Puedo atinar un
pronóstico con sólo mirarme en el alma.
Digo alma y no
espejo, porque el muy mentiroso siempre me muestra entera y de pie. Confieso
que atino y no que acierto, porque aquella es insostenible, volátil, devaluable,
densa, asfixiante. Mutable.
Descubrí que el
atajo hacia mi alma está inmerso en un bosque tupido de árboles desamparados, poblado
por los corceles fantasmas que se reflejan desde las manchas de humedad del
cielo raso.
Puede ser un día
de hormigón, de pupila oculta tras las nubes que derrapan en los lagrimales, y
que indefectiblemente llueven raudas sobre los prados aledaños, áridos de
caricias. Un día de cemento y lodazal, de árboles sedientos que arden de
impotencia y duelen en cada latido si cierro los párpados.
Puede ser una
jornada de surcos oreados al sol de algún recuerdo que no pestañea, para no
llamarte desesperadamente en código Morse. Corro el riesgo de que te
desvanezcas en alguna ochava de la mente si me muevo demasiado, y corro la
certeza de que no vengas.
Podría atinar un
pronóstico si lograra divisarme en el alma.
Hoy hay
demasiada neblina, imprecisión, huecos. Hoy no me acechan los pantanos, hoy no
flamean las crines.
Pero tampoco
distingo los árboles.
Caro García
Caro García me envió hace días esta foto, a partir de la cual escribí el micro Perdido. Esta es su propuesta, que hoy publico yo en mi blog, a la espera de que ella abra el suyo propio ;-)
Gracias, Caro.
No puedo hacer más que agradecerte. Por lo demás, ya te lo he dicho todo.
ResponderEliminar¡Gracias, Analma, gracias!
Caro, muchas gracias por venir de visita, y por la foto, y por la amistad.
EliminarEs un placer tenerte por aquí.
Besos y abrazos
Precioso. El alma, te esta rodeando, porque es todo un mundo Caro. Un placer leerte.
ResponderEliminarGracias, Miguelángel. Si la dueña de casa me lo permite, voy a dedicarte estas líneas, para agradecerte por tomarte el tiempo de leer un texto intruso, y comentarlo, y regalarme una esquirla de felicidad que no voy a remover. El placer es mío, y recibo tu "precioso" y tus palabras con los brazos abiertos. Un abrazo muy fuerte para vos también.
Eliminar¡Cuánta amargura! Caro, excelente la manera de escoger cada palabra para hacernos sentir tan "desgraciados" como este personaje con su propia existencia, con esa ausencia, con ese dolor.
ResponderEliminarCuando el alma duele, el cuerpo no es cuerpo sino otra materia y muy volátil.
Abrazos.
Nicolás, qué rara la sensación de recibir un comentario de alguien a quien yo supe elogiar. No tenés idea de lo hermoso que es este gesto tuyo para mí.
EliminarMe encanta la manera en que explicás los sentimientos del texto, concuerdo totalmente. Y sobre todo, con la oración final: "Cuando el alma duele, el cuerpo no es cuerpo sino otra materia y muy volátil". Me alegra haber transmitido el dolor de la soledad con claridad, por lo menos para vos.
Gracias, Nicolás, muchas gracias por esta alegría. Un abrazo enorme.