jueves, 15 de mayo de 2014

Primavera de Microrrelatos Indignados 2014



Una vida sin preguntas

El pequeño Daniel se asoma a preguntarle al abuelo. Recuerda que él siempre tenía respuesta para todo. Se acerca, toca su brazo y el abuelo se gira y lo observa sin verle, con la mirada fija en un punto infinito que Daniel no alcanza a saber dónde está. Después vuelve la vista al televisor sin decir nada. Entonces va a preguntar a mamá, ella sabrá la respuesta. Y cuando dice “mamá”, ella contesta con el habitual “espera”, mientras con el dedo baja y baja una cortina inexistente en la pantalla de su teléfono. Papá está encerrado en su despacho hasta tarde y no se le puede molestar, así que ya solo le queda Alicia, su hermana, poco mayor que él e inexperta ¿sabrá ella? Y le pregunta, pero Alicia ni contesta, mientras escoge con mucha rapidez diferentes colores de gomas con las que hace pulseritas y todo tipo de muñequitos. Entonces Daniel se sienta y piensa que, aunque él tenga preguntas, quizá se han terminado las respuestas. 


La Primavera de Microrrelatos Indignados pretende que el 15 de mayo de 2014 la red se llene de microrrelatos indignados que denuncien el avance de la desigualdad social, las injusticias, los abusos de poder, las humillaciones colectivas, las corrupciones impunes o la desprotección social que en los últimos tiempos estamos padeciendo. El modo de participar se describe en las bases que encontraréis en La colina naranja.

miércoles, 14 de mayo de 2014

Micropoema

Foto: Zewar Fadhil

No te asustes,
si te borras
es mi olvido.

viernes, 9 de mayo de 2014

Cuenta 140: El vacío

Esta semana he participado en la propuesta de El Cultural de escribir poemas sobre El vacío.
Aquí van las propuestas y el comentario que me hizo a uno de ellos Joaquín Pérez Azaústre. 
Las reglas: en no más de los 140 caracteres de un Tweet, espacios en blanco incluidos. Y en 3 versos. 


Fotografía: Noe Sendas.



En el pozo más hondo
grité tu nombre
de eco.
Comentario: Sencillez total, para un micro que tiene más lecturas y se filtra como ese mismo "eco".
Al levantar las capas
de tu cebolla
no había nada.
Una sola vez
una sola duda
y tu espalda.
En este agujero
solo gotean
mis lágrimas.
Una parte de mí
se cansó
de esperarte.
Tu reflejo
en mi espejo
también se marchó.

domingo, 30 de marzo de 2014

Escorzo

Ilustración: Corazonada de Fernando Vicente

La conocí un día que subí a la tercera planta a hacer fotocopias. De pie, junto al perchero, lloraba Dolores, la de contabilidad. Se le notaba de un simple vistazo, ella vivía con el corazón a flor de piel, y lo mismo quería a un pájaro que cantaba en la ventana, que ponía su alma en un informe de gastos. Dejaba los balances en la mesa de su jefe como quien deja a alguien a quien aún ama. Y desde aquel día hago fotocopias a diario, solo para ver brotar sus lágrimas de tormenta de verano.

martes, 21 de enero de 2014

Mitades


Que había sido un accidente, dijeron todos, que te despistó un movimiento de caderas y por eso nos empotramos contra un muro. Un muro de hormigón que nos destrozó, que partió la casa por la mitad y dejó a cada uno en un lado. Tú te quedaste el salón, la cocina, y el cuarto de invitados; yo, el dormitorio y el baño. Ahora te oigo reír con los que fueron mis amigos, y prepararles comidas. Yo me encierro en la acústica hueca del baño y me tapo bajo las mantas de la cama. 

miércoles, 15 de enero de 2014

Azar

Foto: David Rice

El destino nos encontró en aquella escalera, pero no fue él quien miró tus ojos verdes o la mata de pelo negro que caía por mi espalda, ni fue él quien sonrió al pasar, quien se giró al tercer peldaño, quien sugirió el café, los besos y las tardes de sofá y manta. No fue el destino, tampoco, quien desconfió y quien dio pie a los gritos. No lloró el destino. No cerró la puerta.

martes, 17 de diciembre de 2013

Las Puertas del Hacedor

Entre unas cosas y otras he tardado muchísimo en crear esta entrada, y es que tengo el blog olvidadito. 

Hace casi un mes recibí en Madrid mi primer libro editado en papel: Puntadas sin hilo. 
La editorial que lo ha hecho posible es Las puertas del Hacedor, de Norberto Luis Romero. Y es un regalo, como no hay muchos, regalos que llegan sin que los esperes y que hacen que creas más en las personas. ¡Gracias, Norberto!

El libro consta de 6 ejemplares y son unas cajitas de costuras llenas de hilos, agujas y demás abalorios, con dos libritos dentro y quince relatos en total, y como reza la contraportada: 

Puntadas sin hilo consta de 6 ejemplares artesanales numerados y firmados por el autor y el hacedor. Interiores de los cuadernillos en papel Toscana de 100 gs., y cubiertas en papel fotográfico de 200 gs., estuche de cartón intervenido y objetos diversos. Salieron de las Puertas del hacedor en Köln-Zündorf, el15 de octubre de 2013.

Aquí os dejo unas fotos para disfrute de todos. Y al final, un relato inédito que incluye el libro.












El regalo

Cuando veo escaleras de mano siempre me acuerdo de Miguel aquella noche a finales de agosto. Miguel subido a una de esas de madera que utilizaba papá para la poda. Miguel que trepa por los peldaños, uno a uno; que se sube a la araucaria del jardín de mis padres. Miguel que llega hasta la última rama, pequeña, débil, como un espumillón de Navidad; que se estira, que alarga su mano hasta rozar la luna con los dedos. Miguel que cae infinitamente desde el árbol, como una araña que desciende por el hilo, que no termina nunca. Miguel que suena a saco de pienso al llegar al suelo; que es un hilo rojo que roza mis pies. Miguel que no me regala la luna. Él tampoco.





jueves, 21 de noviembre de 2013

Incomunicados en la nieve

Foto: Paweł Bajew

Dices que te vampirizo, que absorbo tus palabras; que paso por mi tamizador las virutas de tu tiempo y lo deshago en milésimas de segundo que arrojo al mar. 
Y me lo dices tú, que asfixias mi amor como el cuello apretado de un invierno de chimenea.

Para El Yeti


lunes, 18 de noviembre de 2013

Ghosts

Foto: Maia Flore


—Amor —murmuras. Y al hablar te rodea una luz demasiado natural—, he acabado con todos mis fantasmas. Solo quedas tú.


martes, 12 de noviembre de 2013

Despedida



Avísame cuando dejes de quererme. Cuando ya no te inunden mis recuerdos, cuando se te haya escapado el olor de mi nuca y no me puedas ver corriendo por el jardín. Avisa cuando nuestras canciones solo sean música, cuando el color azul no sean mis ojos y el delantal repose desnudo en el colgador. Me bastará con que una noche, mientras nos lavamos los dientes, me preguntes ¿perdona, te conozco de algo?

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