Últimamente veía su nombre en todas partes, y notaba que a su paso todo resplandecía, todo cambiaba de color, de contraste. Parecía un mago, y todo iba tan rápido...
Incluso le dejaron quedarse más tiempo del pensado, daba tanto gusto tenerle por ahí dando brillo...
Un día se fue, y durante cinco largos años poco a poco todo fue languideciendo, esperando encontrarle de nuevo, ver su nombre otra vez y sentir el cambio.
Hasta pronto Paco
Añado tu blog a mi blogroll, saluditos.
ResponderEliminarGracias!!! Saludos
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