Y dio otro bocado, y luego otro más, tenía que comer, no pensar. Masticar, masticar, tragar. Ella ya no estaba allí, era solo su carne y era la única forma de sobrevivir. Él no la había matado, ella fue más débil. Así lo habían decidido, el que aguantara más se comería al otro y viviría los días suficientes hasta que llegara el rescate. Pese a todo, tenía que reconocer que estaba sabrosa.
Le encuentro el atractivo del desconcierto, porque casi hasta el final no se sabe si es ella la que se está comiendo..., además obviamente de ser una historia terriblemente gastronómica.
ResponderEliminarSaludos.
P.
Esperando una muerte para poder vivir...me has dejado con los pelos de punta. Abrazos.
ResponderEliminarSi él logra sobrevivir siempre la llevará dentro. Una dolorosa demostración de amor.
ResponderEliminarUn beso hambriento
Y qué caballeroso él, reconociendo lo sabrosa que está... seguro que a ella le habría gustado oírselo decir.
ResponderEliminarSeguro que empezó todo con una bobada que se les fue un poco de las manos...
ResponderEliminar- ¡Ay que te como...!
- A que no... tonto...
- A que sí...
Terrible desenlace! Y las últimas palabras se me atragantan...
ResponderEliminarMuy buen micro
Un abrazo
A ver si se va a aficionar para cuando lo rescaten...
ResponderEliminarUff si no se no lo leo justo después de comer :-)
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarnimodos, le tocó ser la más debil jajaja
ResponderEliminarExcelente!!
Saludos desde México
Un ingeniero que se cree escritor, o al menos eso piensa.
Un abrazo
http://elvagabundodelaweb.blogspot.com/
A eso le llamo yo el romanticismo llevado a sus últimas consecuencias. Moraleja: desconfía si alguien te dice "estás para comerte".
ResponderEliminarAbrazos retrasados,
PABLO GONZ
La frase final me ha dejado de piedra. Me ha quedado una extraña mueca entre sonrisa, asco y extrañeza... Me gustó, Ana.
ResponderEliminarPropílogo: ¿te pilló con hambre?
ResponderEliminarSu: Si he provocado eso estoy más que contenta
Odile: Que lectura más bonita has hecho, gracias!
Paseante: Igual ya se lo dijo sin conocimiento de causa (o no tanto al menos)
Bicefalepena: Hay juegos con los que mejor ni empezar ;)
Gotzon: ¿Sabes? Era uno de los finales, pero me quedé con este.
Cybr: Vaya, se ve que no te gusta, como a mi, la carne cruda.
Daniel, le tocó ser la más débil en esta ocasión, pero en otras seguro que no, verdad?
PG: A las últimas, yo diría que después de esto se acabó el romanticismo, al menos para ella.
Alberto, a mi me gusta tu mueca, eso es que te movió algo.
Banquete de comentarios GRACIAS!!!
Abrazos masticables para todas y todos
Menuda frase final. Le da el toque necesario.
ResponderEliminarUn beso Anita.
A mí me dio por las manzanas y a usted por el canibalismo... Es curioso lo que una misma frase puede despertar en el imaginario de distintas personas...
ResponderEliminar¿Qué comió primero?
Besos vegetarianos
Al final, solo es carne... jeje
ResponderEliminarYo recuerdo de pequeña, junto a mis hermanos, todos de brazos cruzados y boca cerrada, en la mesa de casa de mis abuelos, cuando tocaba comer carne de aquellos conejitos tan lindos que veíamos crecer.
Hay que tener sangre fría.
Besos
Por algo soy casi vegetariana. Solo como carne de especímenes vivos, jajaja. Asombroso Ana, me encantó.
ResponderEliminarTorcuato, la frase final es la que da comienzo a otro relato ¿te imaginas ganar y leer un montón de relatos con tu frase? uf, qué pasada!
ResponderEliminarNiñocactus, tenía ganas de plantear esa pregunta ¿por donde empezarías a comerte a otra persona? ufff, no he pensado la respuesta!
Su, a mi padre le pasó con un cerdito con el que jugaron todo el verano, un día no estaba el cerdito para jugar y había cochinillo para comer... adivina! ese día los niños no comieron.
Relatadamente mía, mejor empezar cuando están vivos, saben mejor :)
Abrazos
Ay!
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