Los haikus son tres versos de 5-7-5 sílabas, sin rima, en presente, que sea leído de un golpe de voz, con elementos de la naturaleza y que muestre nuestro asombro. Creo que otro de los requisitos es que hable de las estaciones del año en relación con el momento vital: primavera-niñez, verano-juventud, otoño-madurez, invierno-vejez. Anímate con uno y verás como lo entiendes Un beso
Si que imponen, pero para ideas como esta, pequeñas pero con fundamento, a mi me encantan. Lo de quitar la presión de la rima ayuda bastante. Es más NO pueden rimar, o sea, otra imposición. Un abrazo
Si te digo la verdad, no me preocupa mucho. Yo intento sacar los tres versos de 5-7-5 y casualmente no me han rimado nunca, aunque creo que he hecho 4 ó 5 haikus en mi vida :)
Anita, y nosotros en cambio venga a ponernos ropajes y más ropajes, cuando la naturaleza nos muestra que lo verdadero es la sencillez, la desnudez. ¿Progreso?. En fin. Me gustó mucho.
Bueno, tal como expresan los haikus, el invierno viene a ser la vejez. Quiero pensar que me iré quitando capas a medida que cumpla años, para presentarme al final de mi vida, así, en las ramas, cubierta con mi propia personalidad. Ojalá vayamos hacia eso. Un abrazo
Me fascinan esos árboles desnudos de invierno, alguna vez saqué alguna fotografía de ellos, en blanco y negro, miles de finas ramas y de contrapunto un cielo limpio detrás.
Bien, bien, Rosa, el invierno en los haikus se corresponde con la vejez. Y creo que la personalidad, en general, también, la que se desnuda y brilla por sí misma. Abrazos
Yo estoy deseando que lleguen los días en los que, aún haciendo fresquito, el sol empieza a calentar. Cerrar los ojos y disfrutar de ese calorcito, sin excesos. Pánico le tengo al verano, afuuu que agobio!
Es verdad, y ahora que lo dices, a ver si se pone de moda que las mujeres lleven libres sus canas. A mi la vejez me produce mucha ternura y mucho respeto, por la sabiduría que conlleva. Un abrazo
Muy bueno, Ana. Da frio y a la vez produce algo así como ternura, cercanía. Realmente todo tiene su belleza. El descaro de la vida en primavera, ahita de sí misma, el árbol vuelto piedra, en invierno...
Buen kaiku tradicional, Ana, mostrando la pureza que queda cuando nos quitamos el maquillaje. ¡Viva Matsuo Basho! ¡Viva Ana! ¡Viva la Pepa! (que está cerca)
Pobre, ahí desnudo, aguantando con este frío. Y es que el invierno o te arruga o te pone firme.... ;)
ResponderEliminarBesitos, guapa.
pd. Nunca entenderé lo de los haikus.
Los haikus son tres versos de 5-7-5 sílabas, sin rima, en presente, que sea leído de un golpe de voz, con elementos de la naturaleza y que muestre nuestro asombro. Creo que otro de los requisitos es que hable de las estaciones del año en relación con el momento vital: primavera-niñez, verano-juventud, otoño-madurez, invierno-vejez.
EliminarAnímate con uno y verás como lo entiendes
Un beso
Los Haikus.. no eran de 4 versos? Yo creo que son un reto. Te quitan la presión de la rima, pero te imponen el tamaño en todo jajajaja.
ResponderEliminarUn saludo,
Si que imponen, pero para ideas como esta, pequeñas pero con fundamento, a mi me encantan. Lo de quitar la presión de la rima ayuda bastante. Es más NO pueden rimar, o sea, otra imposición.
EliminarUn abrazo
Y seguro que ahí es cuando aparece nuestro querido Murphy con sus dichosas leyes. Justo en el haiku es cuando mas rimas te vienen a la cabeza.
EliminarSi te digo la verdad, no me preocupa mucho. Yo intento sacar los tres versos de 5-7-5 y casualmente no me han rimado nunca, aunque creo que he hecho 4 ó 5 haikus en mi vida :)
EliminarAnita, y nosotros en cambio venga a ponernos ropajes y más ropajes, cuando la naturaleza nos muestra que lo verdadero es la sencillez, la desnudez. ¿Progreso?. En fin. Me gustó mucho.
ResponderEliminarAbrazos.
Bueno, tal como expresan los haikus, el invierno viene a ser la vejez. Quiero pensar que me iré quitando capas a medida que cumpla años, para presentarme al final de mi vida, así, en las ramas, cubierta con mi propia personalidad.
