Me coloqué en la entrada para verlos, esa es la razón por la que me gusta ser la primera, para observar a las personas mientras van llegando.
El que se acerca primero va contando palabras con los dedos, hasta que llega al 99, va de la mano de una que no se decide sobre si sus palabras son exactas o muy bellas. Más atrás llega otro que lleva un libro atado a una correa y de vez en cuando lo intenta calmar y le limpia las babas que chorrea cuando pasa junto a los viandantes, les sigue otro con capa y cara de cuentista acompañado de una caja con uno dentro y muchas flechas.
Por otra calle avanza un bárbaro con prólogo y epílogo, y una muchacha que camina dentro de una pecera, entre burbujas se la oye decir “no me vengas con historias”. A lo lejos veo una que lleva una mochila y un estuche de colegio, está aprendiendo, y otra que acude escondida bajo las faldas de la mesa camilla, la misma mesa de cuando éramos niños.
Por el otro lado de la calle viene uno con su espada y un microscopio, con el zoom apunto, un niño en la maceta de un cactus emborronando cuentos, y uno con un montón de sombreros tratando de tapar su asterisco, infructuosamente.
Aparecen otros al fondo de la calle, uno parece tener mala cara, no acude en muy buen estado, y detrás viene otra con su arcón mágico, le siguen un montón de ranas junto a la rana mayor y una que no para de mirar el reloj, como contando el tiempo, sin darse cuenta de que el tiempo lo cuenta el mundo, en un solo grano de arena.
Más lejos vislumbro a uno que trata de buscar la luna por si encuentra algo nuevo o viejo debajo. Y una que tiene muchas cartas en la mano, pero no se decide a echarlas al buzón porque no llevan sellos. Uno que es muy propio y se parece más a su hija que su hija a él acompaña, sin darse cuenta, a Lola, que no necesita presentaciones porque la calle se deshace a su paso. Llega el olor del chocolate de una de las últimas, con cara de bruja, que aparece por la esquina y a la que sigue una que lleva paquetes al por mayor ¿no se dijo que uno, solo uno? Y por último veo a una rioplatense que viene cantando “Asturias, patria querida” ¿qué habrá desayunado?
Hay uno que no había visto nunca pero descubro que también viene porque de los bolsillos va perdiendo relatos, o más bien los relatos le van perdiendo a él.
Todos van al mismo sitio, están locos si no se dan cuenta de que todo el mundo les mira, de que van sembrando historias a su paso y que la gente va a perderse entre ellas sin darse cuenta.
Y yo les miro, desde aquí, con mis zapatillas de andar por casa, esperando sus abrazos, uno por uno.
Leí este relato en la Megaquedada de Microrrelatistas el pasado 14 de mayo, en la Librería Tres Rosas Amarillas, nos conocimos más de 30 microrrelatistas en persona, porque ya nos conocíamos en el plano virtual. Fue un día emocionante, y la emoción perdura... esperemos que hasta el próximo encuentro que espero sea pronto.
Me deshago en agradecimientos a todas las personas que acudieron, las que cito aquí y las que no cito y también a las que no pudieron venir y echamos en falta, que no puedo citar porque son demasiados, para la próxima estaremos más!
El micro te quedó genial, lo bordaste, tanto en su ejecución como en su lectura. ¡Y eso que me dijiste que lo habías hecho sin apenas esfuerzo!
ResponderEliminarTe mando un abrazo a las islas. Seguro que te llega
Todos te debemos mucho a ti y a tu empeño en que este encuentro se celebrase. Un beso grande (la frase que me dedicas me encanta)
ResponderEliminarEs cierto... la magia continúa.
ResponderEliminarBesos payasos.
Genial, genial, tan bien hilado, con detalles tan bien elegidos como la presentación de Fernando. Y te voy a decir un secreto, creo que Danik había desayunado casadielles, pregúntale por qué lo digo :). Aunque leído por ti, el relato era todavía más bonito.
ResponderEliminarSin duda que en la próxima estaremos. Sois los mejores! ;) Me ha encantado el relato, muy...tuyo. Besos
ResponderEliminarMiguel, me llega, sin duda!!! Lo de sin esfuerzo quiero decir que no necesité mucha inspiración, con los blogs fue necesario.
ResponderEliminarFernando, el encuentro se tenía que realizar... y nos ha sentado a todos genial!
Kum*, desde luego, la magia se ha soltado, diría yo, y no quiere volver a encerrarse.
Elisa, tu detalle es el que más me gusta, porque no es nada obvio, pero recordaba que tenías una explicación en tu blog y me encantó! No sabía qué eran casadielles pero qué buena pinta!!! ya le preguntaré.
Maite, tu no podías faltar... así que estuviste en nuestros corazones, puedes estar segura.
Abrazos mágicos
Maite
Clap, clap, clap, clapclapclapclapcl!!!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarQué precioso verlos a todos
Besos y abrazos, amigos de la Megaquedada
Pura imaginación, como un cuento; lo mejor es que todo fue verdad. ¡Hay como 30 testigos!
ResponderEliminarUn beso.
Ya te dije que tu relato me encantó, Ana. Y como ya han dicho por ahí, leído por su autora más aún. Con tu permiso, me lo guardo en mi caja de los tesoros como uno de mis favoritos. Fue un enorme placer conocerte en persona y estoy deseando que se repita la experiencia.
