Los días se repetían, desde por la mañana: trabajo, comer, trabajo, salir. No se relacionaba apenas, los cafés y la comida solo. No creía que a nadie le interesara conocerle, por si acaso no se prestaba a ello. Pero por las noches, cuando iba a dar una vuelta por la ciudad, se dejaba arrastrar por las callejuelas a ese bar donde encontraba otros como él, allí se sentía bien, la camarera le sonreía, le trataba bien y por eso se quedaba hasta que no se acordaba ni de como volvía a casa. Lo único que le decía que la noche había terminado era el despertador de la mesilla y la luz filtrándose por la ventana, entre el único mechón de pelo grasiento que le quedaba.
Una vida triste, que no lo parece, que vive mucha gente ya casi sin sentirlo, como anestesiados.
ResponderEliminarEs algo personal, no puedo con la gente que se deja dominar por esa vida y después tiene los bemoles de quejarse mientras no hace nada; al menos, sé coherente: no haces nada por cambiarlo, OK, pues no te quejes.
(Ya me enrollo otra vez)
Un beso, Luisa.
Hay veces que puede parecer que la vida se escurre por el sumidero, pero sí, de nosotros depende poner el tapón para romper con esa dinámica.
ResponderEliminarBesitos
Fabuloso!!!
ResponderEliminarMe estremece
Si a algo le tuve siempre terror es a un destino como ése.
Ernest Hemingwey tiene un cuento muy bueno que habla del tema, fijate si lo encontrás en la red, se llama 'Un lugar limpio y bien iluminado'
Un beso grandote.
Me he salvado!!!!!!
ResponderEliminarSalud.
Muy buen micro. yo todavía no he encontrado ese lugar donde haya otros como yo, creo que no existe jejeje.
ResponderEliminarbesos.
Buen micro, yo creo que hay muchas personas que encajarían en ese perfil. Un abrazo grande.
ResponderEliminarCreo que hay muchas personas que se sentirán reflejados en este micro. Es un buen calco de la realidad.
ResponderEliminarBesos.
Triste...esta vida cada vez nos lleva más a eso...pensar en ello sin iros al extremo de este micro...tan sólo pensar en el bucle diario y repetitivo que nos hacen vivir...hay que seguir remando, ¡todavía no estamos salvados!
ResponderEliminarSonreir...cada uno de vuestros micros es una vida nueva, un bucle roto....
Un abrazo!
Y ese último mechon de pelo grasiento, profundiza el perfil. Me gustó Ana!
ResponderEliminarBesos,
Todo sumidero desemboca en alguna parte. A veces no queda más remedio que tocar fondo para resurgir. Es una historia dura la que nos dejas hoy, Ana, pero albergo la esperanza del cambio, mientras la vida se lo permita. Besos.
ResponderEliminarYo le entiendo, progresivamente me estoy volviendo más asocial. Que me pase la dirección del Bar, aunque yo me volveré más temprano que él.
ResponderEliminarYo tambien soy cada día mas a social, ya ni me hablo.
ResponderEliminarMe gusta sobre todo la ultima descripción , la del mechon
Me recuerda un poco al aire de la película "El lado oscuro del corazón", esa sensación de soledad en medio de la multitud y un poco de oscuridad salvada por una rendija de luz.
ResponderEliminarY cuantos sumideros se atascan acumulando cada pelo que se pierde al día casi invisiblemente.
Un abrazo.
LUISA, entiendo lo que dices, muchas personas pasan el día quejándose sin hacer nada por cambiar lo que les toca... aunque mi personaje no se había quejado, podría haberlo hecho.
ResponderEliminarSU, lo importante es que te apetezca poner el tapón, pero creo que hay algunas existencias que se ven abocadas a eso... no por nada, no son mejores ni peores, simplemente no hay más sentido que la copa de la noche.
PATRICIA, es todo un honor haberte recordado a Hemingway, lo he leído hoy y me ha gustado muchísimo, la oración "en el nombre de la nada" y lo del lugar limpio y bien iluminado, buenísimo. Gracias por descubrírmelo y por estremecerte.
EU, ja ja ja, no iba por ti, chico, menos mal!!! pero mira que me alegro que te hayas salvado
JOSEF, seguro que no existe otro como tu, pero a mi me encanta que existas tu.
MAITE, muchas personas encajan ahí, te lo digo yo que a este tipo lo conocí hace muchos años, atenta mañana...
ELYSA, y qué pena verdad, la soledad de nuestros tiempos...
JUANLU, ahí estamos, tratando de sacar el mayor partido a la vida, y disfrutando... me gusta lo del bucle roto, seguiremos rompiendo bucles.
CLAUDIA, era fundamental, como una cortina en la mañana de resaca...
PEDRO, si, espero que haya algún cambio. Quería contar esta historia porque se me quedó grabada la frase que me dijo un hombre una noche "casi nunca sé como he llegado a casa" me parece demoledor, ya me lo pareció entonces que yo era una jovencita descerebrada...
CYBRGHOST, el bar es universal, cualquiera en el que haya tipos solitarios, al cabo de ir unas cuantas noches la camarera hablará contigo, seguro.
FERNANDO, ja ja ja más a social que no es lo mismo... dite algo hombre que luego te vas a caer mal :)
PABLO, qué alegría me da verte por aquí. La rendija de luz eran las noches en que se sentía bien. Si lo hubiera pensado seguro que había otros momentos buenos, hay que pensarlo para darse cuenta.
ABrazos a todas y todos y cuidado con la noche...
Muy bueno, tu forma de escribir, se te lee muy fácilmente y comprensible. Un cordial saludo
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