Caminan rápido, aunque les duelan los pies dentro de las viejas botas. En un montículo junto a un claro del bosque paran y distribuyen a los prisioneros en fila. Primero los colocan de espaldas, como si no quisieran mirarles, pero cuando están todos dispuestos uno ríe y dice: «no, mejor daros la vuelta, quiero veros bien», y trabajosamente, porque tienen los ojos vendados, se giran.
Entonces se colocan frente a ellos, apuntándoles, y dan la consigna: «uno, dos, tres, ¡fuego!». Caen los cuerpos sobre la piedra.
El más alto se acerca y tocando a uno con el pie le dice: «Juanito, siempre te tiras antes de oír fuego, te toca prisionero otra vez».
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Relato inspirado por una foto que me impresionó mucho. La podéis ver aquí, no quería desvelar el final con la foto.
Espeluznante!!!
ResponderEliminarNo puedo agregar más. Estoy sin palabras.
Un beso
Me impresionó tanto ver a los niños jugando a fusilamientos... es una foto antigua, supongo que de cuando se fusilaba... los niños son así, trivializan todo!
ResponderEliminarUn abrazo enorme
Los niños jugando a la guerra... ¡Uf! ¡Tremendo!
ResponderEliminarAl final del relato sentí una mezcla de alivio y congoja (a partes iguales)
Saludos.
MJ, los niños siempre han jugado a la guerra, pero esta es la guerra sucia, la de matar a prisioneros atados y sin defensa, por otro lado, puede que en su pueblo supieran de alguien a quien habían matado así y aún así juegan a eso. Me parece tan brutal!!!
ResponderEliminarGracias por venir...
Que fuerte!!!!!!!
ResponderEliminarMadre mía!!!! Me pusiste los pelos de punta!!!
Si jugaban a eso, seguro que habrian visto una ejecución. UUUFFF!!!! Espeluznante!!!!!!
Un abrazo.
Contemplar la barbarie desde niño hace que se asuma como algo normal. Una de esas cosas que pasan. Es muy duro, Ana. Un abrazo.
ResponderEliminarSin palabras me has dejado, es buenísimo, y también la idea de dejar la foto para el final. El diálogo entre foto y texto sobrecoge.
ResponderEliminarEnhorabuena, Ana.
La normalización de los niños de la violencia que les rodea. Me ha recordado al vídeo de los niños pakistanís jugando a terrorista suicida.
ResponderEliminarCuantas ejecuciones habrá visto, lo reflejan en sus juegos. Es duro.
ResponderEliminarBesos
Y ahora qué hago yo con este corazón en un puño y esta cara de tonto que se me ha quedado??
ResponderEliminarEstoy por levantarme, caminar 6 metros y, en venganza, darte un sombrerazo!!!
...maldita.
Besos de carnaval... tan cercanos... :)
Dolor, yo me quedo con dolor y pena, porque si te lo hubieras inventado podría olvidar la crueldad que implica, pero las realidades dan zarpazos al corazón.
ResponderEliminarUn besito Ana, sin guerras y sin matanzas, con mucho AMOR.
Ana Marga, espero que solo hayan oído hablar de ellas... pero quién sabe!
ResponderEliminarPedro, los niños imitan a los mayores y piensan que si ellos lo hacen es que está bien, así que no solo lo asumen como normal sino algunos como bueno, como los niños soldado... es una forma más de vivir, la que aprenden. Demasiado duro.
Elisa, esa foto me trastocó y estuve dando vueltas al texto para no estropear el efecto, esta fue la solución, me alegra que te guste!
Cybrghost, me has dejado de piedra con lo de ese vídeo, no lo voy a ver porque me duele solo pensarlo. Qué mundo les enseñamos!
Elysa, espero que no muchas o ninguna, habrán oído hablar de ellas, o no... ufff
Kum* despertarme de un sombrerazo, mmm no es mala idea! Mi querido superhéroe, ahora vete con tu corazoncito a hacer bien en el mundo, que no sabes hacer otra cosa :) y menos mal!
Anita, eso me pasa, que no me lo he inventado, es una foto antigua pero es de la vida, del mundo.
Abrazos de PAZ
Los niños juegan a lo que ven. Pero ellos juegan...
ResponderEliminarUn abrazo
Peor es en África...los niños soldados no juegan...matan de verdad!!!!
ResponderEliminarCómo digo muchas veces, y ésta será otra de ellas... QUÉÉÉ FUERTE!!
