Él me pidió que bailara. Yo no me podía negar, era su cumpleaños.
En el cajón de la habitación oscura encontré mis viejas zapatillas, me las puse y empecé a bailar al son de la música que él tocaba. Los pasos parecían salir solos, adagios, allegros, todo cabía en esa melodía.
Cuando dejó la guitarra a un lado yo seguí bailando, y no pude parar más.
Miré mis pies, el desgaste había oscurecido mis zapatillas, se habían vuelto rojas.
Mmmmm... no quiero imaginar lo que sucedió después...
ResponderEliminarBesos
No sé si te has propuesto un simbolismo o te ha salido solo, pero hay un cierto poso de sumisión sin fin: comenzó a bailar porque tenía que hacerlo y, aun sangrando y sin música, siguió bailando.
ResponderEliminarComo dice Paseante entiendo tu micro como un acto de sumisión total. Al principio es una petición de él y ella se lo otorga. Luego, cuando él ha perdido el interés, ella ya está perdida en sus redes.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Un beso.
Rojo, color de pasión y dislate. Rojo de amor y muerte. En este caso, creo que rojo de trompicón en la vida.
ResponderEliminarBklogsaludos
Como me gusta la vida propia que toman los micros una vez salen de mi...
ResponderEliminarsaludos!
Vida propia.... se llenó de simbolismo...
ResponderEliminarA mi me recordó el cuento de "las zapatillas rojas" de Andersen...
Un abrazo
Anita Dinamita es lo bueno que tienen los microrrelatos.
ResponderEliminarHay veces que la idea que tienes cuando los escribes no tiene nada que ver con lo que entienden los demás, y sin embargo, cuando lees sus opiniones ves que tiene toda la razón, y que han visto algo en lo que tú ni tan siquiera habías reparado.
Saludos
A mi lo primero que me vino a la cabeza fue el cuento de "Las Zapatillas Rojas", pero después de leer los comentarios, me parece increíble el "tinte" que pueden recoger tantas interpretaciones.
ResponderEliminarEstupendo relato. Un abrazo.
Bueno Maite, la inspiración vino de ahí (y encima con la preciosa foto que encontré), y pensándolo bien, en las zapatillas rojas también está esa sumisión a las zapatillas, no ?
ResponderEliminarHola, he comenzado a leer tus textos. He de admitir que entre los tuyos y los de Blogboreta, cada vez me siento con mas fuerzas para empezar un blog. Me encantáis, muchas gracias.
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