Los habitantes de aquel planeta lejano cuando les queda algo por resolver en sus vidas acuden a la hipnosis, recreando una nueva vida en la que permanecen el tiempo que necesitan para llegar a su propia solución. Una vez conseguido, se van.
Cuando acuden más de una vez, lo llaman reencarnación.
Curiosa explicación, Y original.
ResponderEliminarQue no se enteren los hindús: les has birlado medio cuerpo metafísico en pocas palabras.
Y que pasa cuando te quedas en ese estado?
ResponderEliminarAbrazos fuertes
Hablan de gente en oriente que ha vivido hasta 120 años... está todo calculado, en un periodo más o menos largo aprenden lo que necesitan. El sufrimiento solo sirve para aprender, y pertenece al mundo hipnótico, no al del planeta lejano.
ResponderEliminarCasi podría decirse que son inmortales... siempre queda algo en el tintero.
ResponderEliminarGotzon, de este pequeño relato tengo un montón de ideas... como la vida misma, no hago más que darle vueltas... las iré guardando en una cajita y les preguntaré qué quieren ser cuando crezcan :)
ResponderEliminarDe acuerdo que entraste en una veta infinita,interesante y divertida.
ResponderEliminarMuy bonito. Te recomiendo lo libros de hipnosis de Brain Weis, hablan de eso mismo. Gracias por tus pensamientos.
ResponderEliminarPues Manuel, está algo relacionado un tema con otro, desde luego! A mi me inspiró Elisabeth Kubler-Ross, y creeme que trato de no dejar cosas pendientes en esta vida y aprender lo que pueda!
ResponderEliminarGracias por la referencia, lo miraré!
Me ha parecido curiosísimo este planteamiento. Me ha gustado la visión, Anita. Tal vez no nos reencarnemos nosotros mismos, si no que seamos producto de la hipnosis de otros, por eso nuestro destino está ya marcado. Ufffff, seguiré dándole vueltas al tarro. Un beso.
ResponderEliminarBueno Maite, le dí una vuelta más a lo de la reencarnación... da para tanto el tema... uf! yo también le doy vueltas al tarro
ResponderEliminarMuy bonito Debussy. Me encanta.
ResponderEliminarÓrale. Una idea muy buena. :)
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