Hace tiempo que Antonio no recibe visitas, allí quedó un buen día cuando sus hijos partieron a otras islas donde el trabajo les llamó. No tenían tiempo para nada ni nadie, ni para sus propios hijos (los nietos de Antonio) que pasaban los días entre colegio, actividades extraescolares y televisión. Habían intentado llevarle con él, pero él prefirió quedarse.
En la residencia no se vivía mal, la comida era pasable, la compañía buena y silenciosa y estaba en mitad de su tierra, en el campo, rodeado del verde de las medianías, donde él quería morir cuando llegase su momento.
Echaba de menos a Eloísa, pero la recordaba más nítidamente los días que el cartero pasaba por allí, y a Antonio se le dibujaba una sonrisa en cuanto le oía. El cartero siempre entraba canturreando, y a él le venían a la memoria la voz, la sonrisa ancha y los grandes pechos de Eloísa. Y siempre se despedía de él diciendo "venga, con la música a otra parte".
*Inspirado por una anécdota de El cartero
Precioso. Y con la mala prensa que tenemos (y a veces merecida) da gusto leer que en la residencia no se vivía mal, aunque sea a un personaje de ficción.
ResponderEliminarEstá bien eso de mandar a alguien con la música a otra parte, cuando tú ya te has quedado con parte de ella.
ResponderEliminarMuy bonito.
Un abrazo
Un deleite la lectura de este micro Anita, siempre se pueden encontrar razones para disfrutar. Siempre, siempre.
ResponderEliminarUn abrazo enorme
No es tan malo vivir de recuerdos, por eso yo los atesoro :) Y la música siempre trae recuerdos aquí o en otra parte. Un beso.
ResponderEliminarMe gusta tu micro y me gustan los comentarios, me gusta ver que un residencia de ancianos puede ser un sitio digno para vivir, me gusta que alguien se quede con la música, me gusta que siempre se puede encontrar algo para disfrutar y que tambien están los recuerdos. Me gusta tu micro detonante de todo eso.
ResponderEliminarUn beso.
Aferrarse a los recuerdos, eso es lo que les queda a mucha gente mayor, a esos momentos vividos con plenitud. Me gusta como narras aquí la historia de las visitas del cartero, que con su presencia hace de espita de los recuerdos. Besos.
ResponderEliminarMenos mal que a algunos siempre les acompañan sus buenos recuerdos.
ResponderEliminarUn beso, Anita
Qué bien!
ResponderEliminarPor cierto, ¿los nietos de antonio no tenían PSP, PS3, XBox, Ipod, Iphone y demás que aún venían la tele? :D
Tengo un amigo que dice que esta generación nueva, el día que se vaya la luz, sobrevivirán sólo mientras duren las pilas.
Un abrazo, sra. Dinamita.
Nostálgico y bello.
ResponderEliminarBesos mañaneros.
Describes muy bien ese último refugio, casi fantasmal, habitado sólo por recuerdos.
ResponderEliminarAbrazos.
Me gusta que él decida su modo de vida :-) y la historia del cartero es preciosa
ResponderEliminarSaludillos
CYBRGHOST, me alegro que te lleves esa visión positiva, seguro que tu los tratas muy bien también.
ResponderEliminarBICEFALEPENA, de eso se trata, no? el cartero ni sabía que iba levantando pasiones con su canturreo.
PATRICIA, gracias, a mi me gusta siempre buscar esas razones y disfrutar.
ARTISTALIGHT, es que la música es un despertador de nostalgias, como los olores, verdad?
LUISA, me gusta que te gusten tantas cosas, prueba de tu capacidad de disfrute de la vida.
MAITE, es que este cartero tiene un montón de adeptos, yo creo que es por su musicalidad :)
TORCUATO, tengamos una buena vida hoy para tener un futuro lleno de buenos recuerdos, si es que no podemos disfrutar del día a día, no?
HUGO, pues si lo tenían el abuelo no lo sabía o no se interesaba por ello.
LOLA, qué necesaria la nostalgia!
AGUS, bueno, por recuerdos y por la vegetación. Por cierto, la foto es del lugar donde está la residencia de la que hablo, bonito sitio, verdad?
PUCK, sí, yo creo que eso no se lo deberían quitar a nadie, la posibilidad de elegir tu vida.
Abrazos a todas y todos
La música siempre trae recuerdos, ya venga de los labios silbadores del cartero o de un piano desafinado.
ResponderEliminarY que triste cuando se van con la música a otra parte..
Malena, seguro que se queda triste el hombre, cuando se le va la música, al menos le trajeron recuerdos.
ResponderEliminarPreguntaré si hay un piano desafinado en la residencia.
Besos
Un micro muy sentimental. Entiendo que te hayas inspirado en El Cartero, qué película tan maravillosa verdad?
ResponderEliminarBesosss
El cartero siempre canta dos veces. Un micro muy emotivo, Ana. Y yo me largo con la música a otro blog...
ResponderEliminarJa ja María, El cartero es el blog de mi pareja, y curiosamente él se parece a Mario Roucolo (?), físicamente y en la poesía, qué suerte, verdad?
ResponderEliminarPablo, no te vayas!!! bueno, luego voy a escuchar tus músicas mentales, pero cambia la sintonía porfa!
Abrazos!!!