En una pequeña discusión familiar, la noche de mi cumpleaños, me dijo mirándome fijamente:
-Mamá, haz el favor de comportarte como una señorita el día de tu cumpleaños... y no me hagas enfadar.
Tras eso me pregunté si era ella la madre y yo la hija, quién había cumplido años o cuántos, en realidad.
¡Qué sabios son los niños! Con su sincera espontaneidad suelen poner los dedos en la llaga.
ResponderEliminarMe gusta la naturalidad que le imprimes a tus textos.
Te sigo.
Un abrazo.
Ay ay ay, lo de la vergüenza ajena, ¡qué malo es de llevar!
ResponderEliminarUn abrazo
Hermosísimo!
ResponderEliminarNuestros niños nos educan, el que preste atención será quien llegue sabio a viejo.
Un beso
Creo que esas cosas pasan ¿no? Crecemos y al final quienes reprochamos a nuestros padres sus actitudes somos nosotros. Bonito micro!
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Esta madre cuanto van a costar de criar!
ResponderEliminarSi es que hay veces que pareces una niña chica!!... (por suerte)
ResponderEliminarBesitosss
Es que estamos descumpliendo años y nuestras pequeñas nos adelantan por la izquierda...
ResponderEliminarJeje, qué razón tiene depropio (hola Fer). Bonito micro sobre quiénes, cómos y cuántos ;-)
ResponderEliminarContigo es difícil enfadarse, solo las estrellas lo intentan pero notan que no pueden apagarse.
ResponderEliminarBlogsaludos
jajaja yo me apunto a la teoría de descumplir. Esos locos bajitos tienen a veces taaaaanta razón
ResponderEliminarSaludillos
Yo he pasado algún capítulo bastante parecido con mis sobrinos, yo pensaba que con ellos iba a poder desmelenarme mejor, por aquello de la juventud y tal, y resulta que lo que esperaban de mí, no era que me desmelenara, si no que me comportara!! bufff, la juventud se está echando a perder ;)
ResponderEliminarQuerida Anita,
ResponderEliminarLa imagen que has elegido para tu entrada de hoy me va de perlas, siempre ando como el conejito de Alicia... pero, como era eso de "lo breve si tarde..." mm, algo así. Besos
http://rromeropeinado.blogspot.com/2011/03/responsabilidad-felicidades-anita.html
Quería decir ¿cómo era eso...? jeje
ResponderEliminarLos niños aprenden muy rápido, Ana.
ResponderEliminarBesos.
Mi hijo suele retarme porque lo hago pasar verguenza frente a sus amigos porque canto. Entonces yo canto más fuerte.
ResponderEliminarCreo que estoy empezando a curarlo de espanto.
Me parece que tu hija va a ser tan lista y genial como la madre :)
ResponderEliminarYo también le puse en evidencia a mi madre algunas veces, según me cuenta ella. Yo no lo recuerdo.
ResponderEliminarJe, je... estos niños de hoy en día... Muy bueno, Ana
ResponderEliminar¡¡Buen relato educativo Ana!!que rápido que aprenden ellos y siempre imitándonos,a veces es inevitable que no nos copien.
ResponderEliminarNi los niños nos dejan ser niños... ¡Qué duro, esto de ser adulto! Un abrazo, Ana.
ResponderEliminarTe riñe con cariño, con el mismo que ha recibido.
ResponderEliminarBonito.
Besos.
Puede ser que su reacción sea debida a vergüenza ajena o simplemente a que los críos muchas veces, llegadas determinadas edades, ven lo que hacen sus padres como algo completamente vergonzoso.
ResponderEliminarSaludos
Qué subjetivo lo de la edad!!
ResponderEliminarLo plasmas muy acertadamente.
Besoss