sábado, 7 de septiembre de 2013

Con la luz apagada




Que si te puedes quedar a dormir, preguntas, y te dicen que sí, pero que tienes que compartir cama con un amigo que llegó primero, que no hay más camas, y que seguro que no le importa. Y entras, y resbalas bajo la sábana, con una camiseta y unas braguitas, porque hace mucho calor; te pegas a tu lado y ni le tocas. A mitad de noche os rozáis entre sueños y de la piel con la piel ya se sabe; el roce se hace presencia, y la presencia besos y jadeos. Y cuando todo termina te invade un sopor y caes de nuevo en el sueño, hasta que la luz entra en la habitación blanca y puedes mirarle, pero él ya no está; tampoco en la casa, y a ti te avergüenza preguntar. 

Desde entonces, caminas por la ciudad y miras a todos sin saber si alguno será él, o si él te sabrá.

*******

Miguelángel Flores, del blog Eternidades y Pegos escribió una segunda parte para esta historia. No dejes de leerla, para ello pincha la foto:

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Distancias insondables

Niño geopolítico observando el nacimiento del hombre nuevo, Salvador Dalí

Hace días que me duermo, que caigo en un sueño oscuro si intentas hablar de lo nuestro. Nuestra convivencia, nuestro espacio o tiempo juntos, nuestras cuentas. No importa con qué intentes empezar la conversación, caigo profundamente y te dejo monologando, acompañada de mi respiración. Y sé que te desesperas, pero no puedo hacer nada. Ni la coca-cola ni el café me ayudan.
Y cuando despierto te veo, ya en silencio; a veces tú has conseguido dormir o quizá solo finges. Y es ese el momento en que puedo vivir. Cuando no estás, cuando no me hablas. Y contemplarte tan bella, tan tú. Pero tan lejos.

                                                                 *****************

Este relato tiene otro punto de vista, el de ella, escrito por Nicolás JarqueFrustración, que podéis encontrar en su blog.
Gracias a Nicolás por estos ratos de inspiración conjunta.





LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...