Susana pensaba que no acudiría al filandón, pero en cuanto llegaron a Maués, el mismo sábado por la tarde, se dio cuenta de su equivocación. Hacía un calor bastante pegajoso, el fuego estaba fuera y no dentro de la casa. Los vecinos y amigos de la familia Da Silva se reunieron en la puerta de la cocina de la casa, las sillas dispuestas en el mismo barro, junto al río, como siempre hacían, para conocer a esas jóvenes aventureras. Ellas pensaban que la aventura era la vida de aquélla gente tan amable.
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El 18 de diciembre se celebró el filandón 3.0 en León, y en todo el mundo, al calor de la lumbre se fraguaron grandes-pequeños relatos, canciones y bonitas amistades. Desde aquí quiero agradecer a sus organizadores: Alberto Flecha, Manuel, Tharasia, Venturita y Jorge Valencia; también a quienes participaron desde allí, como Fran Alegre, Francisco Flecha, Gabriel de Biurrum, Iván Trasgu, y a Lucía, que tiene una preciosa voz.
Quienes estábamos en el chat lo pasamos genial, lo vivimos muy en directo y ya se está fraguando la siguiente...
Este relato es el que envié para su publicación y allí lo podéis encontrar junto con otros muchos, auténticas maravillas!!!
GRACIAS AMIGAS y AMIGOS
Como te dije allí, me reitero. Me gustó mucho.
ResponderEliminarCómo me encantaría que en mi país se hicieran esas reuniones tan especiales :) Un abrazo Anita.
ResponderEliminarSumo mi agradecimiento al tuyo. Y mi admiración por el extraordinario trabajo cumplido.
ResponderEliminarVuelvo a dejar aquí mi admiración por la genial preparación del Filandón, y por el bienhacer de los anfitriones.
ResponderEliminarEl relato me encantó, y todos nos sumamos en aquel momento a ese recuerdo hacia Su, a la que por cierto, echamos de mucho de menos ese día.
Un abrazo a todos
Me sumo a los agradecimientos, recuerdos y felicitaciones.
ResponderEliminarSaludillos
Estuvo bien y ahora queda esperar la llegada de otro vendaval o de otro filandón.
ResponderEliminarUn saludo indio
Un recuerdo imborrable.
ResponderEliminarAbrazos añorantes o añorosos o como se diga,
PABLO GONZ
La experiencia fue increíble, y el recuerdo a Su, impagable.
ResponderEliminarUn abrazo filandonero