EliminarOjalá vayamos hacia eso.
Un abrazo
Pierde para ganar cuando llegue la primavera.
ResponderEliminarmuy bonito tu haiku.
Un abrazo.
Eso, además. Pero ser también en la pérdida.
EliminarAbrazos
Precioso Haiku Anita.
ResponderEliminarMenos es más.
Besos
Sin duda, los haikus tienen ese detalle de llegar dentro con tan poquito.
EliminarBesos
Me fascinan esos árboles desnudos de invierno, alguna vez saqué alguna fotografía de ellos, en blanco y negro, miles de finas ramas y de contrapunto un cielo limpio detrás.
ResponderEliminarSi, verdad? a mi me fascinan también así, en contraste con el cielo. Pero este bosque tiene una magia que no veas.
EliminarBesos
Hojas de hielo
ResponderEliminarrecorren tu cuerpo
¡Aleja el viento!
Gracias, Adivín, me gusta que unos haikus llaman a otros.
EliminarBesos
Anita, es una pérdida meditada que sirva para impulsarse.
ResponderEliminarMe gustó.
Un abrazo.
Si, es una pérdida madura.
EliminarAbrazos
Precioso, Anita!!!!
ResponderEliminarGracias, Patricia ¡me alegro que te guste!
EliminarAnita, si la poesía no es lo mío, ¿qué puedo decirte de los haikus?
ResponderEliminarDeclaro que no tengo una opinión técnica, sino sólo una opinión de lector lego.
Dicho esto, tu árbol de invierno me ha hecho pensar en mí. En mi alma y en mi pelo. :)
Un abrazo,
Pues entonces la poesía o los haikus sí pueden ser lo tuyo, al menos como lector. Me alegra hacerte pensar.
EliminarUn abrazo
Lo que he visto al leerte es la vejez...
ResponderEliminarBesos desde el aire
Bien, bien, Rosa, el invierno en los haikus se corresponde con la vejez. Y creo que la personalidad, en general, también, la que se desnuda y brilla por sí misma.
EliminarAbrazos
Bello.
ResponderEliminarGracias, amigo.
EliminarAbrazos
Claro que sí, luce majestuoso en su desnudez.
ResponderEliminarBello Haiku, Ana.
Besitos.
Eso pensé cuando lo vi, estaba a hay majestuoso, con sus ramas retorcidas y llenas de verdín, con mucha experiencia, con vida.
EliminarAbrazos
No le acabo de pillar el punto yo a los haikus, pero mira, éste me ha llegado.
ResponderEliminarNo digo más...
Besitos
Guapa, es que este árbol es del día de tu cumple en el Refugio del Pilar. Digamos que me lo regalaste tú ;)
EliminarUn beso
JAJAJAJAJAJA... Su, to tuyo con los Haiku me troncha de risa...
EliminarSolo sé que tiene personalidad. Me gusta
ResponderEliminarBesitos
Qué mejor piropo que ese! es un haiku sin hojas, sin artificios.
EliminarBesos
Precioso, pero prefiero el árbol con hojas. No sé, soy más de primavera. Deseando estoy que llegue. Un beso Anita.
ResponderEliminarYo estoy deseando que lleguen los días en los que, aún haciendo fresquito, el sol empieza a calentar. Cerrar los ojos y disfrutar de ese calorcito, sin excesos. Pánico le tengo al verano, afuuu que agobio!
EliminarPerder hojas siempre ha dado personalidad en los árboles, como el peinar canas en los humanos.
ResponderEliminarEs verdad, y ahora que lo dices, a ver si se pone de moda que las mujeres lleven libres sus canas. A mi la vejez me produce mucha ternura y mucho respeto, por la sabiduría que conlleva.
EliminarUn abrazo
Muy bueno, Ana. Da frio y a la vez produce algo así como ternura, cercanía. Realmente todo tiene su belleza. El descaro de la vida en primavera, ahita de sí misma, el árbol vuelto piedra, en invierno...
ResponderEliminarBesos payasos.
Cuando se desperezan los árboles y empiezan a cobrar vida son muy tiernos. Ahora los veo como sabios, con tantísima personalidad.
EliminarAbrazos
Buen kaiku tradicional, Ana, mostrando la pureza que queda cuando nos quitamos el maquillaje. ¡Viva Matsuo Basho! ¡Viva Ana! ¡Viva la Pepa! (que está cerca)
ResponderEliminar¡¡¡Viva!!! Viva la pureza del invierno, el frío que te hace sentir vivo.
EliminarUn abrazo