miércoles, 8 de septiembre de 2010

El domador


El domador entró sin presencia de ánimo a la pista, hacía tiempo que dejó de gustarle su trabajo. Primero fue el látigo, después la vestimenta, ya no entraba con redobles de tambor y el público había cambiado totalmente. Pero lo que le podía más que ninguna otra cosa era tener que ser asertivo con los leones y utilizar técnicas de resolución de conflictos cuando uno de ellos enseñaba sus fauces.
Un día de estos, dejaría las aulas.

*Relato escrito para la reunión sobre El Circo del blog Diario de Anónima Mente

16 comentarios:

  1. Esto viene de una vieja anécdota, un día mi prima en el circo, con 7 u 8 añitos le dijo a mi tía (su madre) cuando vio al domador sacar el látigo: "mira, mama, como la profesora"

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  2. Hay veces que ante los leones cuesta no sacar el látigo. Quizás ese no es su sitio, quizás no ha descubierto el recurso q mejor le funciona.
    Besos

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  3. Nunca me gustó el Circo y sigue sin gustarme, pero reconozco que tiene un punto de ternura, de melancolía, de tristeza, como la del domador. Buenísimo el micro y su paralelismo con algún que otro maestro del látigo, je je. Y digo yo habrá algún domador/maestro sin látigo?

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  4. El equivalente del látigo sería el anillo que según cuentan las leyendas llevaban siempre las maestras para darte con él en la cabeza... Yo no lo recuerdo, la verdad. Buen micro, Ana! Espero que el protagonista llegue en buen estado a la jubilación...

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  5. Las aulas/las jaulas. Nunca se me había ocurrido el parecido. Interesante la mirada doble.
    Un fuerte abrazo,
    PABLO GONZ

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  6. Señorita... aquí le dejo este sombrero que anda de Madrid a la Palma y de la Palma a Madrid con billete de ida y revuelta.

    Yo sí recuerdo látigos, y bastones, y martillos y reglas de madera rotas en la espalda de mis compañeros... y en la mía propia. Afortunadamente eso ha cambiado... para bien.

    En cualquier caso, me uno a Pablo. El circo me puso siempre más triste que contento.

    Besos de miércoles.. todavía.

    Pd: curiosa la palabra de verificación: diller.

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  7. Anita. Madre mía, no nos educan... Nos amaestran. Me encanta el micro. Muy nítido. Golpe de mano final.

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  8. Su, si, está claro que no daba con el recurso, era de otros tiempos!
    Pablo, me gusta tan poco el circo como esos profesores/domadores, melancolía ninguna...
    Belén, Don Basilio nos hizo probar el anillo y las rodillas en el suelo unas cuantas veces.
    Gracias PG, tu mirada por aquí es más que interesante.
    Kum, espero que no aprendieras nada de lo que con tanto gusto intentaron enseñarte, lo importante es que pese a estas personas, hoy seguimos aquí y hemos aprendido cosas buenas ¿no?
    Manuel, nos amaestran y nos doman. Gracias por tu entusiasmo
    Abrazos sin látigo para todos!

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  9. Lo que dice Pablo me recuerda a un lugar que frecuento donde, en un cartelito que hay sobre las puertas, ante la palabra "Aula" hay una J escrita a boli...

    Me gustó, Ana. Un saludo.

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  10. Buen micro, me gustó...pero lo que me dejó muerta fue lo de tu prima, ¡Dios mio la maestra no se andaba en bromas!. Me encanta la música de tu blog, relaja :)

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  11. Gracias Alberto, no me paré a mirar la similitud de la palabra, pero es fuerte, sí! además las aulas suelen tener rejas en las ventanas...
    Su, gracias, lo de mi prima es fuerte, mi tía la sacó del colegio al día siguiente!
    Abrazos

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  12. Mientras que un grupo tenga que seguir a un individuo para aprender mal iremos.
    Un beso

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  13. Y mientras a ese grupo les traten como leones, peor todavía... en todos los sentidos que se me ocurren

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  14. Me encanta la imagen del domador utilizando técnicas de resolución de conflictos con los leones rugientes.

    Me quito el sombrero y la doble hilera de colmillos.

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  15. Me quedo con el comentario de Manuel, nunca había visto tan claro de dónde viene la palabra "amaestrar". Un abrazo.

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  16. Muy bueno, Anita, quizás sólo faltó hacer referencia a alguna sociedad protectora de animales.

    Saludos.

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