lunes, 29 de abril de 2013

jueves, 25 de abril de 2013

Despojados



Ya no hay otro nombre, los relatos ReC que no llegan, son despojados, y pronto ese nombre dará de qué hablar, tiempo al tiempo.

Estos son los míos de hace unas semanas:



Ecos

—Que se arrime un poco más al borde de la cama y se levante el camisón ¿Es que no oye, abuela?
Pero la abuela hace un rato que ni oye ni escucha. Que solo ve las hojas moverse por la brisa suave de la primavera, las estrellas brillantes sobre las balas enormes de paja y el granero donde se encuentran cuando se escapa por la ventana con la escalera de mano. Y ahí espera, mientras se quita las briznas de hierba enganchadas, hasta que aparece y le pide que se desnude para él.


En serie

Que se arrime un poco más al borde de la cama, le dice el comisario, que ahí es donde debía estar colocada cuando la apuñalaron. En ese momento ve algo en el suelo, bajo la cortina, pero no dice nada. Se queda sentada hasta que él sale de la habitación, entonces lo recoge. Es su pintalabios rojo, el que busca desde hace meses. Se acuerda de que las víctimas llevaban los labios pintados. Se da cuenta de que ella será su objetivo pronto. Su destino. Solo puede ser él. Por fin. Y decide esperar.



jueves, 18 de abril de 2013

I+D



Son tiempos oscuros. Siglos atrás, los recortes convirtieron a los científicos casi en nigromantes y a los pensadores, en eremitas. Pero hoy, por fin, ha llegado el día en que el sol derrote a la noche. Un científico se convierte en el héroe voluntario que se ofrece a dejar atrás el mundo que conoce. Sus compañeros le colocan el traje, ajustan correas y mecanismos, y le  dan un abrazo. El voluntario monta en la máquina y la activa. Su cuerpo se estremece, se multiplica, se encoge, se estira, se fracciona y, tras un destello, vuelve a reunirse: ha viajado a principios del siglo XXI, en ese punto difuso del tiempo en que el dinero se volvió más importante que las personas. Según lo programado, aparece súbitamente encima de la mesa del consejo de ministros. Detona la carga. Una nube de humo y el olor a carne quemada lo impregna todo.
Harán muchos más viajes, pero no volverá a faltar una mascarilla en el equipaje.

lunes, 8 de abril de 2013

Presupuesto

Imagina a Harvey Keitel mirándote fijamente, con esa mirada profunda que revela que sabe lo que piensa, lo que tú piensas, lo que pensamos todos. Pasa el tiempo y tú tiemblas mientras esperas a que ocurra algo, reflejado en sus ojos pequeños. Entonces, poco a poco, se achinan en una mueca que empieza justo ahí, en sus ojos, las comisuras de sus labios suben, crecen sus arrugas, y se forma una sonrisa ancha; ves sus dientes y le oyes reír, con una carcajada que le cambia toda la cara. Ahora no puedes evitar reír tú también.
Pero la realidad es que mi presupuesto no llegaba para contratar a Harvey Keitel, y aunque el actor que he conseguido es bueno, todos sabemos que tendría que ser muy especial, yo debería haber escrito mejor este microrrelato, y tú ser más comprensivo con el final.


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