Muévete, papá. Aunque sea para que las niñas corran asustadas hacia el jardín, o para que mamá se levante de la cama y cambie esa cara de que nunca más; o al menos camina hacia la luz. Pero no te quedes ahí, tan transparente, tan quieto.
A veces les cuesta marcharse, como si tuvieran que decirnos algo que no nos pudieron decir. O para darnos la oportunidad de que les digamos eso que no les dijimos. Besos, Anita
MMMMMMMmmmmmmm QUÉ BUENO!!!! la justa medida.Me ha encantado.
ResponderEliminarGracias, Tete, más no cabía.
EliminarUn abrazo
Versión tierna de El Sexto Sentido. Me gustó.
ResponderEliminarBueno, versión muévete de una vez y déjanos seguir.
EliminarAbrazo
No, no te quedes ahí...
ResponderEliminarBuenísimo, Ana!
Gracias América!
EliminarUn abrazo
Y.....¿como lo hago?.
ResponderEliminarSupongo que es por eso, por no saber...
EliminarUn abrazo
Tan breve y tan contundente. Brava Anita!!!
ResponderEliminarBesos desde el aire
Gracias, Rosa! Me alegra que te guste
EliminarBesos
A veces les cuesta marcharse, como si tuvieran que decirnos algo que no nos pudieron decir. O para darnos la oportunidad de que les digamos eso que no les dijimos.
ResponderEliminarBesos, Anita
Para despedirnos, para que llegue un día que les echemos de más, y no de menos...
EliminarBesos
Ana muy buen cuento. Pareciera algo de la cotidianidad de los fantasmas.
ResponderEliminarSaludos.
Y quién sabe si no será así con algunos, cambiar de estado, que pase la luz o no a través de ti.
EliminarAbrazos
o deja de posar tu mano helada para que podamos empezar de nuevo
ResponderEliminarEso también, aunque con esta calorina igual no venía mal.
EliminarUn abrazo
Mira a ver.... que lo mismo es el de los helaos y te viene con un frigo dedo.
EliminarAnda que... con lo inspirado que me sentia y lo poetico que me habia quedado.
Ja ja ja, pero reírnos no tiene precio :)
EliminarEres bienvenida, Marta, además llegas en el momento exacto en el que voy a empezar a publicar más a menudo aquí.
ResponderEliminarEspero que te guste
Un abrazo