos allí, pero nunca la olvidamos. Laura empezó a usar lentillas azules, aunque no logró alcanzar para sí esa mirada triste. Tomás se travestía por las noches, envuelto en lamé plateado y con su marca característica: una equis de esparadrapo en el pezón izquierdo. Inés no dejaba crecer su pelo, lucía una cabeza suave, tersa, brillante. Y Alberto... bueno, él se hizo escaparatista.

----------------   ----------------   ----------------   ----------------   ----------------

Propuesta de relato a partir de una historia, una fotografía y un maniquí, en conjunto con Inés Arias de Reyna y Alberto Corujo

sábado, 26 de enero de 2013

Orden de evaluación


El enunciado era claro: tenías que quedarte aquí, sumarnos y después multiplicar. Sin embargo preferiste salir, multiplicarte por ella y dejarme sin exponente. Y dices que al final todo es igual, pero a mí las cuentas no me salen.

viernes, 25 de enero de 2013

Secreteos



Aquella noche de septiembre estaba la urbanización tranquila, con algunas conversaciones a media voz, cuando se empezaron a oír los gritos. Los vecinos se quedaron callados, solo se escuchaba alguna risa sospechosa, mientras aquella mujer gritaba desaforadamente en mitad de un orgasmo interminable. Parecía mentira que un orgasmo pudiera durar tanto, y seguramente tuvo su eco en algunas parejas que, con más prudencia, cerraron sus ventanas.
Cuando aquello cesó, se formó una pequeña algarabía en las distintas terrazas, risitas ahogadas y conversaciones cómplices de un balcón a otro.
Tres o cuatro días después, en los periódicos contaron el suceso: un hombre había descuartizado viva a su mujer en una vivienda de esa urbanización. Desde entonces, los vecinos se saludan cabizbajos, no salen a la terraza de noche y hay un pacto implícito de hacer el amor con las ventanas cerradas. En silencio.

Relato escrito durante el Microtaller de Humor de la Escuela de Fantasía

lunes, 21 de enero de 2013

Juanito


Foto robada de la red

Estábamos citados a las cinco en la sala de profesores, por Juanito otra vez. Yo me apuré para salir del trabajo a tiempo, y tú ya estabas esperando en la puerta, con ella.

Entramos en la sala. Se filtraba el sol a través de las persianas creando un código morse en una de las paredes, ilegible por culpa de la sombra de Don Jesús, el profesor.

–Siéntense –nos invitó. Y nos sentamos tú y yo, ella detrás de tu silla con la cabeza gacha. Don Jesús hacía como que no la veía.– Estoy preocupado por Juanito, no solo no atiende en clase sino que se dedica todo el día a pintar circos romanos, con carros de combate, gladiadores, caballos, …


Un silencio incómodo se adueñó de la habitación y todos evitamos mirarla a ella, tu esclava cristiana, a la que la piel se le caía a colgajos por los mordiscos de los leones. Pero todos adivinábamos su sonrisa maliciosa.

Yo le pedí a Don Jesús por favor que se apartara, no soportaba ver ahí ese párrafo en morse y dejar la lectura a medias. Él se agachó un poco y pude leer. La señora de la limpieza por fin me había dejado la receta de su famosa tarta de plátano.

–No se preocupe, Don Jesús, ya me encargaré yo de que Juanito deje de pintar circos –y acaricié en mi bolsillo la llave de la jaula.


Relato escrito en el microtaller de humor de la Escuela de Fantasía,LeLe sobre el humor absurdo.

jueves, 10 de enero de 2013

I carrera verde

El vigilante nocturno


Desde mi pájaro alado observo vuestras jaulas. Siempre he odiado este trabajo, después del toque de queda no puede deambular nadie por la ciudad. Y así he pasado noches y noches de aburrimiento. Alguna vez he creído ver algo o a alguien y, tras disparar, he comprobado que, en el mejor de los casos, era un gato callejero o un perro desahuciado. Nadie se atreve conmigo, en mi zona todos saben que soy el mejor, que con mi vista panorámica nocturna no escapa nadie. 
Sin embargo, hace días que noto algo raro, un movimiento leve en algunos huecos oscuros, un ligero eco de pequeños pasos, sombras que se repiten a diferentes horas. Pensé que me estaba haciendo mayor y que ya no era el mismo, pero puse especial atención en esas horas indecisas en que la luz cambia, y por fin acerté a ver por donde salía ella. Sí, ella, una niña. No pude disparar, me quedé ensimismado mirándola, me recordó a mi infancia, traía un aroma a flores y a campo que permanecía olvidado en algún lugar lejano de mi memoria. 
Así, me pasé días observándola en su ir y venir, recoger cosas de todas partes y llevarlas a un almacén abandonado, pero sin hacer apenas ruido, sin casi mostrarse, con una ligereza de movimientos que solo una niña podría tener. No sabía qué hacía allí pero no me importaba, mientras la seguía por la ciudad logré una plenitud que hacía mucho que no sentía. 
Hoy por fin parece haber terminado, del almacén ha sacado un artilugio con ruedas, algo parecido a las bicicletas con las que jugábamos de pequeños, pero no es exactamente eso, tiene velas como si fuera un barco, alas como las de un avión, y flores, muchas flores de todos los colores. Ha comenzado a pedalear, mirándome fijamente a los ojos y ha salido volando, rodando, navegando hacia mí, hasta dejar grabada en mis ojos de metal esa sonrisa perfecta



idea original de Luisa Hurtado
encontraréis las bases y la configuración de equipos.


Somos cinco equipos de escritores y un ilustrador por equipo.
Llegaremos a la meta pasándonos el testigo de teclado en teclado
y tomaremos la frase final anterior para nuestro micro ecologista.

El testigo me lo ha pasado LAURA GARRIDO


Y yo se lo paso a CARMEN MARTÍNEZ (ilustradora)
en su blog CIRUJANODE LETRAS

¡¡ANIMO "REPOLLOS"!!

lunes, 7 de enero de 2013

Mariposas

Para Aquello no era yo, por la inspiración



Queridos Reyes Magos:
Para él os voy a pedir bandejas de gusanos, una para cada día. Que pueda tenerlos siempre en su menú y se le conviertan en mariposas al llegar al estómago. Que no paren de revolotearle, que no deje de sentirse enamorado. 
Pero no de mí, por favor, de mí ya no.


viernes, 4 de enero de 2013

El día que dejé de llamarte


Cuando te marchaste, traté de asumirlo como pude: pasé del estado de shock al llanto, del silencio al no parar de hablar, siempre con lágrimas por medio. Pero era imposible, sin ti no quería seguir. Así que te llamé, un día tras otro te pedí que volvieras. Y lo hiciste. 
Venías algunas noches, me abrazabas y yo lloraba sabiendo que no te habías ido y que seguirías a mi lado; pero por la mañana te marchabas de nuevo y tu olor se quedaba en la almohada, que yo lavaba en un arranque de valentía, de puedo sola. Después de unos días, lavar la funda de la almohada no era suficiente, el olor de las sábanas también había que eliminarlo. Y luego empezaron a molestarme los gusanos, que me hacían cosquillas en los pies cuando los pegaba a los tuyos, tan fríos, tan como siempre. 

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...