Hacía tiempo que todo se había vuelto tan gris, que ya habíamos olvidado los colores de la vida.
Todo era trabajar, comer, dormir, sin matices, sin nada que diferenciara un día de otro. Pero nos habíamos acostumbrado, ya nadie recordaba los fines de semana, ni las vacaciones, ni siquiera salir una noche a cenar y reírse, bailar, amar. Desde que los países declararan el estado de emergencia todos preferimos estar vivos, simplemente.
Y sin darnos cuenta un hilo tenso nos rodeaba, como si fuera a caer un chaparrón, pero la lluvia no nos limpiaba ni cambiaba los estados de ánimo, era gris como todo lo demás.
Sin embargo, aquélla lluvia llegó sin avisar, devolviendo los colores al mundo, recordando que podíamos ser felices, y el estado de emergencia, esta vez, fue por felicidad sobrevenida.
*Relato dedicado a Esperanza Casanoves, que me inspiró a través de su fotografía, si quieres ver más haz click aquí
Cuanto necesitamos recordar que el mundo es de color. Muy bueno. Saludos
ResponderEliminarLa rutina nos adormece. Quizá haga falta ese estado de emergencia. Un beso, Ana.
ResponderEliminarPor suerte, aunque a veces nos cueste verlo, la vida está llena de infinidad de colores y matices que hacen todos los días diferentes.
ResponderEliminarPara eso casos en que cuesta identificarlos, lo mejor, un buen chaparrón.
Abrazos de colores
Genial la foto, y genial el toque de atención contra la rutina.
ResponderEliminarQué preciosa lluvia de colores cuando nos sobreviene la dicha! A veces nos besa un ángel y simplemente sucede.
ResponderEliminarAbrazo multicolor
Siempre escribes cosas que me sorprenden y agradan, cómo quisiera estar en esa foto...hoy.
ResponderEliminarBuen toque de atención, cada vez somos más los que caminamos hacia la tonalidad gris, afortunadamente, siempre nos encontramos gente en el camino que nos hace una llamada de atención y devuelve el color a nuestras vidas ;-)
ResponderEliminarUn abrazo con todas las tonalidades.
Tus relatos tienen también, por regla general, una lluvia de color. Envidio el optimismo que desprenden.
ResponderEliminarMe gustó mucho. Saludillos coloristas
ResponderEliminarSon cosas tan chiquitas las que pueden traer la dicha, como una lluvia de colores. Solo hay que tener ganas de verla.
ResponderEliminarPretendientes: viene bien acordarse de vez en cuando, sin duda.
ResponderEliminarTor, un amigo mio decía "bendita rutina" pero sacarse los colores de vez en cuando es necesario.
Su, hoy he visto un arco-iris!!!
Cybr, la foto me inspiró hace mucho, hoy con el monotema de los controladores y el estado de alarma, lo he dejado salir. Son las fiestas de Bétera, en Valencia. La rutina, pues eso, buena y bueno salirse.
Patricia, y a veces, seguro, nosotros besamos a un ángel y le sobreviene la felicidad ¿no crees?
Artista, a mi me pasa cuando te leo, así que es mutuo. Te invito a sumergirte en esa lluvia de colores, hazla tuya.
Maite, y aquí tenemos mucho que ver, tus comentarios dan color a mis relatos, no lo dudes.
Sibreve, gracias, piropazo... a veces mis relatos llegan con luz.
Puck, gracias y colores
Malena, de hecho las cosas pequeñas como pequeñas gotas de lluvia son las que hacen la felicidad, pero cuesta darse cuenta ¿verdad?
Abrazos de mil colores!