Todos sabíamos cuándo sucedería, pero nadie sabía cómo. Algunos pensaban que sería una gran explosión con fuegos artificiales que hiciera estallar todo por los aires, incluidos nosotros hechos pedazos. Otros pensaban en una lluvia de meteoritos que dejaría el paisaje como un colador. Muchos hablaban de una alineación planetaria que cambiaría la magnetización de los polos y dios sabría que podía sucedernos entonces, nos volveríamos locos sin remedio, antes de morir. También cabía que el aire se envenenara de repente, que el sol nos quemara, nos cegara o desapareciera, incluso que se apagara nosecuantos días dejándonos sumidos en un frío y oscuridad letales.
Lo que nadie sospechaba es que el mundo continuaría girando, no pasaría nada y nosotros seguiríamos igual de muertos.
Con este relato participo en la iniciativa de Acuática: "Un cuento antes del fin del mundo"
Con este relato participo en la iniciativa de Acuática: "Un cuento antes del fin del mundo"
Qué final más bueno Anita!!!
ResponderEliminarBesos de fin desde el aire
Uy! qué bueno lo de seguiríamos igual de muertos.
ResponderEliminarMuy chulo.
Beso
¡Ay, Ana! El final es como un martillazo que te golpea en la conciencia.
ResponderEliminarBrutal.
Un beso
¿Pero tú no estabas romántica últimamente? He tardado dos minutos en recuperarme de la última frase, y todavía me tiemblan los dedos.
ResponderEliminarBesos y giros
No puede pasar nada peor que no pasar nadar. Estoy con NiñoCactus: genial la frase de cierre
ResponderEliminarSí sí sí esa frase final que golpea.
ResponderEliminarBien bien
Pienso que el mundo se acaba para todo aquel que muere y eso pasa a diario...
ResponderEliminarMe ha encantado tu conclusión. El mundo seguirá andando con su carga de muertitos: gira, gira, gira.
Un abrazo, Anita
Muy bueno Anita, con un final esclarecedor.
ResponderEliminarUn abrazo.
Las fantasías de los muertos son asi, espectaculares. Mejor sería si resucitaran de una vez, que hay mucho curro que hacer para levantar este mundo.
ResponderEliminarGenial, Anita. Un beso.
ResponderEliminarademás de verdad.Salvo por esos pequeños momentos en los que nos sentimos vivos jjajajaajj
ResponderEliminarUff muy esperanzado ¡eh!.
ResponderEliminarLo mejor del fin del mundo es que nadie se dé cuenta de ello. Es como la dictadura en la que estamos metidos actualmente, que todos piensan que es democracia. Sí, existe el crimen perfecto.
ResponderEliminarUn besote póstumo
Un final desolador, más que cualquier cataclismo. Un abrazo, Ana.
ResponderEliminarAna, buena vuelta de tuerca que me lleva a preguntarme: ¿Estoy muerto? Estamos inmersos en una mortalidad permanente del que solo saldremos cuando vivamos, ya ancianos?
ResponderEliminarFelices fiestas, un abrazo.
Qué giro final, Anita!!!
ResponderEliminarCerrado/abierto: estás hablando de otro mundo? Somos nosotros, los seres hum,anos de carne y hueso, los muertos en vida?
GENIAL
Un fortísimo abrazo
¡Wow! Anita, lo has clavado. Qué reflexión tan profunda y certera revestida de ficción apocalíptica. Después de todo ¿qué más da cuándo o cómo abandonemos este planeta, si nunca hemos estado "vivos" en él? Solo espero que después de este día, la masa de "walking dead" que pueblan el mundo... despierte. Y si no, pues nada.
ResponderEliminarBesos.
El fin del mundo llegó hace tiempo. Nos convertimos en duende del siglo XXI
ResponderEliminar¡Bestial, Ana! Es lo peor que nos puede pasar.
ResponderEliminarAbrazos muy vivos.
Creo que voy a necesitar más de trece b'ak'tun para sentirme viva y ni así.
ResponderEliminarLos finales de mundo ya no son como antes...
Tremendamente bueno. Anita!
Saludos van
Muy requetebueno y en ese nuevo tono de oscuro que está tomando tu escritura. ¿Te has vuelto siniestra?
ResponderEliminarTanto derroche de imaginación don qué pasará en el fin del munod para esto... Sí, todos muertos, necesitamos a tu dinamita que nos explote... Muy bueno, Ana
ResponderEliminarPues... creo que tienes razón, lástima que mucho todavía no se dieron cuenta.
ResponderEliminarUn beso muy real, por cierto.
HD
¡Bravoooooo Ana!!!! Ufffff absolutamente genial, te has salido. Besos.
ResponderEliminarEs que cuando nos ponemos catastrofistas tenemos mucha imaginación, pero para seguir girando... Me gustó mucho
ResponderEliminarsaludillos navideños
¡JO, qué bueno ese final! Me ha pillado totalmente desprevenida, estaba esperando tantos posibles finales y ¡pam! en toda la cara. ¡Muy bueno!
ResponderEliminarBesitos
Maravilla, tú no te estás de genialidades, por lo que veo. Me gustan todas los finales que propones, pero, sin duda, me quedo con el último.
ResponderEliminarUn abrazo,
¡Brillante Anita! Un cierre que se hunde en la conciencia del lector como un cuchillo caliente en un bloque de mantequilla.
ResponderEliminar¿Estaremos vivos? Me voy con la duda.
Un abrazo,
Relato guerrero, como corresponde a esta decadencia que nos están llevando con la ignorancia de una mayoría. Sí, estamos muertos, es la mejor definición de los españoles actuales (pancistas).
ResponderEliminarEse jodido final, categórico, así estamos todos muertos.
ResponderEliminarUn abrazo muy grande.
Gran final y estupendo título (ya sabes que yo padezco de titulitis). Me alegra que te sumases a la iniciativa Miss Dynamite, aunque me sorprende que no hayas metido tu explosivo por la historia...
ResponderEliminarUn besazo :)
Lo mejor, en éstos casos, es tener, siempre, bajas expectativas, para no sentirnos luego defraudados.
ResponderEliminarSaludos
J
Bueno, este relato me pilló en Madrid en pleno fin del mundo, así que no pude contestar.
ResponderEliminarMuchas gracias a todes, y que levante la mano quien esté vivo o viva
Abrazos