Salgo de la habitación y dejo la puerta entornada, para que entre luz.
Aún no he dado ni dos pasos y un "mamá" me devuelve allí. Entra mamá gatita ronroneando "¿qué pasa mi amor? ah, que quieres agüita", le doy agua y salgo, esta vez consigo llegar al salón y sentarme "mamaaá, ven". Mamá gacela acude de nuevo a la habitación "mamá, mira esa sombra, parece un arlequín, me da miedo", entonces cambio las cosas de sitio y observamos juntas la forma, ahora parece un perro cuidando la habitación y ya no nos da miedo, un besito y salgo, me siento de nuevo en el sofá.
"Mamaaaaá, no me puedo dormir" entonces mamá osa entra en la habitación y le da un gran abrazo a su osita "no te preocupes, cierra los ojos y ya vendrá el sueño", salgo de nuevo y enciendo la tele, me pesa todo el cuerpo, por favor, que se duerma de una vez.
Un nuevo grito me llama, esta vez mamá leona acude "¿y está vez qué pasa, ya está bien, duérmete", "mamá, ¿cuantos días faltan para Navidad?, me he dado cuenta que no he escrito aún la carta a los Reyes y no les va a dar tiempo de buscar mis regalos", "hija, eso lo hablamos mañana, no te preocupes que te dará tiempo, y ahora sí, no vuelvas a llamarme porque no voy a venir más, duérmete de una vez".
El siguiente mamá se calló con un aullido de loba "cierro la puerta y te duermes a oscuras" y después silencio, silencio, silencio.
Jajaj, lo podías haber titulado La metamorfosis.
ResponderEliminarAbrazos de gatita... amarilla
Es genial, Anita, yo creo que todas las madres del mundo se habrán visto reflejadas en estos hechos que cuentas magistralmente y con mucha ternura, a pesar de terminar siendo mamá loba, jajaja, mi aplauso y mi particular homenaje a todas las madres. Un beso.
ResponderEliminarSu, le cambio el título, me gusta el que apuntas, y el título es tan importante!!!
ResponderEliminarGracias Maite, verdad que si? tu también eres madre? ahora cuando me pase por las noches lo haré sintiendo mi mamá animal cambiante
9 meses de periodo de incubación y unos 30 años de convalecencia :-)
ResponderEliminarQuerida Anita, es tan genial y tan bonito, que lo he tenido que leer y leer :) me ha parecido excelente, hermoso y lleno de realidad surrrealista ejeje, recibe mi admiración siempre, un abrazo
ResponderEliminarEs que se vuelven tiranillos.
ResponderEliminarMuy bueno.
Un beso.
Que no lo lea la canija que no te dejará dormir pidiendo que la lleves al zoo ;)
ResponderEliminarUn besito!
Excelente Anita! Un fiel reflejo de la realidad. Y no vale entrar hacha loba directamente. No, no... ell@s quieren ver la metamorfosis.
ResponderEliminarMe gustó mucho!
Saludos!
Es que de noche a oscuras siempre hay algo que decir...jeje. Muy bueno Anita, un abrazo.
ResponderEliminarMuy bueno, qué tendrá la noche para los niños, qué tendrá, que les encanta o les aterra. Yo ya no me acuerdo.
ResponderEliminarSencillamente genial Ana. Y la ilustración preciosa. Yo solo le cambiaría el osito por un conejito remendado por mama gata.
ResponderEliminarUn abrazo tiernito como tu relato.
Me acuerda a mi mamà cuando va perdiendo la paciencia! Aun así, y aunque ase desesperen, no hay nada más lindo que la mamá de uno :)
ResponderEliminarUn abrazo desde el silencio!
Y el león durmiendo tranquilamente en su sabana particular.
ResponderEliminarBlogsaludos
Cómo y cuánto te comprendo
ResponderEliminarCybr, mi abuela decía "los hijos son una enfermedad para toda la vida... de los padres" (yo hoy diría del padre y de la madre).
ResponderEliminarArtistalight, es que las madres necesitamos cierto surrealismo para ejercitar nuestras cualidades maternas, je je
Torcuato... sobre todo cuando quieres que se duerman y no lo hacen.
Blogboreta, espero que no, yo imito los animales que ella quiera, pero al zoo, no porfa!
Claudia, me encanta tu comentario, le pongo un luminoso, efectivamente les gusta ahondar en mis animales e irme metamorfoseando.
Su, si vieras qué preguntas se les ocurren por las noches con la luz apagada!!!
Manu, si les dejo estar despiertos les encanta, si les llevo a la cama les aterra.
Relatada, siiii, pero no encontré una imagen con Pupi :))
Ausencia, espero que aunque sea mamá loba, les guste.
Adivín, el león no habita en nuestro hogar
Lacongrelos, lo sé!
Abrazos de madre para todas y todos
jajajaja es tan tierno!!!! incluso el último aullido. Saludillos
ResponderEliminarTierno, tierno. Y encima con esta música. En fin, si no te importa, me quedo un rato y voy echando un vistazo.
ResponderEliminarUn abrazo
¡Genial! Estoy de acuerdo con Maite... todas las madres nos vemos reflejadas en tu relato. ¡Me gusta!
ResponderEliminarBss
Muy bueno, Su. Que paciencia hay que tener. Me encanta el micro
ResponderEliminarTodo un proceso...
ResponderEliminarMuy buen relato.
Un abrazo
Pues claro, puedes poner aquí el otro lado de la cama.
ResponderEliminarAyer me sentí como si pasara un día con vosotros. A
veces las distancias no son tan grandes como parecen, ni el silencio es sinónimo de olvido.
Besos para todos
Choni
Buen estudio psicológico de la naturaleza maternal... Podrías hacer un verdadero tratado.
ResponderEliminarMuy bueno, Ana, te he visto aullando a la luna de impotencia. Los niños son así: entrañables... :P
ResponderEliminarUn abrazo.
Genial! Que super poder tienen los niños de irnos metarmofoseando jajajajaja.
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