Siempre nos decían que de ahí nadie vuelve para contarlo, pero descubrimos que no era verdad. Que había algunos que se lanzaban de edificios, de aviones sin paracaídas, saltaban a las hélices de barcos en marcha. Se tiraban bajo las ruedas de un camión, se ahorcaban, se cortaban las venas, se pegaban un tiro en la sien o se tomaban botes de pastillas.
Cualquier cosa con tal de vivir.
Qué bueno, Ana! En tan pocas palabras tan bien expresada una idea tan grande.
ResponderEliminarBesos
Gracias, Leire, sí es una idea grande, cuál, ya no lo sé ;)
EliminarBesos
Me gusta mucho y, sabes, me recuerda a Agus. Creo que de un tiempo a esta parte todos los suicidas me recordarán ese sentido sin alguno de Agus. En fin..
ResponderEliminarsaludillos
Ja ja ja, no eres la primera que lo piensa, yo misma por decirte...
EliminarAbrazos
me gusta Anita. Es el otro punto de vista. Y eso siempre se agradece en un micro.
ResponderEliminarBesos
Bueno... el otro, o el uno, ¿hay dos?
EliminarUn abrazo grande
Coincido con Elena, Anita. esa focalización inesperada utilizada como recurso transgresor hace que el impacto de este micro sea total.
ResponderEliminarMuy, pero muy, bueno.
Un abrazo,
Sí, así surgió, de una mirada diferente sobre el tema.
EliminarGracias, Pedro, un abrazo
Brillante, cualquiera con dos gramos de sentido estético en el alma estaría orgullosos de firmarlo.
ResponderEliminarFernando, yo de sentido estético estoy faltita... pero gramos en las caderas unos cuantos ;)
EliminarGracias, en serio
Un abrazo
¡¡Es fantástico!!, Ana. ¿Volverías? ...preguntabas en FB... ¡claro que volvería!. y lo he vuelto a releer para disfrutarlo.
ResponderEliminarBesos desde mis palabras.
Gracias Laura, por irte, volver, por todo.
Eliminarun besazo
No se sabe en que lugar se está mejor. Pero sea cual sea, en el que decida, es donde se creeremos que mejor estaremos.
ResponderEliminarAbrazos
No sé, Susana, desgraciadamente nunca estamos bien en ningún sitio, o estamos bien en todos, es relativo.
EliminarUn abrazo
Qué gran incógnita es esa de la vida...
ResponderEliminarSaludos
J.
Si, José, mucho más que la de la muerte, y se empeñan tanto en despejarlas...
EliminarUn abrazo
Directo al hígado (como bien dice un buen amigo)
ResponderEliminarBrutal!!!
bss!!
Punch!
EliminarBesazos
Fuerte, muy fuerte.
ResponderEliminarGracias, Cybr, la vida, la muerte, conceptos fuertes.
EliminarAbrazos
Mmmm negro, como me gusta.
ResponderEliminarA mi también!!!
EliminarGracias y un abrazo!
Hacemos cualquier cosa con tal de seguir viviendo, está inscrito en nuestros genes, no en vano somos los últimos -por ahora- descendientes de una larga estirpe de supervivientes...
ResponderEliminarHugs
Y con tal de seguir muriendo, que si no, no cabemos.
EliminarKisses
Anita, tu relato me descoloca la neurona. Si nadie vuelve para contarlo y es mentira quiere decir que vuelven para contarlo. La cuestión está donde está la vida, aquí o allá. Sospecho que el narrador se sitúa en un "cielo" y es allí donde dicen que de la vida (en la Tierra) no se vuelve, y es aquí en el cielo donde se vive. Uff, me supera, toymayor. Leo los comentarios y observo que todo el mundo lo ha entendido, luego es un problema mío.
ResponderEliminarBueno, yo creo que puedes darle la vuelta y poner la vida donde quieras y desde ahí ver si lo entiendes. Me sorprendió que nadie se quejara de que no se entendía y de verdad no sé si alguien sabe qué escribí yo. Salvo Susana que lo pensé hablando con ella... Así que bueno, no te lo explico porque queda feo, pero gracias por tu comentario...
EliminarUn abrazo
Anita, muy pero muy bueno. Como se quiere retornar a la vida, un suicidio al revés. Está genial.
ResponderEliminarAjá, tú sí lo entendiste (me remito al comentario anterior). Si, me pregunto si se puede uno suicidar en sentido inverso, no?
EliminarUn abrazo