(Foto: Aneta Ivanova)
Una mañana, Lucía se despierta sola. Andrés no sueña con estar acostado a su lado, ni en verla salir del baño con la toalla anudada al cuerpo; tampoco en ambos, en la cocina, bebiéndose el café. Ella no se da cuenta, se ducha, desayuna y no sabe que él no va a pensar en cómo le sienta aquel vestido que se ha comprado en el mercadillo. Sale a la calle como cada mañana, pero Andrés no está, no volverá a mirarla y nadie habrá tenido la culpa.
Una buena definición de matrimonio.
ResponderEliminarBueno, espero que no estés casado ;-)
EliminarYo veo más el olvido.
Abrazos
Con vuestro permiso, puntualizo el comentario anterior con independencia de que se esté de acuerdo o no con lo que voy a decir: para mi es una buena manera de expresar que una pareja de acaba, a veces, sin motivo aparente, sin terceras personas y hasta sin aburrimiento por el paso de los años.
ResponderEliminarNo todos los matrimonios son así, ni las parejas; ni todas las rupturas son con grandes discusiones y gritos.
Así es como lo veo yo. Sólo eso
Y muchas veces nadie tiene la culpa, desaparece todo y ya.
EliminarBesitos, Luisa.
El relato me gusta, y lo veo como Luisa.
ResponderEliminarGracias, Miguel Ángel. Yo iba por otro lado pero la historia es de quien la lee.
EliminarBesos
Es triste el olvido, pero al menos no hay culpables.
ResponderEliminarAlimenta el blog, Ana, que no se te muera de olvido.
Pues sí, de vez en cuando al menos... para guardar lo que más me gusta.
EliminarGracias, Elisa.
Abrazos
Como las velas se acaban. Me gusta ver un doble juego en el título.
ResponderEliminarBesos Anita.
¡Lo has visto! Se extraña lo que ya no está y es extraño porque no sabías ni que estaba... o no lo querías ver.
EliminarBesos
tragico y real
ResponderEliminarme has dejado asombrada con tu escrito
Nos vemos
un abrazo desde Miami
Gracias, vuelve cuando quieras.
EliminarUn abrazo
Desolador, así lo veo yo, despertar y no saber que solo hemos sido el sueño de alguien o el fruto de su imaginación.
ResponderEliminarBesos
Y no saberlo siquiera, ¿verdad? quizás hubiera estado bien saberlo, elegir.
EliminarBesos
Recordemos que, en amor, sólo se puede prometer el presente.
ResponderEliminarEso, en presente. Para qué derivarlo a un futuro que quizás nunca llegue. O a un te quise pero no te lo dije.
EliminarUn abrazo grande
Pues eso, que siempre hay un momento en el que las cosas...ya no son.
ResponderEliminarSí, lo hay, afortunadamente para muchos. A veces no dejamos que llegue, pero llega igual y llaga, también.
EliminarBesos
El relato me parece muy bonito, y la temática da para pensar. Yo ve distancia... de esa que cada segundo que pasa es mayor hasta volverse imposible de salvar. Un abrazo :)
ResponderEliminarAl final las distancias son insondables.
EliminarGracias por venir, Juan Antonio.
Un abrazo
Todo tiene un principio y un final. Y el final, a veces, se va dibujando día a día, hasta que se hace presente y no hay manera de volver a empezar.
ResponderEliminarBesos desde el aire
No hay manera, pero habrá otros pájaros volando. Siempre vuelan pájaros.
EliminarBesos desde el mar
Y quizá, sólo quizá, nadie se percate de un cambio tan diminuto... Y llore.
ResponderEliminarSaludos
J.
Triste. Sabes tocar en el fondo de las personas. Cuando nadie tiene la culpa es así, una vela que se apaga sola.
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Bonito texto que sin entender leo
ResponderEliminarabrazo