viernes, 22 de octubre de 2010

Clases de salsa


Los viernes por la noche íbamos a clase de salsa, era el mejor rato de la semana. Siempre había más mujeres que hombres, por lo que las que ya sabíamos bastante suplíamos la escasez.
En el baile el hombre siempre lleva, domina a la mujer y le indica cuando tiene que girar, cambiar de posición, o dar vueltas. Hay que saber llevar, sutileza y dominio en dosis justas, miradas y tirones leves pero firmes de mano, mano en la espalda, toque en el hombro. Me apasionaba dominarlas, y pronto dejé de bailar como mujer. Deseaba que llegaran los viernes para convertirme en él y tomarlas por la cintura enseñando quien mandaba ahí.
Un día las parejas estaban equilibradas y al volver a bailar como mujer, me di cuenta de cuál era mi destino. Ahora soy Eduardo.

16 comentarios:

  1. Muy bueno, Eduardo. Al fin y al cabo la mayoría somos heterosexuales sólo por que nos han enseñado que así es la cosa. Hay que romper estructuras... si apetece, claro.

    Besos lesbianos, insisto.

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  2. No me has dado tiempo!!!
    Esto se lo dedico a Eduardo, el mejor profesor de salsa que he tenido nunca, y con el cual disfruto moviendo el esqueleto los viernes por la noche!

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  3. Me parece muy símpatico. Dada la escasez de varones, me ofrezco candidato para ir a bailar. No dejo de ser hombre... tanto si mando, como si obedezco. Me basta una mujer apasionada... Ritmo y giros, giros y más giros.

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  4. Le tiene que dar gustirrinín recibir un homenaje así.
    Es bonita la ilustración. ¿Sabes el autor/a.?
    Un beso

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  5. Jejejeje, muy divertido el relato, y que vivan los Eduardos y sus clases de salsa!!

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  6. Gracias Kum*, a mi también me gusta romper estructuras, creo que nos han sido dadas la mayoría de las cosas y son simplemente estereotipos de nuestra época.
    Manuel, serás bienvenido los viernes noche, hay mujeres apasionadas de sobra en La Palma.
    Torcuato, espero que sí, se lo envié pero todavía no lo habrá leído.
    Maite, si gustas te saco a bailar, aunque seguro que cuando pruebes a Eduardo no querrás saber de mi :)
    Cybr, ¿pegar? ¿cortar? sano seguro que es.
    Un abrazo salsero

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  7. Te invito a aprender a bailar saltones asturianos, o el pericote,... Hay que tener un aguante grande.

    Blogsaludos

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  8. Adivín, yo fui bailarina antes que cuentista, y además soy 1/4 asturiana (Bascarán), así que acepto encantada y voy cogiendo fuerzas!
    abrazos

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  9. Por cierto Tor, la imagen la saqué de aquí, pero no dice nada de su autoría:
    http://ciudadtarragona.olx.es/profesor-de-baile-salsa-bachata-merenge-o-lambazouk-iid-24316224

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  10. Jo Ana, esto parece un blog de "Contactos" lo digo por: "cuando pruebes a Eduardo no querrás saber de mi" o por lo de: "hay mujeres apasionadas de sobra en La Palma". Que risa. Bueno no comparto mucho la filosofía del baile latino (podría haber una especie de acuerdo de quien guía y cuándo para turnarse un poquito), pero está chulo bailar, es divertido, doy fe de que esas clases están geniales.
    Besitos bailarines!!!

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  11. Muchas gracias Ana.
    Que tonto/a soy, yo pendiente de medidas, de contar pasos, de corregir posiciones y esas pasiones fluyendo en la sala, entre sudores y risas.
    No te estrañes si el próximo viernes me ves desconcentrada/o.
    Y piensa que en el fondo lo que nos domina a los dos son los ritmos de la vida y los ritmos latinos que se hacen fiesta en nuestros cuerpos....

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  12. Lo que yo digo: los cuerpos nunca mienten.
    Me gusto tu micro, Edu.
    Un fuerte abrazo,
    MARISOL

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  13. qué ganas tengo de que me saques a bailar!

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Si quieres, deja tus huellas al andar por mi casa.

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