viernes, 28 de enero de 2011

Premio "Arte y pico"


Torcuato, del blog Todo nuevo bajo la luna me ha concedido este premio, y ha dicho en su blog cosas muy bonitas de mi por lo que estoy sumamente agradecida.

Y para continuar el premio, tengo que concederlo a 5 blogs a mi vez, y como comprenderéis es una tarea ardua y casi imposible, pero bueno, yo cito a 5 que me gustan (los que leo me gustan todos y de los que no leo también muchos me gustarían, seguro) y los que no cito ya los sabéis: me encantáis.

Así que allá voy:

Aprendiz de palabras, Su no solo aprende palabras sino muchas otras cosas y a cambio de lo que ella aprende, nos toma de la mano para soñar a su lado.

Relatadamente tuya, Anita escribe directamente con el corazón, y tiene un corazón con mucho ímpetu y emociona, y cuando la leo me llena a mi también de emociones.

Relatos para leer de pie, Belén escribe sentada, pero lee de pie, de eso estoy segura, y también toca el violonchelo. Y escribe mientras toca, o piensa, o no sé, pero tiene un arte en lo que hace que ya me gustaría que me pasara un poquito.

Historias de carteros, Pablo escribe con tanta ternura que no puedo sino quererle cuando le leo. Lo peor que tiene es que no escribe mucho en el blog, pero cuando lo hace me llena con sus palabras. Además es mi compañero de vida, y me deja relatos en los márgenes de los sudokus.

Gastronomía de letras, Tor Fresa es cocinero y cuentista, y lo demuestra muy bien en su nuevo blog, en el que espero leer ricas y relatadas recetas de vida, porque lo que Salva sabe es vivir y reír y jugar y abrazar.

Ah, ¿pero que son todos de La Palma? uy, pues qué curioso... es que en esta isla, las letras vuelan con el viento y llegan a nuestros papeles y plumas en forma de relatos.

miércoles, 26 de enero de 2011

Con la música a otra parte


Hace tiempo que Antonio no recibe visitas, allí quedó un buen día cuando sus hijos partieron a otras islas donde el trabajo les llamó. No tenían tiempo para nada ni nadie, ni para sus propios hijos (los nietos de Antonio) que pasaban los días entre colegio, actividades extraescolares y televisión. Habían intentado llevarle con él, pero él prefirió quedarse.
En la residencia no se vivía mal, la comida era pasable, la compañía buena y silenciosa y estaba en mitad de su tierra, en el campo, rodeado del verde de las medianías, donde él quería morir cuando llegase su momento.
Echaba de menos a Eloísa, pero la recordaba más nítidamente los días que el cartero pasaba por allí, y a Antonio se le dibujaba una sonrisa en cuanto le oía. El cartero siempre entraba canturreando, y a él le venían a la memoria la voz, la sonrisa ancha y los grandes pechos de Eloísa. Y siempre se despedía de él diciendo "venga, con la música a otra parte".

*Inspirado por una anécdota de El cartero

martes, 25 de enero de 2011

Caminos


Cuando se me plantean decisiones, me bifurco. Una parte de mi toma una decisión, otra parte toma otra, así estoy segura de no equivocarme nunca.
Hay una yo que estudió periodismo y escribe en sus ratos libres, otra se dedicó a la psicología y aprende nuevas técnicas de conocimiento de las personas. Una diferente se quedó en México viajando por el país. Otra sigue casada y consiguió ser feliz con mi ex.
Hay otras que simplemente se fueron un día de paseo mientras yo me quedé, la que siguió bailando o la que decidió ir al cine aquél día.
Los días de nostalgias me reúno con alguna de ellas y les pregunto como les va la vida, si disfrutan del día a día, y depende del día, ellas están felices o como yo, sienten nostalgia de mi.

*Dedicado a Luisa Hurtado y Lola Sanabria, por la inspiración

jueves, 20 de enero de 2011

Ella fue primera


La mirábamos mientras se lo pensaba, ni siquiera sospechamos que fuera a dar el salto, y cuando finalmente lo dio, y llegó tan alto y cayó con tantas ganas, no nos quedó más remedio que plantearnos que nosotras íbamos después.

Para Su, que aprende palabras, sueños, viajes y mundos, siempre por delante de sí misma, siempre por delante de las demás personas que la acompañan.

martes, 18 de enero de 2011

Instrucciones para colocar el papel higiénico


PREÁMBULO

Cuando usted toma en sus manos un rollo de papel higiénico no está haciendo una tarea del hogar, no está haciéndole un favor al que se sentará en el váter después, ni siquiera es una simple obligación. Cuando usted toma en sus manos un rollo de papel higiénico está sirviendo al más elemental y sagrado fin del universo mismo, está contribuyendo a finalizar dignamente el ritual más placentero del ser humano.

