Se levanta tarde, no suele ir pronto a clase y cuando llega, coge los apuntes y los estudia, nunca le ha costado aprobar. Va a la facultad, eso sí, porque estudia mejor en la biblioteca, porque le gusta tirarse en el césped a fumar porros y ver pasar nubes, y porque allí se encuentra con algunos amigos y ríen, hablan, fuman, viven. La comida en casa, con la familia y las tardes de paseo, disfrutando de la brisa en primavera, mirando a la gente, tomando un café con una amiga.
Cuando termina la tarde se mete en el tugurio que es su trabajo, cambia su sonrisa de diario por la de plástico y sirve copas a gente gris con la que habla porque no hay mucho más que hacer.
Qué actividad blogguera, muchacha.
ResponderEliminarParece que últimamente estás rememorando tiempos pasados o son cosas mías?
Besos nocturnos
jeje. Me ha gustado Ana, bonito blog no te lo conocía, ¿lo tenías escondido? jeje.
ResponderEliminarBesos
Ana, está muy bien escrito. Es muy fluido, muy bien estructurado, muy claro. En este tipo de relatos en los que, en realidad, no hay una "gran" historia (es simplemente Un texto descriptivo) es muy importante que estén bien escritos, si no, no hay por donde cogerlos.
ResponderEliminarUn beso
Una reflexión sobre la vida que nos deja pensando, creo que habría que proponerle algún cambio. Besos.
ResponderEliminarEntre el día y la noche, un cambio de sonrisa, la primera espontánea, la segunda de plástico. Me gusta como describes ese crujido de la realidad al caer el sol.
ResponderEliminarUn abrazo
Cuantas vidas hay en un solo día ¿no?.
ResponderEliminarMe gusto mucho la redacción, pero de esa alabanza ya se ha encargado magistralmente depropio :-).
Creo que el quiebre lo da el título. El micro hace incapie en el placer del día, pero el título señala que el trabajo, la sonrisa de plástico, pesan más de lo que parece.
ResponderEliminarMuy buen micro!
Besos, Anita.
¡Cuantas caras de una misma persona en un solo día!
ResponderEliminarBesos.
Bien contando, pero me gustaría saber qué estudia, para aprobar dedicándole tan poco tiempo.
ResponderEliminarEl trabajo es a menudo una pesada carga y, últimamente, parece que los poderosos se han confabulado para que el dicho bíblico de "ganarás el pan con el sudor de tu frente" sea una realidad: mucho esfuerzo y para comprar poco más que pan.
Saludos.
Pedazos multicolores de una vida como tantas, pero por especial por ser única. Muy bien contato, Ana.
ResponderEliminarUn abrazo.
...la vida en retazos...muy bien descrita...
ResponderEliminarEs que el trabajo no nos nombra, sólo nos da de comer.
ResponderEliminarPor eso me causan gracia los que andan por la vida blandiendo títulos.
Hecho, he publicado en el blog mi primer intento de micro...o frase larga, vosotros decidís...
ResponderEliminarRetumba...
Vaya :/
ResponderEliminarHoy es uno de esos días que no sé que comentar.
Un besito Anita :* :*
Me gustó ana y me recordó un poco a la canción "Tras la barra del bar", de Platero. Si no conoces el tema, escucha la letra: http://www.youtube.com/watch?v=0o58L1AyNIo
ResponderEliminarVida y trabajo, en raras ocasiones están conectados.
ResponderEliminarBesos, Ana
Ni más ni menos. La crueldad de la vida.
ResponderEliminarBlogsaludos
Siempre creí que el trabajo nos ha de permitir vivir, y nunca deberíamos vivir para trabajar. También es cierto que hay gente de muchos tipos y seguro estoy de que muchos no estarán de acuerdo conmigo. De momento me alegra ver que usted sí lo está, o al menos así quiero entenderlo yo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Octavius Bot
Otra universidad ese tugurio, la de las apariencias y la cruda realidad.
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