Los miércoles tenía el hábito de salir pronto de casa, envuelta en aquélla túnica negra, con su toca. Debajo, negro también, el encaje cubría las mejores partes de su cuerpo escultural.
Los clientes de los miércoles tenían el hábito de reclamarla así vestida. Ella sabía que el morbo estaba asegurado y era el día que más dinero ganaba, pero como costumbre no lo usaba más que ese día.
Y es que el hábito no hace al monje... ni a la monja.
*Relato escrito para la reunión sobre Frases Hechas del blog Diario de Anónima Mente
Los hábitos, como los vicios, es difícil cogerlos, pero más difícil es perderlos...
ResponderEliminarDicen que en 21 días se cogen...
ResponderEliminarEsta bien. Sobre todo el haber colocado el refrán.
ResponderEliminarUn beso.
dios es amor...
ResponderEliminargran microcuento, an.
Y aunque el habito hubiera hecho a la monja, siempre alguien hubiera recordado que fue cocinera antes que fraile...
ResponderEliminarJa ja ja, muy bueno Gotzon!
ResponderEliminarDeberíamos hacer concursos a los mejores comentarios...
Torcuato, he intentado más bien descolocar el refrán, que es lo mejor que tienen las frases hechas.
Vitt, gracias!!!
Abrazos a todes
Todos-as tenemos hábitos y hábitos. Hábitos que se acaban convirtiendo en hábitos y ocultan lo que hay debajo.
ResponderEliminar¡A por el deshábito!
Besos habituales
A esta monja le encanta deshabituarse ¿o será deshabitarse? pero solo los miércoles...
ResponderEliminarBesos Su
Un hábito a la vista para llevar a cabo un hábito oculto. Muy bueno
ResponderEliminarPrimero tenemos el hábito, luego el vicio. Pero en el caso de tu personaje lo que tiene es trabajo. Y a un trabajor se le debe respeto que embromar! Más a ella, tan cumplidora y responsable...
ResponderEliminarUn abrazo.
No pude evitar pensar en un desfile de monjas desnudas, pero sin morbo.
ResponderEliminarClaro... tenía que ser un miércoles. Claro.
ResponderEliminar...muy bueno,... me ha puesto cachondo.
Besos... lascivos.
En el hábito habita un misterio raro, un morbo pecaminoso y el intento quizas de llegar al cielo más allá de las telas. Tal vez dentro de las telas. Cuanto placer prohibido.
ResponderEliminarMe gustó mucho, díficil eso de incluir una frase hecha; buena suerte y felicidades!
ResponderEliminarUn micro que refrenda ese lado oscuro que todos tenemos, y que por tanto confirma que...el hábito no hace al monje. Un abrazote.
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