miércoles, 28 de noviembre de 2012

Escapar


Imagen: Escalador de invierno, de Bill Binzen

Hace ya varias semanas, digo... meses, que intenta escapar.
Sale del enorme edificio de oficinas donde pasa mañana y tarde y, al anochecer, cruza el umbral dispuesto a irse donde sea. Que no sea su casa, donde ejerce de oficinista nocturno, de cocina, pañales y besos, de fregona en una mano y estropajo en la otra.
Así que desde hace tiempo sale por la puerta, a veces por la tarde al irse a casa, a veces a media mañana, y hace un intento. Busca su destino en un mapa imaginario que visualiza en la palma de la mano, y comienza a caminar, pero nunca llega a más de dos manzanas del edificio. Entonces baja la cabeza y vuelve, piensa: "la próxima vez lo lograré". 
Pero un día... siempre hay un día diferente, en que las golondrinas tararean otra melodía, los mirlos callan o las viejecitas pasean sin bastón. Ese día, cuando va a cruzar la puerta de la oficina, se da cuenta de que puede seguir caminando más allá, mucho más allá. Manzana tras manzana hasta ver unos árboles, y más allá, donde le espera la vida.

25 comentarios:

  1. La rutina crea sueños que nunca lograremos, no tenemos coraje
    Bien logrado relato
    Un abrazo

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    1. O quizá los sueños son para soñarlos, y hay que buscar salir de la rutina dentro de nuestra vida o como decía un amigo "bendita rutina"
      Un abrazo

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  2. Le ha costado empezar, el camino será largo y puede que haya problemas, pero lo ha logrado, sólo eso es lo que cuenta.
    Y qué bien lo contaste tu.

    Un beso

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    1. Si, quizá lo logre, me gusta pensar que sí, que si ha dado el paso ya es mucho.
      Gracias por tus palabras, Luisa.
      Un beso grande

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  3. Siempre hay un día en que se corta con todo. Son los mejores. Me encantó, Anita. Saludos reflexivos van

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    1. Bueno, quizá son los de más miedo y los más libres a la vez, paradoja donde las haya.
      Besazos inflexivos

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  4. Se da cuenta, pero ¿lo hará finalmente?. Me gustó y me tocó.

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    1. Ah, eso creo que depende de cada quién.
      mira a ver qué prefieres soñar
      Un beso grande

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    2. Yo tomo pastillas para no soñar http://grooveshark.com/#!/search?q=joaquin+sabina+pastillas+para+no+so%C3%B1ar

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  5. Es un cobarde si escapa. No hay valentía en ese acto, toda escapada es una huida y las huidas no llevan a ningún sitio, a un placer momentáneo de creerte libre. La vida está también en tus responsabilidades bien entendidas. La existencia se basa en eso, en ser muchas cosas a la vez y en encajarlas de la mejor manera. Pensar en lo que sería si o en lo que seré cuando sólo nos lleva a la frustración y a desperdiciar el presente, que es lo único real frente a un pasado recordado -y muerto- y un futuro recordable -y no vivo. Las cadenas sólo son cadenas si las sientes como tal.

    Besos de anciana sin bastón

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    1. Manuel, veo tu postura, la entiendo, y me gusta ver que te ha llegado, aunque sea porque no te gustan las huidas. A mi tampoco, pero haberlas hailas, como las meigas.
      Abrazos de oso

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  6. Algo que todos deberíamos intentar, y dejar lo gris y establecido muy atrás.
    Entre manzanas la vida debe ser mucho más llena.

    bss!

    pd. Ultimamente te sales!

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    1. Pero lo mismo lo podemos intentar desde dentro, no? Desde las entrañas...
      Un beso grande y gracias!!! Tú también

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  7. Seguro que lo logrará! Estupendo relato, así es la vida en verdad...

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    1. Muchas veces sí, otras es quedarse atado y ver qué hay de bueno en eso, o sufrir toda la vida. Opciones a patadas.
      Un abrazo

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  8. Me gusta mucho, Ana, cómo reflejas la sensación agobiante de las ataduras y la liberación de quitárselas.

    Besos

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    1. Gracias, Fernando, me alegro de que te guste, la verdad es que salió solito... a partir de la foto. No suelo hacer eso, pero esta vez fue así, llegó la foto y me lo dijo todo todito, al oído.
      Un beso grande

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  9. Es un micro de gran profundidad emocional, Ana, que además aborda un tema universal y eterno. A pesar de estar muy de acuerdo con lo que comenta Manuel, creo que todos -en algún momento de nuestras vidas, aunque sólo sea por un instante- nos hemos sentido así.

    Admiro tu capacidad para haberlo puesto en palabras.

    Abrazos,

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    1. Si, sentirnos así, claro, pero hacerlo ya es otra cosa y no sé si hay o no que hacerlo. Yo ya sabes que mera observadora... como diría mi amigo el payaso: Yo, mera, usted si quiere atún.
      Un abrazo bien grande

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  10. Pedro, tal y como le he dicho a Ana en "facebú" todos creemos que se puede, ya que creer es un verbo muy literario,muy mentiroso, y es muy humano, demasiado humano (que diría Nietzsche). Pero para un jodío empirista como yo, lo que tenemos es lo que tenemos, y si lo tenemos es porque nosotros nos hemos llevado hasta aquí. La vida no son partidas donde puedo empezar cuando no me gusta cómo va todo. Y no quiero que se me malinterprete, claro que hay que cambiar y luchar por lo que quieres, pero sin huir, aceptando en todo momento las cartas de las que dispones y no haciendo trampas o empezando de nuevo la partida. Saber lo que eres, dónde juegas, con quién y a qué es mucho más importante que la propia partida. El fin último está en nosotros. Y claro que he tenido sensaciones de mandarlo todo a la mierda, pero intento no perder jamás el norte

    Abrazotes desencadenados y un vídeo magnífico de los chanantes donde se ve la zozobra de una mala decisión: http://www.youtube.com/watch?v=ayFl-bsJprY

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    1. Gracias, Manuel, riámonos de todo!!!
      Un abrazo enorme que espero darte pronto en persona

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  11. Ana: ¡Muy bueno!

    ¿Qué te parece la siguiente versión?

    "Desde hace semanas, ¡qué digo!, meses, intenta escapar. Sale del enorme edificio de oficinas dispuesto a marcharse. No a su casa, donde cocina, lava pañales, friega, limpia. Lo intenta: elige una dirección en el mapa de su mano y camina. Pero antes de llegar a la próxima esquina baja la cabeza y vuelve. Piensa: "la próxima vez".
    Pero un día, ese día diferente en que las golondrinas cantan otra melodía, los mirlos callan y las viejecitas pasean sin bastón, ese día llega a la esquina, suma y sigue, doblando otra esquina, y otra. Hasta que por fin alcanza a ver el punto donde por fin va a poder torcer su vida y cambiarle el sentido".


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    1. Me gusta mucho el segundo párrafo, las esquinas (sin lo de suma y sigue) y la última frase.
      Gracias, Jorge, un placer verte por aquí.
      Abrazos

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  12. No sé si es bueno huir; creo que lo mejor es dar una voltereta a la vida y decir -¡Hasta aquí hemos llegado!-. Claro que es muy fácil decirlo, con todo el lastre con el que nos cargamos.
    Un beso

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    1. Pues sí, yo creo que hay muchas opciones, la voltereta mola, es más divertido. Pero la voltereta con el lastre, imposible!
      Besos

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