ResponderEliminarBesotes fuertes
Sara
Anita, campeona. Abrazotes a todos. Bonita foto de familia. Digo familia, porque me sentí como el del ALMENDRO cuando vuelve a casa por navidad. Eso sí, afortunadamente sin venir de hacer la mili.
ResponderEliminarGran relato para un encuentro nada casual.
ResponderEliminarLos que no estuvimos nos sentimos parte de él con vuestro ánimo.
Un abrazo
La próxima no me la pierdo, Ana. Quiero ver esa sonrisa que te gastas, y que tan buen rollo transmite, en persona. Pensé mucho en vosotros. Besos.
ResponderEliminar¡¡Anita!! tan cálida como su isla ;-)
ResponderEliminarA mí también me encantó tu relato, guapa, fue un detalle precioso y lo leíste fenomenal, como si hablaras en público cada día.
Muchos besos
Perfecto encuentro eh? Esa foto lo dice todo!
ResponderEliminarAbrazos de un ausente!
Un buen micro perfecto para la ocasión, y que sin duda alguna entraña su dificultad para incluir a tanta gente y no perder el sentido :)
ResponderEliminar¡Espectacular! Sóis todos micro-gigantes.
ResponderEliminarSería bueno reunir en un solo lugar todos los micros tuneados y todos los textos leídos.
Elisa: Me quedé con una impresión maravillosa de tu persona (¡¡¡Muchas gracias por el honor de recordar mi texto!!!) Y una que cree que nadie la lee... ¡jo! ¡Que lindos son todos!
Acá va lo del "desayuno":
Reminiscencia
La de los días de lluvia. La que trae ese olor a tierra mojada, a tronco de eucalipto y a grasa derritiéndose, en la sartén de la abuela… De inmediato se cuela el aroma -cómo un hilo- por la ventana del vecino. Éste, a su vez se asoma y avisa: — ¡Voy poniendo a calentar el agua para el mate!—
Vos salís corriendo con las botas Pampero amarillas… y atravesás el patio.
"Te ganaste la primera ¡y con azúcar!", exclama sonriente la mamma.
Pasás la mano por el vidrio empañado, detrás de la carretera empieza la montaña, huele a carbón, y a anís -las paisanas, acá, fritan casadielles-. Tu marido llega empapado. Entonces, te das cuenta... Estabas oliendo a nostalgia.
Genial como los enlazaste a todos en nabrazo literario!!! Que la han pasado lindo no me queda ninguna duda!
ResponderEliminarUna lástima perdérselo. Debió ser muy emocionante. A ver si el próximo se organiza por levante, con la playita...
ResponderEliminarGracias, Ana, por la investigación acerca de Pativanesca y la mesa camilla.
ResponderEliminar¿No os parece que el relato de Danik es maravilloso? Yo lo leí hace más de un año, cuando andábamos dándole vueltas a la frasecita de ReC "la de los días de lluvia" y se me quedó grabado. Con ella lo recordamos en la comida y cuando vi lo de la pregunta del desayuno pensé que venía al pelo. Ahora podéis disfrutarlo todos.
La verdad es que tanto Puck como Puck os lo currasteis de verdad. Un detalle vuestros micros recopilatorios, de verdad. Y un placer conocer a la famosa Anita Dinamita!!! Seguro que más ocasiones en el futuro para conocernos mejor. Un abrazo
ResponderEliminarAna, cómo te lo has currado!!!!! el texto es genial y ya te lo dije pero incorporar todos los enlaces lleva un curro añadido impresionante. Estás en todo!!!!
ResponderEliminarUna vez más: ¡¡me encantas!!!
Besotes
Este lo tengo. Es mío. Para mí para siempre. Con tuneado y todo de última hora. Gracias, Anita.
ResponderEliminarBesos y abrazos tuneados de rosas.
Me meto sin permiso y disfruto de su disfrute. Qué maravilloso encuentro. ¡Qué ganas de estar!
ResponderEliminar:-)
ResponderEliminarQue preciosidad, Anita.
Besazos.
Lo leo con tristeza por no haber podido ir... Te quedo muy chulo, Ana.
ResponderEliminarAbrazos.
Yuju,
ResponderEliminarnos enredaste ahí a todos, bien juntitos para disfrutarnos y compartirnos.
Me encanta enredarme y compartir contigo este día y todo lo que esté por venir.
Abrazos fuertes
O del arte de meternos a todos en un relato Anita te quedó maravilloso, y leído por tí, qué lujo.
ResponderEliminarUn besazo
Menuda sorpresa cuando leíste el micro, Ana. No me lo esperaba y me hizo mucha ilusión.
ResponderEliminarA mí, la magia de ese día aún me perdura... Espero que podamos volver a vernos pronto (en las islas o en la penínusula...).
Besos explosivos!
:)
Anita, no sabes cómo me alegra que se haya realizado ese encuentro, debe haber sido mágico. Sabes, aquí en Buenos Aires vamos a intentar uno el viernes 27, esperemos que sea tan bello como el de allí.
ResponderEliminarUn beso.
Humberto.
Fue maravillosos sentirnos todos dentro de tu cuento, Anita. Y más maravilloso todavía conocerte. Un gran micro para la ocasión.
ResponderEliminarBesos
Muchísimas gracias a todos y todas, perdonen que no me detenga uno por uno, tengo un montón de trabajo atrasado.
ResponderEliminarAbrazos virtuales