Guillermo Puertas odiaba las puertas, pero amaba las ventanas.
Desde pequeño las dibujaba, en papel, en la arena del parque, con los lego, veía y creaba ventanas por todas partes. Se hizo ingeniero de ventanas y tuvo tanto éxito, que en casi todas las casas del mundo hay ventanas suyas, como esa desde la que me estás leyendo.
Original pero me falta chicha.
ResponderEliminarBien el juego de palabras, Anita, pero estoy de acuerdo con Dani, o me he perdido algo o se desinfla un poco. Un beso nocturno
ResponderEliminarCreo haberlo visto en el notario, y no es que sea chismosa pero hice lo posible por escuchar que decía, quería cambiarse el apellido...adivinas por cual? A mi me encantó.
ResponderEliminarComo puede condicionarnos un apellido. Seguro que lo hacía por pura rebeldía... Seguro que si su apellido hubiera sido Guillermo Santos, se mete a ladrón.
ResponderEliminarBesitos rebeldes Anita.
Manda narices jaja que un tipo que se apellida puertas se forrase a base de ventanas.
ResponderEliminarSí, creo que quizás le falta ese final magistral que les sueles dar.
ResponderEliminarBesos
Mmm, es que no sé si sabéis quien es... a mi es que me parece curioso que esto ocurra en la realidad :)
ResponderEliminarBien Anita. Me gustó.
ResponderEliminarDaniel Escriba; digo, Hernández.
Un beso.
Quería pedirte disculpas, por querer parecer graciosa :( lo lamento.
ResponderEliminarYa supe quien es, y me parece que es una ironía y un escrito fantástico, un abrazo Anita.
Aquí vengo, Anita, a pedir perdón humildemente por mi ignorancia, ya me parecía a mí que había algo que se me escapaba, gracias a San Google Bendito, ya me he enterado. Y ahora rectifico.
ResponderEliminar¡¡Muy bueno!! Está fenomenal ese puertas/ventanas.
Perdona mi torpeza.
Un besito
Es buenísimo Anita!!!
ResponderEliminarDespués de leer los comentario lo he pillado.
ResponderEliminarHas hecho un buen juego.
No obstante, sin haber reconocido al personaje en la primera lectura, el micro me ha gustado. Tiene algo, como que está muy vivo.
Un beso.
Y tanto que se forró... pero ¿ingeniero de ventanas? Mejor ingeniero de paisajes interiores o decorador de despachos...
ResponderEliminarPerfecto Anita, muy divertido.
Un abrazo.
Daniel y Su, no sé si cuando le cojáis el doble sentido, seguiréis pensando que le falta chicha... todavía me quedé pensando en cambiarle el final para que diera el golpe de efecto que quizá le falta, pero no quería dar más pistas.
ResponderEliminarRelatada, quizá fue rebeldía, no sé, su vida parece un poco rebelde en general, pero ahí está entre los grandes.
Cybr, ¿verdad? es tan curioso, manda narices.
Daniel Escriba, tu también eres ingeniero, digo escritor!
Artistalight, en mi casa puedes parecer y ser graciosa, estoy encantada con tenerte aquí! Es una ironía de la vida lo de este hombre.
Maite, estos días las segundas lecturas nos tienen trastocadas, me alegro que siguieras dándole vueltas para descubrir el secreto oculto.
Ángeles, gracias!!!
Torcuato, quizá esas ventanas tan bonitas que encontré para acompañar al texto le den vidilla al relato y claridad también.
Bicefalepena, ingeniero, en todo caso! y hoy día decorador de todas las estancias del hogar, creo y de fuera también...
Un abrazo desde mi ventana
A mí me ha parecido muy bonito.
ResponderEliminarPropongo a la concurrencia la siguiente simetría:
ResponderEliminarJohn Deer versus Juan de la Cierva.
Abrazos microsoftianos, Ana.
PABLO GONZ
Anita, genial. Yo tengo una ventana de ese señor.
ResponderEliminarBlogsaludos
Jopeeee no vale al leer los comentarios me he enterado de todo.
ResponderEliminarA ver sin saber el doble juego, me fallaba el final(como lo que te decían Dani y Maite) esperaba que dibujara una ventana y se fuera vete a saber dodne a otro sitio.
Pero sabiendo la historia me pasa como a Manu, me parece una bonita historia de un anhelo y un sueño.
Un abrazo
A fin de cuentas Bill Gates ha realizado sus sueños.
ResponderEliminarManu, gracias, el relato es bonito y creo que la vida de este hombre también ha tenido muchas cosas bonitas, no?
ResponderEliminarPablo, le estoy dando vueltas a esos Juanes y no creas, tiene miga la cosa...
Adivín, si, eh? yo unas cuantas...
Rosana, gracias por darme la explicación ha habido de todo por aquí. En verdad no quise darle un toque final porque no quería dar pistas... pero las pistas ya están y por aclamación popular y porque me gustan los giros finales, he decidido retocarlo. No sé si todavía alguien lo leerá :) Y sí, es bonito que el Sr. Puertas haya realizado sus sueños ¡pero vaya paradoja lo del nombre!
A-brazos abiertos como mis ventanas
Y si se hubiese llamado Bil Windows el sistema operativo se llamaría gatesXP, suena fatal, jejeee. Y los ordenadores serían muchos grandes digo yo no?
ResponderEliminarEn todo caso el hecho de no haberlo cogido desde el principio es señal de que todavía Windows no domina nuestras vidas aunque si Gates.
Un abrazo
Es bueno, parece que no va a ninguna parte y al final, zarpazo. Funciona por que es corto, si lo alargas más te lo tiras, pero le diste la medida justa.
ResponderEliminarUn abrazo.
David.
Pablo, me encanta tu comentario, me he reído mucho (y me has oído, verdad?)
ResponderEliminarSerá será que no domina tu vida... y será que no lo cogemos porque pensamos en castellano :)
David, llegaste con el final puesto, antes era diferente, pero creo que ha mejorado, como el vino después de un rato descorchado, gracias a las personas que han comentado hoy por aquí y se han servido una copita.
Abrazos!
Hola es la primera vez que te leo y me ha parecido muy bueno. ¡Enhorabuena!
ResponderEliminaryo me imaginé una de esas ventanas grandes que se usan como puertas
ResponderEliminarLeí el micro y me encantó. Me dejó como sin aliento. A la primera.
ResponderEliminarLuego, entre todastodos habéis conseguido destriparlo. Qué manía tenéis de hacer autopsias!!!
El final me parece, como tantas veces... de sombrero.
Un beso de casquería.
Amo la elección del apellido jaja!
ResponderEliminarComo siempre, mis respetos, escribes demasiado bien!
Una ventana de imaginación. El blog de Anita.
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