En el bic naranja la propuesta de hoy es esta:
El gran Pablo Gonz ha empezado a escribir un cuento, ¡pero ha olvidado cómo terminaba! Yo le he dicho que la gente que escribe en los #viernescreativos puede ayudarle. ¿Te atreves a continuar este cuento de Pablo?
JUSTICIA VERTICAL
Sin que doña Haydee se percate, Justo, el de la verdulería, añade mil pesos a su cuenta. «Son 11.200», anuncia. Y ella: «Uy, cómo subió todo, ¿no?» Pero abre sin más su monedero, paga lo que debe y sale a la calle con sus bolsas. «Hola», le dice Carmelín, una muchacha que va entrando en la tienda. «Hola» responde la vieja y emprende despacito hacia su portal pero: «¡Uy, mil pesos!», uno de esos billetitos muy doblados y muy necesarios. Doña Haydee lo recoge. Mira a su alrededor, y como no ve a nadie, guarda el billete en su monedero y entra en su casa. «Son mil pesos» dice Justo, el de la verdulería, y le tiende a Carmelín una bolsa con dos kilos de patatas. «Vaya –replica la joven–, traía el billete aquí, en el bolsillo del pantalón.» Y entonces…
Si en vez de escribir un final, este cuento te sugiere otra cosa, otro punto de vista, otra historia, no dudes en escribirla.
Este es mi final:
Don Justo agita la cabeza a un lado y a otro, sabe que aún
hay cierta justicia que no escapa a sus manos. Después de recolocar calabacines
y berenjenas en un gesto aprendido, invita a Carmelín a pasar a la trastienda,
otra vez, y le da lecciones que ha tardado años en aprender, pero que a una
joven como ella le servirán para toda la vida. Por solo mil pesos.
y cuando yo iba a colgar mi historia, me encuentro con la tuya, jejej. Y me toca escribir otra...
ResponderEliminarBesos desde el aire
Está claro que Justo no te resultó simpático. Ya era un capullo, pero después de tu final quedó muy corto lo que parecía.
ResponderEliminarMuy bueno tu final, ¡vaya con ese Justo que no hace honor a su nombre, que capullito resultó!
ResponderEliminarBesicos muchos.
... entonces entró la señora Miguela y tras escuchar a Carmelín dejó caer: "desde mi ventana he visto a doña Haydee, en la puerta de la tienda, doblarse cuan toro que pide el público una oreja para el diestro y llevarse algo al monedero mientras miraba a los lados...". Averigua qué puede haber sido.
ResponderEliminarOtro posible final abierto a interpretaciones :)
Me agradó leer tu relato.
un saludo