sábado, 4 de agosto de 2012

De sombras


Mi sombra se alargaba hasta su trabajo por las mañanas sin separarse del todo de mí. A mediodía, cuando el sol estaba más alto, permanecíamos unidas, con los quehaceres de la comida y la siesta, para alejarse de nuevo por la tarde en reuniones, paseos por la calle y llamadas de teléfono inevitables. Por la noche, con la oscuridad, no se iba, desaparecíamos juntas en el territorio de los sueños, en los abrazos de alcoba y en los gemidos nocturnos.
Hace unos días que noto cómo se despega poco a poco, como si estuviera cosida, los puntos se sueltan a cualquier hora del día o de la noche, y por más rápido que dé las puntadas, los hilos que la sujetan desaparecen y ella sigue su camino.

18 comentarios:

  1. Por fuerza, el que nuestra sombra nos abandone ha de generar mucho desasosiego, Anita. Al menos, así me he quedado yo después de leer tu micro.

    Creo que ya te lo he dicho, pero disfruto de tu transgresión de las formas, de cómo enncuentras la complicidad del lector apuntando a esquemas de acción imposibles.

    Un abrazo,

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  2. Sombras errantes que buscan otras presencias. No sé qué haría si la mía decidiera abandonarme. Posiblemente utilizaría loctite, pero no sería lo mismo ...no danzaría libre con el sol de mediatarde.

    Un beso Anita.

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  3. Pués déjala un tiempo a ver que derroteros toma. Quizás haya decidido explorar nuevos estados que no estén simepr ligados a ti.
    Cuanot me ha gustado esta entrada!


    Saludos

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  4. Lo peor de una sombra es que te salga independiente y autosufiente, vamos, lo que se dice mala sombra. Me gusta el punto surrealista que le das a tus micros, Ana.
    Un abrazo.

    PD: Yo también tengo algo escrito sobre sombras, pero se títula Cuerpos. Madre mía, azoteas, vientos, sombras...

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  5. No hay nada más ominoso que lo cotidiano se vuelva extraño, que lo real se convierta en ficción. Algo así sucede con muchos cuentos infantiles, en el fondo esconden los mayores terrores, es paradójico.
    Bueno, es que me dejé llevar por tu texto...
    Besos.
    HD

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  6. Tras leerlo varias veces intentando encontrar la verdad que se esconde tras tu relato he conseguido meterme en el cuerpo de tu sombra (no me preguntes como), y tanto ella como yo estamos convencidos de que la que está huyendo eres tú. ¿Cómo te quedas tras el descubrimiento?. No seguir lo establecido tiene sus riesgos, y el desprendimiento de sombra es uno de los más frecuentes.

    Buen relato. Una perta

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  7. Pues déjala ir. Las sombras es mejor que se alejen.

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  8. Es difícil seguir sin la compañía de tu sombra. Ella te conoce más que nadie, pero, ella quiere su independencia. Dejarla irse...
    Me ha encantado este relato, Anita.

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  9. Dejalá ir. Si realmente es tu sombra, volverá porque sola no tendrá sentido. Pero puede que no fuese tu sombra sino cualquier otra cosa y, entonces, mejor que se vaya. No sé si se me entiende, pero reflexiones al margen, me gustó tu texto.
    saludillos

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  10. A mí me hizo pensar en el doble y en la muerte. Acaso empezar a morirse comience con la sombra que nos abandona... Me encantó, Anita! Un micro con muchas lecturas. Saludos van

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  11. Una sombra que quiere la independencia, me parece original y además que yo la apoyo, ¿qué es eso de estar siempre pegada a una persona?


    Abrazos sombreados.

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  12. Me recuerda a un poeta colombiano. Luis Vidales, quién también estaba algo preocupado por su sombra Anita. Debe sentirse vacío, como sin pies, cuando se pierde la sombra. Abrazos.

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  13. Hasta a las sombras les llega su hora de emanciparse.
    Abrazos sonrientes

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  14. Tiene algo de inquietante que una sombra se quiera desligar del cuerpo que la crea. Muy inquietante, sí.

    Besitos

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  15. Y, sabido es, una persona no es nada sin su sombra. Escindidos en dos seres, ¿cómo se puede vivir?

    Saludos

    J.

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  16. Ana, al leer tu relato hay algo que me inquieta. No sé si "su trabajo" hace referencia al trabajo de la sombra o de otra persona. Supongo que es primero, ante lo cual nos encontramos con un personaje que se siente atrapado por unas obligaciones (trabajo) que no le satisfacen. El final es como si de algún modo cada vez se siente más lejana del "orden establecido". Es mi pobre interpretación.

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  17. La sombra que todos tenemos y la llevamos a cuestas
    un beso Extraordinario escrito

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  18. Yo he dejado de detallar mi sombra desde que dejé de ser niña, antes eran tan especial, la miraba y seguía constantemente en vez de ella seguirme a mí.

    Pero con el tiempo he olvidado eso, imagino ahora que menciona sobre las sombras, que con tantas ocupaciones, debe de seguirnos a diario y pensar, oye, cuando vas a detenerte algún día para admirar al mundo, de seguro en ese momento respirarás y notarás que aún existo.

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Si quieres, deja tus huellas al andar por mi casa.

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