El juez mandó ejecutar sentencia y envió al secretario judicial junto con la policía para tal fin. Llaman a la puerta:
—Tiene que salir, ha finalizado su contrato, venimos a ejecutar la sentencia de desahucio. Es mejor que coopere. Por favor, abra la puerta.
—No, no voy a salir, el contrato tenía una duración de solo 9 meses, y no la legal de 5 años. Además ¿están locos? ¿han visto el frío que hace? Aquí tengo calefacción. Necesitan algo más que una orden judicial para sacarme.
El policía y el secretario se miran, cabizbajos. Se oye un tumulto al fondo. Son los Indignados que vienen con sus pancartas a evitar el desahucio.
—¡No a los contratos de corta duración! ¡No a los contratos de corta duración!
En las pancartas rezan sus consignas "Stop Desahucios" "No a los arrendamientos de 9 meses"
El ginecólogo sale del paritorio abatido, la niña no quiere salir por mucho que la provoquen. Los indignados sonríen triunfalmente ¡han conseguido parar otro desahucio! Los periodistas esperan la noticia a los pies del Hospital Gregorio Marañón, con las caras congeladas por el frío.
A mi sobrina Francinita, que no quiere salir
Gracias a Pablo, Fofo y Susana por la risa
Como persona que ha estado embarazada, lo siento, prefiero el desahucio. Originalisimo.
ResponderEliminarQue bien se tenía que estar ahí dentro, yo no me acuerdo mucho pero al leerlo me he solidarizado inmediatamente con ella creo que debí pasar por lo mismo hace 48 años y aún nadie ha cambiado la Ley.....
ResponderEliminarMuchos besos dinamita
Muy bueno :)
ResponderEliminarJajaj, muy bueno. Ya sabemos que en cualquier momento se puede parir un micro, en estos casos, los desahucios también pueden influir en su maduración.
ResponderEliminarBuenas risas nos echamos, sí.
Abrazos fuertes
¡Que buena reinterpretación de la problemática, Anita!
ResponderEliminarMe pregunto qué dirán las propietarias de los alojamientos. Y supongo que los indignados serán eso, indignados del género masculino. No imagino a ninguna indignada.
Creativo, sin duda alguna.
Un abrazo,
No extraña que no quiera salir, con lo que hay aquí fuera. Divertido, sí, pero con su transfondo dramático.
EliminarPasadlo bien este sábado.
Una forma muy original de darle la vuelta, Anita.
ResponderEliminarRecibe un abrazo
Anita, buena vuelta de tuerca a este drama de los desahucios. El sentido del humor sirve para que pueda llegar a más gente.
ResponderEliminarMe gustó.
Un abrazo.
La vida va camino de ello Ana. Un micro premonitorio.
ResponderEliminarSimpático paralelismo, Ana :-)
ResponderEliminarUn beso.
Anita, no me extraña, con la que esta cayendo fuera. Recuerdo que mi hijo nació a los nueve meses, puntual, puntual. Me has hecho sonreír. Buena crítica.
ResponderEliminarAbrazos.
Muy bueno, Anita. Es que quién va a querer salir ahí fuera en estos momentos, se está muy bien dentro.
ResponderEliminarBesitos
Wué dulce Anita! Si está de mil maravillas ahí! Que se planten y rechacen las órdenes de desalojo que se vengan.
ResponderEliminarQué momento tan pleno el de los embarazos Me gustó un montonazo! BESOS VAN!
Que bueno!!!
ResponderEliminar:)
Genial. Me ha parecido tiernísimo.
Guárdaselo para cuando sea mayor.
Besos.
Buenísimo. Gracias por dibujarme una sonrisa!!!
ResponderEliminarMe gusta la crítica, la originalidad, el final. Sólo una pega, llamarle de usted a un niño que ni siquiera ha nacido, despista, ¿por qué no el tuteo?
ResponderEliminarBesos no desahuciados.
Genial paralelismo, una crítica satírica muy lograda. Felicidades.
ResponderEliminarGracias por vuestras palabras, no puedo contestar a todos porque estoy preparando el viaje a Madrid y el micro tuneado de la Microquedada para el sábado.
ResponderEliminarNo se lo pierdan!
Abrazos y hasta el sábado unos, el lunes otros
Je, je, con lo calentita que estaba y lo que está cayendo fuera. Como para salir...
ResponderEliminarQue vuelta mas tierna! Si llego a saber lo que me esperaba yo tampoco salgo jajajaja.
ResponderEliminar¡Que gusto haber llegado hasta aquí, Anita! Contundente relato, ¡Me encantó! Por aquí me quedo... Un beso grande!!!
ResponderEliminarUna sátira muy tierna. Me he reído mucho. Un abrazo y luego queremos todos los detalles de la quedada en Madrid. Un abrazo.
ResponderEliminar¡Qué bueno! Dos realidades enfrentadas en medio de un relato agridulce. Cara y cruz que, en el aire, vuela hacia la alegría, el sentido del humor que no nos falte. Gracias por este oasis. Abrazos
ResponderEliminarEs que ya es el colmo, que te quieran desahuciar de la casa de tu madre. Micro irónico. Para los que tenemos hijos en casa... ¿tendremos que llamar a los guardias para que se vayan a vivir solos...?. Un placer conocerte, Anita, y a toda tu troupe.
ResponderEliminarTiene su guasa, eso de unir un parto con un desahucio. Me gustan estos toques de realidad rabiosamente actual en la ficción.
ResponderEliminarUn abrazo, Ana. Ah, me doy un paseo por aquí, que tengo algo de tiempo.