Una mañana me desperté viva. El sol que entraba por el tragaluz iluminó mi piel blanquecina. Me asusté mucho y fui corriendo a decírselo a mamá, que me consoló desde su ataúd y dijo que no me preocupara, que quizás me había atacado algún tipo de salud. Pero yo me encontraba tan bien que no tuvo otra que levantarse y llevarme al forense. El hombre sacó su espejo y yo no supe disimular un vaho cálido; también, mi corazón latía con un tic tac continuo. Me colocó una etiqueta en el pie y le dio el pésame a mi madre, que lloraba sin lágrimas en un silencio sepulcral. Desde entonces camino, juego y a veces leo. Hay otros por ahí, cada día más, y el gobierno empieza a pensar en decretar el estado de alerta por vida.
Que cosas, los niños traviesos entrando por la noche al cementerio y ahora resulta que los muertos también salen de el.
ResponderEliminarYo creo que siempre han salido, pero que no los vemos.
EliminarEnhorabuena, niña!!! Qué gran relato. Me alegro un montón. Ahí, ahí estaremos junticos.
ResponderEliminarUn besazo, isleña!!
Qué ilusión estar contigo en algún sitio... Suerte y abrazos
EliminarMe encanta.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Gracias, Isabel.
EliminarUn abrazo
me gusta tu forma de ver la vida
ResponderEliminarO la muerte ;-)
Eliminar¡Enhorabuena, Ana!
ResponderEliminarUn micro engarzado con mucha mano y que tiene mucha vida.
Abrazos.
Gracias, Nicolás. No te diré que no, pero ya me conoces...
EliminarAbrazo
Muy ingeniosa vuelta de calcetín. Enhorabuena por el reconocimiento.
ResponderEliminarGracias, Miguelángel. Ya que este calcetín no se quedó en la lavadora, qué mejor que ser reconocido.
EliminarBesos
Separado, que juntarlo ya me dio dolores de cabeza :-)
Eliminar¿Separado el calcetín?
EliminarNunca unos muertos vivientes me habías emocionado como estos tuyos. Me alegro de que tu cuento haya encontrado su momento. Enhorabuena.
ResponderEliminarUn beso fuerte.
Muchas gracias, Juancho. Habrá que pasarse por el cementerio a ver qué onda...
EliminarBesosss
No me extraña que ganaras, Ana... Vaya relato!! Un beso.
ResponderEliminarguau! muda me quedé
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