miércoles, 25 de mayo de 2011

Respuestas


Para no desconocerla diré lo mismo que dije la última vez que me preguntaron, que sí, que la había visto antes. Eso no quiere decir que hoy nos conozcamos realmente, pero sé que en algún momento lo hicimos.
Mi memoria falla tanto que respondo por no desconocer, hasta el día que las lágrimas que corren por sus caras cuando les digo que sí les he visto antes ya no me suenen a nada, hasta el día que no sepa ni lo que significa llorar.

Ilustración aquí

Relato presentado al concurso Imaginarte a partir de frase de Patricia Nasello

martes, 24 de mayo de 2011

Wínnappu de andar por casa

Hoy hago eco de un pueblito situado en alguna parte, no siempre en la misma, y que viene haciendo las delicias de los lunes a cuantas personas lo seguimos, allá donde esté. Lo que es seguro es que los lunes está siempre en casa de Agus, en las Previsiones Meteorológicas de un Cangrejo.
Wínnappu llegó el lunes 3 de enero de este año a nuestras vidas, y esperemos que no se vaya nunca.
Hoy lo traigo aquí porque Wínnappu es un espejo en el que mirarnos y encontrar nuestras semejanzas, nuestra personalidad, entres sus calles y plazas. Y ayer, unido a los acontecimientos que azotan estos días nuestras plazas, Wínnappu no quiso quedarse atrás.

Así que hoy, con ustedes de nuevo, tanto si lo leyeron ayer como si no, aquí está Wínnappu y su Ágora

BIENVENIDOS A WÍNNAPPU: ÁGORA

Ayer se convocó una cacerolada en Wínnappu. Todos sus habitantes sin excepción se reunieron en la plaza mayor, frente al consistorio, en señal de protesta. La concentración transcurrió de forma pacífica, y no hubo que lamentar altercados ni ningún episodio de carácter violento. Incluso, al final, las fuerzas del orden se sumaron a las reivindicaciones de los manifestantes. En Wínnappu la conciencia social y política está muy arraigada. Sus ciudadanos velan día y noche para que las autoridades cumplan escrupulosamente con sus obligaciones. Sólo así, si cada individuo actúa según los designios de su propia naturaleza, el sistema funciona. Los más viejos del lugar afirman que es la segunda vez en la historia que sucede una cosa así. La primera, la única hasta entonces, fue hace más de cien años. Nadie recuerda ya el motivo, pero debió ser también por algo honrado que hizo el alcalde.


Gracias a Agustín Martínez Valderrama por prestarme este relato.


lunes, 23 de mayo de 2011

Cenizas


Las cenizas de los volcanes islandeses salpican Europa, en ellas está contenida la revolución. La respiramos, la sentimos, la movemos.
Aunque cierren el espacio aéreo no podrán contener la lucha.

sábado, 21 de mayo de 2011

Reflexiones

Dibujo de Juanlu y escrito relacionado con su propuesta

Reflexionamos, después de años de letargo, de dejar pasar todo por delante sin levantarnos ni para ir al baño a vomitar.
Fue entonces, precisamente, cuando se nos prohibió hablar de ello, unirnos para compartirlo.
Esa prohibición colmó el vaso, entonces nos levantamos para ir al baño, todas las personas a la vez (mayores y jóvenes primero) y les vomitamos encima.
Parece que no les gustó.

lunes, 16 de mayo de 2011

La espera


Me coloqué en la entrada para verlos, esa es la razón por la que me gusta ser la primera, para observar a las personas mientras van llegando.
El que se acerca primero va contando palabras con los dedos, hasta que llega al 99, va de la mano de una que no se decide sobre si sus palabras son exactas o muy bellas. Más atrás llega otro que lleva un libro atado a una correa y de vez en cuando lo intenta calmar y le limpia las babas que chorrea cuando pasa junto a los viandantes, les sigue otro con capa y cara de cuentista acompañado de una caja con uno dentro y muchas flechas.
Por otra calle avanza un bárbaro con prólogo y epílogo, y una muchacha que camina dentro de una pecera, entre burbujas se la oye decir “no me vengas con historias”. A lo lejos veo una que lleva una mochila y un estuche de colegio, está aprendiendo, y otra que acude escondida bajo las faldas de la mesa camilla, la misma mesa de cuando éramos niños.
Por el otro lado de la calle viene uno con su espada y un microscopio, con el zoom apunto, un niño en la maceta de un cactus emborronando cuentos, y uno con un montón de sombreros tratando de tapar su asterisco, infructuosamente.
Aparecen otros al fondo de la calle, uno parece tener mala cara, no acude en muy buen estado, y detrás viene otra con su arcón mágico, le siguen un montón de ranas junto a la rana mayor y una que no para de mirar el reloj, como contando el tiempo, sin darse cuenta de que el tiempo lo cuenta el mundo, en un solo grano de arena.
Más lejos vislumbro a uno que trata de buscar la luna por si encuentra algo nuevo o viejo debajo. Y una que tiene muchas cartas en la mano, pero no se decide a echarlas al buzón porque no llevan sellos. Uno que es muy propio y se parece más a su hija que su hija a él acompaña, sin darse cuenta, a Lola, que no necesita presentaciones porque la calle se deshace a su paso. Llega el olor del chocolate de una de las últimas, con cara de bruja, que aparece por la esquina y a la que sigue una que lleva paquetes al por mayor ¿no se dijo que uno, solo uno? Y por último veo a una rioplatense que viene cantando “Asturias, patria querida” ¿qué habrá desayunado?
Hay uno que no había visto nunca pero descubro que también viene porque de los bolsillos va perdiendo relatos, o más bien los relatos le van perdiendo a él.
Todos van al mismo sitio, están locos si no se dan cuenta de que todo el mundo les mira, de que van sembrando historias a su paso y que la gente va a perderse entre ellas sin darse cuenta.
Y yo les miro, desde aquí, con mis zapatillas de andar por casa, esperando sus abrazos, uno por uno.