INSTRUCCIONES

Tome el rollo con el final de su extremidad superior izquierda, allá donde se encuentran los cinco dedos, que para abreviar llamaremos mano, siempre que sea usted diestro, en caso contrario será mejor tomarlo con la extremidad superior derecha, o mano derecha, para diferenciar, a la anterior que citamos la llamaremos mano izquierda.
Como verá, dando un par de vueltas al rollo, a primera vista le parecerá que no está enrollado en espiral sino en sucesivas tiras de papel colocadas paralelamente unas tras otras. Pero si fija bien su mirada, podrá descubrir, no sin sorpresa la primera vez, que el rollo tiene un final adherido al resto de forma tan sutil que es casi imperceptible. Con mucho cuidado separe el final del rollo del resto, esto es, pase delicadamente el dedo índice de la mano derecha (no sin haberlo aseado adecuadamente primero) bajo la holgura más cercana que encuentre al final del mismo y llévelo de un lado a otro como si estuviera abriendo una carta.
Una vez separado el final del papel colocaremos el rollo en el rodillo previsto para él en una de estas dos posiciones:
Con el papel suelto colgando por la parte delantera si usted piensa que el papel podría ensuciarse con la pared antes de ser utilizado.
Con el papel suelto colgando por la parte trasera si le parece que al existir más resistencia, el corte de papel cuando sea usado va a ser más limpio y cómodo, y al tirar del papel no quiere correr el riesgo de gastar más del necesario.
Por último y si está de enhorabuena, estrene el rollo y dese un gusto para el cuerpo.

lunes, 17 de enero de 2011

Tenemos que hablar


Tengo que decirte, que desde que te fuiste he cambiado como querías, hago deporte, trabajo muchísimo, leo los libros que me habías recomendado, soy más limpio y ordenado, gasto poco dinero, he contratado un plan de pensiones y estoy buscando un piso a tu gusto.
Por otra parte no paro de darle vueltas a nuestra relación, tus idas y venidas, tus te quiero y tus no quiero saber nada de ti, y he dado con la solución a nuestros problemas, he decidido romper lo nuestro. Lo siento pero no funciona, ahora estoy seguro.
Y no es solo por la forma tajante en que que te has ido esta vez. Es solo que no me gustan los fantasmas.

viernes, 14 de enero de 2011

Flor de fuego


La araña sabía que si quería podía tejer alrededor de la flor, allí comería todo lo que le apeteciera, porque notaba como todos se sentían atraídos por ella. Pero amaba a esa flor, sentía calor cuando se acercaba a ella y sus estambres la acariciaban delicadamente cuando desaparecía entre su blancura.

*Foto de Nuria Sánchez

jueves, 13 de enero de 2011

Los tigres escupen: La saliva del tigre de Pablo Gonz


De lo fascinante y necesario de Libertad a la levedad y el soplo de aire fresco de Mio, me encuentro, con conocimiento de causa, con La Saliva del Tigre, el nuevo libro -en este caso de minificciones- de Pablo Gonz.
Para mi, no es solo un libro de minificciones, ni de cabecera, también es un libro de texto en el que estudiar entre líneas las técnicas que Pablo utiliza y experimenta con tanta precisión. Por hablar de algunas, el uso de las imágenes (Mientras duerme), los paréntesis (La comisión), elipsis (El destino de un hombre o Noches de Valencia), la naturalidad de su narrativa (Viajeros), el manejo de los diálogos (La puerta), experimentos (El el beso beso), los adjetivos (El Minotauro).
Con Pablo Gonz, nada queda al azar, todo está medido y estudiado, llegando a quien lo lee fresco y claro, llegando a parecer sencillo lo que no lo es, algo que es fruto del esfuerzo de un gran escritor.
Por otra parte, Pablo Gonz no es solo un escritor, el contacto con las personas que lo leen es parte de su vida y labor como tal.
Y además, Pablo Gonz es un amigo.
Lo único que lamento de la lectura de estos salivazos es que cuando los vuelva a leer en su blog ya no será la primera vez, pero para entonces y gracias a mi gran capacidad de olvido, los leeré con nuevos ojos, y en caso de que no, habré madurado mi comentario top.
Gracias, amigo Pablo, por el regalo de leerte.

Ahora me gustaría, como pequeño homenaje a este insigne autor, describir como lo percibo desde aquí, con un microrrelato de andar por casa.

Pablo se despierta temprano, como cada día sale al bosque y rebusca entre las piedras, seleccionando las que le gustan. A lo largo del día va recogiendo otras que encuentra en su camino. Todas van a parar a su viejo zurrón, aquél que trajo de León, para vaciarlo en una mesa maciza al llegar a casa, por la tarde. En ese momento tiene que elegir una sola para trabajarla. Entonces saca su cincel y comienza el trabajo duro, unas veces elige piedras grandes y les saca formas por todas partes, otras una piedra chiquitita con la que el trabajo es titánico, cómo quitar sin que falte nada. Mientras ranura y desbasta la piedra sonríe con sus propias ocurrencias, se nota que disfruta. Lo consigue, casi siempre lo consigue y cuando termina y mira su piedra se siente satisfecho por el trabajo hecho. Después la teclea en su ordenador, dejando la piedra bajo la manta de la cama de invitados.

