—Señor policía, aquí hay un error
que me gustaría aclarar.
—Don Pedro, hablará usted cuando
le tome declaración, de momento solo tengo que apuntar sus datos y los de la señora…
ah, si, Dolores —dijo mientras seguía escribiendo los datos de ambos ancianos—.
A ver, ustedes se conocieron por un anuncio que puso don Pedro Antúnez en el
periódico ¿cierto?
—Si —contestaron a dúo, don Pedro,
cabizbajo y Dolores, con una amplia sonrisa de satisfacción. Dolores acercó un
papel a la mesa de policía— Aquí tiene el anuncio.
—Entonces —preguntó el policía,
mientras leía el trozo de periódico —Usted, don Pedro decía en el anuncio que
quería bailar, sexo consentido y hasta viajar, posiblemente, claro —dijo esto con retintín—. Sin embargo, cuando
Dolores quiso practicar sexo, usted se negó en todas las ocasiones ¿no le parecía
que el sexo era suficientemente consentido?
—señaló con el mismo soniquete que antes.
—¡Ya estoy harto de que se rían
de mi! Cuando yo decía sexo consentido me refería a que yo lo consintiera, y
por eso mismo lo maticé así en el anuncio. Verá, le explico. He puesto otros
anuncios, y en cuanto leen lo de bailar, inmediatamente las mujeres piensan en
sexo. Y yo ya no estoy para esos trotes, ni ganas que tengo. Por eso maticé
consentido ¡por que quien lo tenía que consentir era yo, sobre todo! ¡ellas
siempre quieren! ¡y a mi lo que me gusta es bailar!
Dolores ahora miraba decaída mientras don Pedro apretaba los puños encima de la mesa y el policía trataba de
contener la risa, medio agachado tras unos papeles que simulaba revisar sobre
el caso. Consiguió retomar la palabra después de unos cuantos carraspeos.
—Entonces, don Pedro ¿quiere
usted ratificarse en la denuncia por abuso sexual, por los tocamientos que llevó
a cabo doña Dolores? —tuvo que carraspear otra vez para que no saliera la carcajada que
se le había atragantado.
—Déjelo, da igual, esto no tiene
sentido.
Dicho esto, don Pedro se levantó
despacio de la silla y salió del despacho, detrás fue Dolores, mucho más pequeña que aquel hombre alto y
robusto cuyo cuerpo empezaba a doblarse. El policía se quedó en su despacho,
mirando alejarse a la extraña pareja.
—La vida nunca dejará de
sorprenderme.
Escrito para la propuesta del Foro Brevedades "Microrrelato a partir de anuncio clasificado"
Escrito para la propuesta del Foro Brevedades "Microrrelato a partir de anuncio clasificado"
Genial! Me encantó el giro que das al anuncio, como nos vas descubriendo la trama con esa narración tan equilibrada. Un saludo
ResponderEliminarNuevo blog???...jejeje te ha quedao muy bonito...ahora leo el micro.
ResponderEliminarUn besazo!
Vestida de otoño tu casa está muy bonita!!
ResponderEliminarMe he reído un montón, el mundo al revés de lo que cabría esperar...Muy bueno Anita.
Un abrazo
Lo he leído en alta voz, como interpretando la escena (algunos de tus micros son verdaderos cortos de cine), imaginando la escena. Destila ternura, sobre todo de Don Pedro. Genial.
ResponderEliminarAbrazos consentidos.
Me has hecho sentir pena por Pedro y Dolores, (ambos merecen encontrar lo que buscan) pero me he alegrado con tu 'nuevo blog', que me encanta.
ResponderEliminarBesos primaverales del sur para tu bitácora vestida de otoño
Lo he leído con una sonrisa en la cara. Me ha encantado esta historia Anita y el giro que le das llevándonos a lo inesperado. Y me gusta tu nueva imagen...
ResponderEliminarBesos desde el aire
Vaya tu nuevo blog tiene hambre ( o será google) se me acaba de comer un comentario...bueno te decía que la historia es muy divertida además de estar muy bien narrada, me ha gustado mucho.
ResponderEliminarUn beso
Me encanta este micro en clave de diálogo. Muy divertido y se disfruta.
ResponderEliminarBesitos
Muy divertido.
ResponderEliminarAna, una historia real y aunque es cómica, esconde un drama, como es sentirse un objeto y haber recibido tocamientos no consentidos.
ResponderEliminarMe reí mucho al igual que el policía.
Un abrazo.
Muy bueno y simpático, la pobre Dolores no tiene donde rascar, es que a esas edades encontrar un bailarín rejuvenece el "ánimo", pena es que don Pedro está para pocos trotes y los elige. Jejejeje
ResponderEliminarMe gustó, me quedo por tu casa si no te importa.
Saludos
Me ha gustado mucho. Este personajillo es realmente encantador. Muy bueno.
ResponderEliminarOye, qué pronto te has apuntado a los guiones largos (yo, que era de rayita, tendré que investigar).
Besos consentidos (por si acaso)
Muy bien llevado el diálogo, con lo dificilísimo que me parece a mí. Lo he disfrutado mucho, Ana. Besos.
ResponderEliminarJajajaja. Muy original!
ResponderEliminarMe parece brillante y una historia con mucho jugo.
Un beso.
Original, bien narrado y con diálogos de maravillas... ¿qué más pedir?
ResponderEliminarYa vi varios blogs con relatos inspirados en un anuncio. Siempre me pregunto, ¿cómo nunca me entero de esas cosas?
En fin...
Besos.
HD
¡lo que se puede sacar de un anuncio clasificado¡
ResponderEliminarPobres, me gustó el relato.
Un abrazo
Es muy complicado lograr congeniar los deseos de dos que buscan sin saber qué encontrarán.
ResponderEliminarSaludos
J.
Si es que las mujeres solo pensamos en lo único, y cuanto mas mayores peor jajajajajajaja.
ResponderEliminarBesos.