Cuando nació tenía el universo dentro, lo sabía todo y lo olvidó con la primera luz del día. Desde entonces, poco a poco, va recordando.
Debe ser por eso que cuando oye o lee mentiras en los periódicos, en las bocas de personajes públicos o privados, amigos o amigas, su universo interior se da la vuelta y no quiere saber nada.
Curioso proceso el de recordar para aprender. No me extraña que los engaños hagan que se revuelva su universo interior...
ResponderEliminarUn abrazo
El universo interior es el único que realmente sabe. Algunos es posible que lo llamen: intuición, pálpito, conciencia, consciencia, inconsciencia,..... Sólo hay que escucharle.
ResponderEliminarMe encanta la imagen de un universo dentro de cada persona, aunque no nos lo creamos o no actuemos muchas veces como tales, las personas podemos ser "muy grandes", capaces de "grandes cosas"
Un beso universal
Me encantó la primera frase.
ResponderEliminarNuestra verdad es nuestro universo, puede que las mentiras u otras verdades, para otras personas, pertenezcan a sus universos, que para ellas son tan reales como los nuestros, pero que hace que los suyos y los nuestros sean incompatibles. Que cada cual se quede con el que más le convenga.
Menudo rollo te he echado, no?
Besitos desde mi universo al tuyo
Me encanta tu protagonista, ojalá todo el mundo sintiera tanta repulsa como él/ella ante las mentiras y sobre todo ante las manipulaciones. Es cierto que cada individuo somos todo un universo. Bonita reflexión para no olvidar. Besos.
ResponderEliminarYo sí creo que al nacer tenemos el universo dentro...los soñadores, los creativos no permitimos que se de la vuelta, y en letras, música, pinturas, esculturas lo enseñamos al mundo, un abrazo Anita.
ResponderEliminarMuy platónico el micro, Anita, pero con una actualización crítica. Interesante.
ResponderEliminarUn abrazo
Una bella teoría Anita,me encantó el micro.
ResponderEliminarBesos
La sabiduría interna. Creo firmemente en la existencia de ella, aunque no siempre queremos escucharla.
ResponderEliminarCorto y conciso. Me gustó mucho.
Supongo, entonces, que ese universo anda escondido, porque mentiras hay unas cuantas....
ResponderEliminarEscribes poesía sin métrica, Ana
Y yo creo en ello. Me encantó.
ResponderEliminarBesos, Anita.
Muy poético y muy cierto, Ana. Para reflexionar.
ResponderEliminarUn beso
A veces es curioso pensar que desaprendemos.
ResponderEliminarBueno, Anita.
si fuese tan fácil descubrir las mentiras... me ha encantado
ResponderEliminarSaludillos
Hace bien en darle la espalda a las mentiras. Si todos hiciéramos lo mismo otro gallo cantaría.
ResponderEliminarBesos de vuelta.
¡Qué suerte que haya alguien así en el mundo! Alguien que no comulga con la mentira. Quizá al principio se sienta un poco solo, pero cuando la humanidad aprenda a apreciarlo será el hombre más acompañado y feliz del mundo!
ResponderEliminarY nosotros seremos felicis con él.
Un beso.
Es lo que tenemos los piscis... :p
ResponderEliminarEn serio.
Muacks!
Un micro con una gran carga crítica contado desde un punto de vista muy estético.
ResponderEliminarMe gustó mucho, Ana, me parece una idea fascinante, bien resuelta, pero que además da para mucho más.
ResponderEliminarUna cosita pequeña, en: "lee mentiras, en los periódicos" me sobra la coma.
Besos.
y hace bien...¡qué narices!!!
ResponderEliminarLo primero, estoy desbordada... siento tardar tanto en contestar!!!
ResponderEliminarEsta idea de recordar y no aprender la tenía de pequeña, porque tenía la sensación de que lo que aprendía, ya lo sabía, váyase a saber por qué! Y lo de las mentiras... lo recordé mientras lo escribía ;)
Gracias a todos y todas por los comentarios!!!
Abrazos
David gracias por las comas