miércoles, 12 de septiembre de 2012

Ritual


Mujer vistiéndose-Eider Astrain

Con cierto trabajo se pone la ropa, camisa y pantalón de pinzas, se abrocha el cinturón, introduce los brazos arrugados y mustios dentro del jersey y la mira con desdén y cierta ternura. Quiere decirlo una vez más, pero calla. 
Ella a su vez abrocha el sujetador, abotona la camisa y sube la cremallera de la falda, mete sus pies llenos de formas imposibles en los zapatos y le mira de reojo. Quiere decirlo una vez más, pero calla.
Cada año se encuentran desde hace tantos que ya ni recuerdan, el mismo hotel, la misma habitación, la misma cena. Y repiten el ritual amatorio, año tras año, por una vieja promesa adquirida. Cada vez se prometen en secreto que será la última, que no les apetece el viaje, que a nadie le importa ya si tienen o no amante, que a quién engañan. Quieren decirlo una vez más, pero callan.

Aquí la réplica de Fernando Paréntesis (...)

42 comentarios:

  1. Precioso, Ana, y a la vez desolador y triste. Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias! La desolación también forma parte de la vida.
      Besos

      Eliminar
  2. Simplemente llega, llega a todo el que lo lea.
    Gracias por escribir así.
    Un beso.
    Pd: Temer es algo a lo que la gente se malacostumbra

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegro que te llegue Aurora. Gracias por tu visita
      Un beso

      Eliminar
  3. El caso es que el año que viene, regresarán. No pueden escapar y así ocurrirá, les guste aceptarlo o no, en cada encuentro anual...

    Cuanto me ha gustado esta entrada!

    Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si, es un bucle hasta que se terminen los años, las vidas.
      Abrazos

      Eliminar
  4. Un ritual silencioso, lleno de palabras nada efímeras.

    Qué bien escribes Anita.

    Besicos

    Poniéndome al día con las ventanas amigas.

    ResponderEliminar
  5. Cuesta romper con las rutinas...Aunque sean anuales y ya no tengan sentido.

    Besos desde el aire

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Con esas cuesta más, creo, porque no hay tiempo para decir las cosas. A veces hace falta tiempo para hablar, no?
      Besos desde el mar

      Eliminar
  6. No había visto la dedicatoria. ¡Muchísimas gracias!
    Sobre todo porque me parece un relato magnífico, triste pero que destila cariño por los personajes, tan cercanos, ¿verdad?
    Estoy pensando en... devolvértela.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Esperando me tienes, Fernando!
      A veces hay que regalarse... no crees?
      Besos

      Eliminar
  7. Qué sería de nosotros sin esos rituales que nos prenden a la vida como un alfiler! Vivimos aunque duela. Relato intenso, de buen eco. Abrazos Ana.

    ResponderEliminar
  8. Si yo fuese Don Fernando Vicente, tendría dificultades para abotonar la camisa de lo henchido que me sentiría, Anita.

    Este micro, muy fiel a tu resgistro literario, es soberbio. Tres trazos, en forma de párrafos, que condensan pasión e infortunio, pasado, presente y futuro, certezas y dudas.

    Sobre un esquema de acción posible, es el clima imperante en la historia lo que nos desasosiega, y eso es lo que convierte a este micro en excepcional.

    ¡Bravo!

    Un abrazo,

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Un análisis en tres párrafos que me impide abrocharme a mi la camisa...
      Gracias, Pedro!
      Abrazos

      Eliminar
  9. Muy bueno, Aanita. Es una preciosa historia, quizás triste pero, no sé, hay cariño dentro de ella.