Pablo, el escultor de minificciones

Le podéis encontrar en su blog: El blog de Pablo Gonz

martes, 11 de enero de 2011

Volver


Abro los ojos al despertar, estoy en una estancia amplia, blanca y luminosa, tumbada en una cama pero no me duele nada. Debo estar muerta, pienso, tengo un vago recuerdo de una punzada en el estómago, de dolores de cabeza y piernas cansadas, pero en mi chequeo nada de eso aparece.

Muerta ¿y ahora qué? -me pregunto. Pero entonces entra alguien en la estancia, una mujer agradable de pelo descolorido que me sonríe y se acerca a mi, me acaricia la cabeza sin decir nada y le pregunto ¿donde estoy? ¿qué ha pasado?. Ella me mira con preocupación y cuando me contesta no entiendo nada, habla muy raro. Se va y vuelve con más gente que me habla, un chico joven, tampoco le entiendo, ni al hombre mayor que también trata de decir algo. Yo les sigo preguntando pero todos hablan entre sí y parece que no me entienden. Me hacen señas pero me cansa esta situación, me falta el aire.

La siguiente vez que abro los ojos hay una mujer a mi lado, su pelo es luz y habla muy pausadamente, pero no la entiendo y niego con la cabeza, me habla otra vez, parece que lo hace diferente pero con el mismo resultado. No entiendo nada, le digo gesticulando, entonces veo brillar sus ojos. Se va y vuelve con algo que coloca en mis oídos, y de ahí salen sonidos familiares, parece una conversación pero algo me impide comprender, falta algo y no sé qué es. Miro suplicante a la mujer de luz, asiento, porque entiendo que hemos avanzado y con la mano me tranquiliza.

Día a día voy cogiendo fuerzas, aunque aún me canso mucho y a veces me falta el aire y me desmayo ¿quién me está cuidando y por qué? ¿quién soy? ¿dónde estoy?

Días después trato de caminar, mis piernas no van muy bien, también noto que les falta aire. Y lo que siento es que en el agua me siento bien, cuando me lavan y cae agua sobre mi, me siento en paz y me dan igual todas las preguntas que se agolpan en mi cabeza.

Cuando ya estoy mejor, vuelve la mujer de luz y me lleva con ella en coche. De pronto noto un olor familiar y debe ser que ella sabe porque me mira mucho y sonríe. Por fin para, y lo que veo me dan ganas de correr, aunque no puedo.

Estoy en casa, camino, camino, camino, nado, nado, respiro por fin y mi cuerpo pálido y cansado se llena de escamas.

viernes, 7 de enero de 2011

Junto a la Cruz


Hace tiempo que no quedan humanos por aquí, el sol calentaba tan fuerte que se fueron transformando en otros seres. Proliferaron los hombres cucaracha y las mujeres araña, siempre tejiendo nosotras, ellos rebuscando en la basura. También se modificó la reproducción para no tener que mezclarnos nunca más, la separación entre nuestras especies ha sido absoluta.
Pero esta noche, justo antes de la salida del sol vi un hombre puro acercarse a la cruz, algo instintivo me revolvió por dentro y perdí conciencia de mí misma, comencé a tejer todo lo que estaba a mi paso, con la sola idea de devorarle.
Ahora conservo un regusto metálico.

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Gustavo Serrano es fotógrafo, en estos días va a exponer parte de su obra y como acompañamiento a las fotos se añadirán textos, gracias a Pablo Garcinuño, del blog En Mal Estado, participo en la propuesta de añadirle texto a esta foto de los Cuatro Postes, en Ávila. Os recomiendo la visita a la web del autor de la fotografía:

http://www.gustavoserrano.es

miércoles, 5 de enero de 2011

El regalo


Hoy me sentí regalado
Consumista de esperanzas y optimismos
Gasté las palabras justas para un esbozo de sonrisa
Compré un rojo atardecer y algunos abrazos
Paseaba satisfecho y lleno de bolsas y bolsas
de ganas de querer.

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Esto no es mío, tengo un poeta en casa que escribe en los márgenes de mis sudokus, y me ha regalado esto que me parece muy grande. Aquí os lo dejo para compartir.

Si queréis conocerle mejor: El cartero

martes, 4 de enero de 2011

Últimas noticias


Este año los Reyes Magos llegarán tarde. En su recorrido, los camellos pararon a beber en el Río Torna. En Hungría.

lunes, 3 de enero de 2011

Liturgia doméstica


Después del vino me das la hostia.

domingo, 2 de enero de 2011

La ventana


El año ha comenzado como todos: campanadas, uvas, fuegos artificiales, revival televisivo, bailes y champán, borracheras sonadas, controles de alcoholemia, amanecer, dolores de cabeza, espidifén, calles vacías, niños aburridos, padres y madres ojerosos.
Tuvimos que contárnoslo unos a otros, ya que por arte de magia se han acabado las noticias. Lo que ocurre en el mundo ha dejado de interesar y ya solo miraremos por la ventana para ver las miserias ajenas, y de paso, las propias.
Feliz Año 2011

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