Abre un ojo, ha dormido suficiente pero todavía no es de día ¡qué raro! Trata de conciliar el sueño, pero no puede. Se siente extraño pero no sabe por qué. Abre el otro ojo y nota algo pesado que le cubre. La noche hoy es diferente: pesa.
Se acerca a su compañera pero no la encuentra a su lado, sino más arriba, entre una capa espesa y negra. Se eleva hacia la superficie, no nada. Qué raro, piensa, qué estará haciendo, se pregunta.
Entonces él mismo empieza a boquear, le falta oxígeno, el agua pesa en sus branquias. No es agua. Todo se vuelve negro a su alrededor. Flota.
El 24 de marzo de 2012 Canarias dice NO a las extracciones petrolíferas en sus costas.
El 7 de junio de 2014 lo repetimos: NO, NO y NO a las prospecciones de petróleo.
El 7 de junio de 2014 lo repetimos: NO, NO y NO a las prospecciones de petróleo.
Ojalá se pueda evitar que esta pesadilla se haga realidad en nuestras aguas cristalinas.
ResponderEliminarLo intentaremos tan fuerte que les va a costar pinchar el mar
Eliminar¡Cuánto tiempo sin verte, Anita, y cuánto hacía que no me pasaba por aquí! Me gustan las historias de desesperanza y ésta, lamentablemente, lo es.
ResponderEliminarUn abrazo,
D.
Pues mira, todavía queda una esperanza... que no haya prospecciones, el 24 estaremos ahí gritando, a ver si se nos oye.
EliminarAbrazos
Uff, se percibe el dolor y hasta la angustia de esa muerte. Negro relato. Nos has puesto en su pellejo, en sus escamas. Gracias!
ResponderEliminarEsa era la intención, ponerme en sus escamas, ahogarme en esa negrura para entender por qué no podemos ser más animales y menos humanos.
EliminarAbrazos
Yo también grito: ¡Nunca mais!
ResponderEliminarGracias, Adrián ¡Nunca mais!
EliminarAl pie de las mismas orillas que se tiñeron con el chapapote del Prestige, y el humo del Mar Egeo, me solidarizo con el llamamiento, Anita.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu forma de hacernos pensar en ello.
Un abrazo,
Gracias, Pedro, ojalá la solidaridad sirva para parar algo...
EliminarUn abrazo
Pesa mucho... y no la queremos para aquí ni para ningún sitio de nuestro planeta.
ResponderEliminarAbrazos
Eso, Susana, que a veces nos olvidamos de lo que ocurre lejos, y no, ni aquí ni en ningún sitio.
EliminarAbrazos
Esa noche tan negra, es solo muerte...
ResponderEliminar¡No a la destrucción del paraíso!
Besos desde el aire
Gracias, Rosa por tu grito.
EliminarNo queremos muerte!
Besos
Es inaudito que los intereses creados no dejen desarrollarse las energias renovables. No conozco mayor oscuridad que la que provoca la ambición humana. Un beso.
ResponderEliminarBueno, por ahora les sale más barato dejar que las empresas cojan el petróleo que invertir en energías limpias. Cuando esté todo esquilmado ya pensarán en ello. Pero ya será tarde seguramente.
EliminarAbrazos
Es un texto descarnado, asfixiante, una metáfora muy real. Me gusta como juegas con el lenguaje para crear esa atmósfera tan densa.
ResponderEliminarAbrazos.
Era importante que el relato pesara. Que fuera negro. Si no no funcionaría... gracias!
EliminarAbrazos
Si sólo el petróleo envenenara iríamos bien. Lo que no es un veneno es tu micro: eficaz, bien planteado y reivindicativo, se puede pedir más.
ResponderEliminarAh, eso encima... no solo el petróleo, venenos hay muchos y de muchos colores. Incluso disfrazados.
EliminarGracias Nel
Abrazos
¡Uf! Lo has contado tan bien que nos sumerges en ese líquido negro, denso y mortífero y nos llevas al borde de la asfixia.
ResponderEliminar¡Bravo, Anita!
Un beso.
Pues eso le hacemos a los peces, bueno, pensamos que no somos nosotros, pero en realidad sí, también, coadyuvamos.
EliminarGracias MJ
Abrazos
Ay... Nos preocupamos tanto de lo material, de prosperar en lo innecesario que nos estamos olvidando de lo que verdaeramente importa y hay que cuidar.
ResponderEliminarAy.
Besitos!!!
Eso es lo que pasa, sencillamente
EliminarUn beso
Anita si pudieramos entender el lenguaje de los seres marinos es más que probable que te dirían que lo has contado muy bien y de una manera muy cruda.
ResponderEliminarBesitos
Gracias, Elysa, no sé qué dirían, pero nada bueno.
EliminarBesos
¡qué horror, hija¡
ResponderEliminarcreo que esos políticos deberían pasar unos ratitos en la misma situación.
me dan mucho asco
Nada me gustaría más que verles hasta el cuello de petróleo :)
EliminarUn abrazo
Hola Anita!.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, estos irresponsables se estan cargado la mayor despensa que tiene el mundo, con contaminar las aguas.El afán de lucro y el poco compromiso hace que no se involucren si no en contar historias cargadas de humo.
Un saludo:)
Bueno, se supone que estos irresponsables están ahí para representarnos, aunque yo no me sienta representada. Se supone que les votamos y tal... para esto. Qué asco.
EliminarSaludos!
excelente relato que, además, invita a la reflexión en serio, felicitaciones,
ResponderEliminarMe alegra, sobre todo eso es importante, reflexionar.
EliminarUn saludo
Chapapote, nunca olvidaré esa palabra.
ResponderEliminarPor desgracia los políticos no suelen hacer caso a las demandas de la gente, y menos en los tiempos que corren...
Besos.
Y menos si hay dinero de por medio.
EliminarYa he oído que los escapes son normales cuando hay prospecciones, así que iremos repitiendo chapapote chapapote chapapote ¡aquí le decimos piche, por cierto!
Abrazos
Este relato que describe una situación angustiosa cobra todo su esplendor (raro para ser petróleo) cuando se lee el contexto en el que está escrito. Es muy significativo la ilustración, la unión de los más. Pero chica, sospecho que el personal solo se mira el ombligo.
ResponderEliminarClaro, esos peces si en vez de ir a por el grande se miran el ombligo no van a conseguir nada. De todas maneras el 24 hay una buena preparada en todas las islas y algunas penínsulas ;)
EliminarAbrazos
Me gusta tu relato.
ResponderEliminarGracias, Joaquín, y bienvenido!
EliminarAbrazos
Los pocos que sobreviven a las ondas sonoras de las prospecciones mueren con el crudo. Gracias Ana por hablar por hablar por los que no pueden. Mucho apoyo desde Alicante el día 7.
ResponderEliminarAh, lo de las ondas no lo sabía. Qué mal.
EliminarGracias, guapa.
Pesa la negrura, pesa la ceguera de la avaricia codiciosa.
ResponderEliminarFuerza Anita. Nunca mais! Un besazo enorme.