ResponderEliminarBesitos carnavaleros
Anita me parece un micro de diez. Desde el título, jugando con el paseo, hasta la resolución final. El último giro, lejos de restarle dramatismo al micro acentúa la barbarie. Una barbarie que existió, como seguramente existieron estos juegos infantiles. Me encantó, enhorabuena.
ResponderEliminarAbrazos.
Sin palabras. El micro te pone los pelos de punta. Los niños son así. Adaptan a sus juegos lo que ven.
ResponderEliminarSaludillos
Todavía se venden en las jugueterías armas de plástico para los niños.
ResponderEliminarCada vez que mis hijos las recibían de regalo para sus cumpleaños las tirabamos sin abrir.
Muy buena, Anita.
Se me ponen los pelos de punta, y lo malo es que esto es así, el otro día en el telediario sacaron a unos niños árabes jugando a ser inmolados, terrible. Muy bien llevado, Ana, el relato es magnífico. Un abrazo.
ResponderEliminarEste micro es realismo puro, tristemente. Los niños son imitadores sin moral. ¿Por qué van a tenerla si sus mayores no la tienen?
ResponderEliminarMuy bueno, Anita. Te felicito.
Besos
Un micro buenísmo, transmite a la perfección lo que quiere transmitir, el horror que viven esos niños, Muy acorde con la imagen, la vi hace unos días, pero hay un vídeo en youtube de niños afganos aún más impresionante. Juegan a hacer atentados suicidas, se ve cómo el que hace de terrorista se despide de sus amigos y todo, te dejo el link:
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=wvfG3PNMerU
El mundo de los niños es único, como tu historia. Padría pasar en cualquier patio de colegio, jugar a la vida, jugar a la muerte...
ResponderEliminarBlogsaludos
Micrazo! Me dejaste helado.
ResponderEliminarBesos.
Bien, aquí tenemos una intención sádica que si está bien resuelta como en este caso también es fuente de buena literatura. Nos ponemos en la disposición de sufrir por la muerte de estos pobres prisioneros. Por fin descubrimos que son niños jugando. La impresión queda. El problema hubiera sido exagerar los aspectos dramáticos. Por eso el que ríe y dice "mejor daros la vuelta" le da la presión justa en la primera lectura pero se la quita en la segunda. Ese momento es clave: algo así como el eje del micro. Y ya está.
ResponderEliminarBesiños,
PABLO GONZ
A pesar de que tampoco me gustan, ojalá todos los fusilamientos presentes y futuros fueran simplemente un juego de niños.
ResponderEliminarPor desgracia creo que tocará seguir peleando hasta conseguirlo.
Saludos
Bicefalepena, quizá juzgo esos juegos como no recomendables, pero lo que no es recomendable es lo que ven, verdad?
ResponderEliminarJosé Francisco, sin duda, eso ya me parece una atrocidad, no es comparable...
Su, me sumo a lo que dices!
Agus, muchas gracias por el análisis y el entusiasmo. Este micro me costó, no quería que sonara a broma porque no lo es y creo que leyéndote a ti y a las demás personas que han comentado, he conseguido el propósito.
Puck, como me puso a mi los pelos de punta la foto cuando la vi. Exactamente
Malena, me parece una idea estupenda. Nunca compro ese tipo de regalos ni a mis hij@s ni a otr@s amig@s que cumplen años.
Maite, el vídeo no quería verlo, pero al final Manu me lo dejó aquí colgado y me pareció de un realismo brutal.
Torcuato, l@s niñ@s no suelen tener moral, esa se la damos nosotr@s, así que si ven esto ¿por qué no imitarlo como lo demás?
Manu... no quería verlo, pero al final... me lo pusiste tan fácil. Eso ya me supera. Gracias por tus palabras, pensé que no me iba a salir bien el micro, pero veo que sí.
Adivín, claro y a veces se cansarán de jugar siempre a lo mismo, y prueban juegos nuevos... ufff miedo me dan.
David, esa era precisamente la intención, conseguido pues!
Pablo, gracias por la segunda lectura, realmente no quería que pareciera muy tremendista sino más bien neutro porque el golpe final me parecía suficiente tremendo. Coincido contigo en que esa vuelta y esa risa acentúan la fuerza, aunque salió así, diría yo...
Miguel, ojalá ojalá que diría Silvio Rodríguez, pero no, todavía queda un rato para eso, si es que sucede algún día.
Abrazos a todas y todos y gracias por venir y ser tan maravillos@s y pacífic@s