    Besitos

    PD: Me ha recordado a una película que me gustó mucho, si me acuerdo del título te lo digo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Te diré que la idea la recuerdo de una película... pero hablando con Fernando me increpó a escribir mi versión... digamos, porque la peli no sé ni cual es ni recuerdo bien nada.
      Abrazos

      Eliminar
  10. Hubo una pelicula, super romantica "El año que viene a la misma hora", me la recordaste
    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ah, mira, por fin aparece el título, lo miraré, gracias!!!
      Un abrazo

      Eliminar
  11. Desolador, la rutina matando la cita gozosa con el amante.
    No tenemos escapatoria, no. Con pareja permanente o itinerante, solos, acompañados, acompañados y solos, estamos perdidos, mires por donde la mires. La rutina gana, la sucesión de segundos que no para y ese "tictac" que siempre siempre es el mismo, como una banda sonora.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Solo, Luisa, queda amar la rutina, que puede ser toda una experiencia.
      Abrazos

      Eliminar
  12. Retrato de la desolación. Vendrán tiempos mejores, a pesar de las arrugas.

    Triple de besos.

    ResponderEliminar
  13. Me ha gustado mucho. Los silencios acumulados. La imagen del vestirse, detalladas para dar fuerza a al silencio. Las promesas y su peso. Y ese autoengaño. Felicidades a Fernando por esta dedicatoria tan grande.

    ResponderEliminar
  14. Ana, las palabras nos permiten decir mucho, con muy poco. Me ha encantado, primero la descripción, esos cuerpos cansados, envejecidos, esa mente divagando. Nos llevas, y cuando pensamos un desenlace verosímil, nos muestras esta historia de silencios. Como la vida que fluye y nos lleva sin saber por qué ni doónde.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  15. De la repetición nace la costumbre; de la costumbre se nutre la rutina y se desinfla la pasión.
    Triste pero real.

    Un beso, Ana.

    ResponderEliminar
  16. La primera letra que he leido de MJ es triste...esa es la sensación que destila el micro, tristeza, me ha encantado la forma de escribirlo, pero me deja un poco...

    Besos guapetona!

    ResponderEliminar
  17. Las rutinas simulan normalidad, que todo está bien, que todo es como antes... Triste, como dicen todos por ahí. Pero no importa porque hay amor
    Me gusta el ritmo que lleva el texto.
    Un abrazo, Anita.

    ResponderEliminar
  18. Llego un poquín tarde a los comentarios pero no quería dejar pasar este texto magnífico, Anita. Tiene una sensibilidad especial... Las pausas, lo no dicho tienen una carga que uff, me dio un mazazo. Y el cuento de respuesta de Fernando, brillante. Para poner en cuadrito los dos textos! Qué maravilla leerlos! Saludos van

    ResponderEliminar
  19. Qué imagen tan certera de la codependencia, incluso entre amantes... Me ha gustado mucho, me parece muy emotivo y el de Fernando, en su propio registro, también.
    Abrazos

    ResponderEliminar
  20. La fuerza de la costumbre. La costumbre de esforzarse cuando, a veces, ya no es necesario.
    Al releerlo me encantó entontrarme algunas pistas: brazos arrugados, pies de formas imposibles... Una maravilla, Ana.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y el de Fernando Vicente, al quien no conocía, otra delicia.

      Eliminar
    2. Miguel, esos detalles son muy importantes en el relato. Gracias por decirlo
      Abrazos

      Eliminar
  21. Y el silencio, como siempre, es salud...

    Saludos

    J.

    ResponderEliminar
  22. Un titulo muy acertado que define desde fuera una historia de amor al uso. Elegiste la mejor manera de contarlo. Enhorabuena! Abrazos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y por si no, Fernando eligió otra manera preciosa. Me encanta que esta historia tenga dos puntos de vista.
      Gracias, Agus, Un abrazo

      Eliminar
  23. En todo hay costumbres que se convierten en sagradas, incluso aunque hayan perdido el sentido.

    ResponderEliminar
  24. Un silencio que comparten año tras año con los mismos rituales.
    Y seguro que no lo dejan .

    Me ha gustado.

    Un saludo desde Barcelona .

    ResponderEliminar
  25. La rutina acecha incluso en las historias que nacen para escapar de ella. Me ha gustado mucho ese retrato tan certero que has hecho.

    Un abrazo,

    ResponderEliminar
  26. Algo triste Anita, mantener callados, no en silencio, sino callados, qué sentirán al esperar la fecha siguiente del encuentro. Abrazos.

    ResponderEliminar

Si quieres, deja tus huellas al andar por mi casa.

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...