Estos dos micros los he escrito para las últimas propuestas de los viernes creativos de El bic naranja.
Este para la fotografía Líneas, de Leila Amat Ortega:
Evolución
Que me salieran alas era solo cuestión de tiempo, de tan acostumbrado como estaba mi cuerpo a volar hasta ti.
Este para la fotografía de Aëla Labbé
Todas las estrellas tienen nombre
Cuando conocía a un chico que me gustaba le invitaba
a subir a mi árbol mágico, le enseñaba las constelaciones y le decía que
querría morir de amor en ese instante y convertirme en polvo, en ceniza, junto
a él. Cuando la mirada se torcía yo agitaba la rama y, divertida, disfrutaba de
su cara de pánico, del salto al vacío y el golpe sordo contra el suelo.
Después, le ponía su nombre a una estrella.
Que bueno. El segundo me ha encantado.
ResponderEliminarA mí también me gustó mucho el segundo. Una pequeña asesina es un gran personaje.
EliminarAbrazos
Qué cañero el segundo!!! :D
ResponderEliminarBesos.
Eso mismo jiji.
EliminarBesos
Dos cuentos de altos vuelos, románticos, cada uno a su estilo, con esas diferentes forma de vivir el amor que lo hace interesante.
ResponderEliminarBesosss!!
Sí sí, románticos, a ver si se me ocurre otra cosa un día ;-)
EliminarBesoss
El primero muy lírico y el segundo demoledor. De mayor psicópata.
ResponderEliminarCelebro ver que el blog aumenta su actividad.
Sí, el primero va más en la línea poética y el segundo a mí me gusta más, más relato.
EliminarFacebook, el asesino de mi blog. Y de algunos otros. A mí me encanta que el tuyo siempre esté activo.
¡Un beso!
algunos chicos te duraban un poco más
ResponderEliminarAlgunos no torcían el gesto y se quedaban en el árbol. A esos tenía tiempo de enseñarles el nombre de cada estrella.
EliminarBlog de poesía, literatura y magia... mucha magia.
ResponderEliminarGracias por pasarte y espero que te guste <3
http://secretoavoces01.blogspot.com.es/