Cuando te marchaste, traté de asumirlo como pude: pasé del estado de shock al llanto, del silencio al no parar de hablar, siempre con lágrimas por medio. Pero era imposible, sin ti no quería seguir. Así que te llamé, un día tras otro te pedí que volvieras. Y lo hiciste.
Venías algunas noches, me abrazabas y yo lloraba sabiendo que no te habías ido y que seguirías a mi lado; pero por la mañana te marchabas de nuevo y tu olor se quedaba en la almohada, que yo lavaba en un arranque de valentía, de puedo sola. Después de unos días, lavar la funda de la almohada no era suficiente, el olor de las sábanas también había que eliminarlo. Y luego empezaron a molestarme los gusanos, que me hacían cosquillas en los pies cuando los pegaba a los tuyos, tan fríos, tan como siempre.
Es brutal,pero muy bien contando...
ResponderEliminarBesicos
Si, es que hay que dejar a los muertos donde están.
EliminarBesazos
Agggggg, gusanos en la cama!!!
ResponderEliminarQué son altas horas Anita y no voy a poder dormir con esta historia.
Me gustó mucho el giro final, gusanos incluidos.
Besos desde el aire
Uyyy, lo siento!!!!
EliminarBesos sin gusanitos
Esa elipsis tan bien lograda. Excelente, Anita. Un placer leerte como siempre. ¡Besos van!
ResponderEliminarGracias, Sandra. No quería engañar, solo esconder un poco los olores ;)
EliminarBesos
Vaya final te has guardado, qué desprotegida me has pillado. Con el frío que hace.
ResponderEliminarChica mala, muy mala, eso es lo que eres pero... lamentablemente escribes bien.
Besosos
Por eso, por el frío, habrá que dejar de llamar al muerto que encima enfría la cama.
EliminarBesossss
Es comprensible. No hay quien resista un amor con los pies fríos.
ResponderEliminarBueno, el texto. Un abrazo.
Tú lo has dicho, y mira que las mujeres tenemos mala fama, pero de los muertos nunca se habla.
EliminarUn abrazo
Jeje, veo que también te pasaste a la moda zombi.
ResponderEliminar¿También? espera que paso por tu casa a ver si tú eres el otro...
EliminarBesos
nooo, hablo en general, está de moda.
EliminarNo querría ser esa persona a la que está dedicado...
ResponderEliminarUn beso.
HD
Él tampoco, supongo.
EliminarUn beso grande
Coincido en la apreciación de Sandra, Anita. La elipsis como recurso que dota de potencia un texto muy bien hilvanado, con un pulso narrativo que acompaña el sufrimiento, y una atmosfera evanescente que genera incertidumbre.
ResponderEliminarFantástico.
Un abrazo,
Jo, pedro, después de leerte siempre me quedo así :o
EliminarGracias!!!
Un abrazo
Muy lograda la imagen.
ResponderEliminar¡Uf! ¡Qué grima da imaginarlo, niña! Me dan escalofríos.
Feliz año, guapa.
Besotes.
Si, verdad? da bastante grimilla el asunto.
EliminarBesazos y Feliz Año
Pues si te acostumbras y los das tiempo, se convierten en mariposas
ResponderEliminarPues... que sepas que has inspirado mi siguiente relato, lo he publicado en facebook pero lo voy a poner en el blog por si lo lees.
EliminarUn abrazo
Uf! te tengo miedo, pánico!
ResponderEliminarEs buenísmo! a sus pies!
Besos!
¡Hola!
ResponderEliminarSoy nueva en esto y es de las primeras veces que hago comentarios.
Me ha interesado este blog y os animo para que continuéis avanzando. Ánimo, pues.
También, me gustaría que colaborarais un poco echando una hojeada por el blog:
http://yesteesmigranitodearena.blogspot.com.es/
!Gracias!