Leí este relato en la Megaquedada de Microrrelatistas el pasado 14 de mayo, en la Librería Tres Rosas Amarillas, nos conocimos más de 30 microrrelatistas en persona, porque ya nos conocíamos en el plano virtual. Fue un día emocionante, y la emoción perdura... esperemos que hasta el próximo encuentro que espero sea pronto.
Me deshago en agradecimientos a todas las personas que acudieron, las que cito aquí y las que no cito y también a las que no pudieron venir y echamos en falta, que no puedo citar porque son demasiados, para la próxima estaremos más!

miércoles, 11 de mayo de 2011

Horas


En el aeropuerto, las horas se detienen cuando un avión sale con retraso. Quizá porque la gente está tratando, por todos los medios, de matar el tiempo, asesinarlo, pegarle dentelladas. Pero no hay forma de matar esas horas que les sobran y que, paradójicamente, les faltarán más allá del aeropuerto y del avión que se retrasa.
He pensado si llevándote al aeropuerto y buscando un avión retrasado, haciéndolo nuestro, conseguiremos hacer lentas las horas que compartimos.



jueves, 5 de mayo de 2011

Mujer con pañuelo

Dibujo de Juanlu

La mujer africana lleva siempre un pañuelo de colores, para no olvidar los de su tierra, los amarillos del sol y de la tierra, los naranjas del atardecer, los azules del cielo, los verdes del río y de los árboles meciéndose al viento, el rojo de la sangre que se derrama cada día.
La mujer africana siente su corazón latir y le cuesta sentir algo más, porque su tierra y sus colores están lejos y solo los encuentra cuando desnuda, en soledad, canta a África, a sus ancestros y a su muerte.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Escuelita


Desde entonces escribo. Sus palabras hicieron mella en mi, me sacaron de dentro lo que decía que no tenía y demostré que mi letra podía ser mejor y mi alma podía reflejarse en un papel.
A mi vieja profesora de lengua le debo esta pasión y todos mis premios. Le agradeceré eternamente el daño que me hizo un día con las palabras "nunca llegarás a nada con esa fea y desordenada caligrafía".

*Este relato participa en el concurso Imaginarte Minificciones a partir de la frase de Patricia Nasello "Desde entonces escribo".

lunes, 2 de mayo de 2011

Agua de borrajas


A mi madre no le gustan los cambios, nunca le gustaron. Cuando papá le habló de mudarnos, cuando le dijo que se iba con la secretaria, cuando yo quise ir a la universidad de otra ciudad, o cuando mi hermana pequeña quiso teñirse el pelo. Ella se levantaba con parsimonia después de la noticia e iba a la cocina a preparar un agüita, después llegaba y decía "esto mejor lo hablamos bebiendo un té". Después de sus tés nadie se mantenía en su decisión y todo seguía como siempre, como a ella le gustaba.
"Muchas borrajas me ha costado mantener la familia unida" se oía decir a mi madre.
Hasta que mi hermano fue a la universidad. Un día comunicó a la familia que se iba de viaje no sabía cuanto tiempo y lejos, fue mi madre a levantarse a preparar su agüita y mi hermano le puso la mano en el hombro, haciendo presión para mantenerla sentada, mi hermano que medía por lo menos un metro ochenta y ocho, y dijo con mucha calma "no, mama, hoy el tecito lo preparo yo". Ese día reímos con ganas y mi hermano al día siguiente tenía la maleta hecha.

*Relato escrito en el Día Internacional del Agua de Borrajas

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